Me avergüenzo, pero debo confesar la realidad... cuando te conocí, me daba cosa verte, me daba cosa mirarte... en esa silla de ruedas de motor, con gran rigidez en tus músculos, apenas entendía tu habla, tu saliva se escapaba de tus labios...
Te sentaron en la mesa mas próxima a la mía, no pude evitar observarte... jamás había visto a alguien tan joven discapacitado, no pude desviar la mirada de tu rostro, se te veía hermosa aunque no te voy a engañar, tu discapacidad, no me hacía ver la realidad... podía más esa rigidez corporal, esa saliva, que no se controlaba, esa mirada desviada y perdida... Me recordaba tanto al documental de "Cuerdas" Que vimos en clase, claro que tu si tenías una mesa, un ordenador portátil para así poder seguir la clase a buen ritmo... El profe estaba pendiente a ti, pero no tanto como imaginaba, no más de lo normal.
No podía dejar de mirarte, tu discapacidad me daba respeto, algo me decía aléjate de ella, no es normal, pero por otro lado, sentía la necesidad de conocer más sobre ti... ¿por qué? No lo se... nunca antes me había pasado algo así... El timbre del recreo sonó... la clase no tardo en quedarse vacía... tu seguías allí... nadie se acordó de ti, no quería ser el raro... pero tampoco quería dejarte en soledad, como si de un objeto te tratarás... Me acerqué a ti... no sabía si me podías entender... pero debía intentarlo... "disculpa, quieres que te acompañé algún lado?" Todo ocurrió muy deprisa, pero no tardaron en llegar unas amigas y te fuiste con ellas.
No se desde ese primer momento... ya no pude sacarte de mi cabeza, no me preguntes porque, aunque con vergüenza, debo admitir, que me daba pena tu situación, vivir en un cuerpo discapacitado... que mal lo deberías pasar... Era un viernes cuando te conocí esa noche había quedado con unos amigos para tomar algo... Cual fue mi sorpresa que te encontré en el pub, pasaba de la media noche... que hacía una mujer como tu, en ese lugar, tan tarde, con la cantidad de pervertidos que habían... que estaban deseando aprovecharse de chicas como tu... no había ni rastro de esas chicas que te acompañaron esa mañana, por mi parte ni rastro de mis colegas... estabas delante de la barra, mas alta que tu... parecía que querías pedir algo... miré a mi alrededor, no había nadie conocido... si, lo siento me avergonzaba que me vieran hablando contigo... lo que pudiera pensar la gente... Me acerqué te iba a preguntar que querías tomar, para intentar entender exponerle al camarero de detrás la barra, pero te me adelantaste... una voz hablo "un chintonic" ¿pero de donde salía esa voz? ¡Era una especie de robot, que te ayudaba a comunicarte!
- ¡A hola! Tu eres mi compañero de clase verdad... ¿Que tal? -me marcaste una sonrisa, yo idiota de mi, me quedé petrificado sin saber que contestar... Te miré detenidamente estabas preciosa, con esa falda asta las rodillas, esos ligurinos... esa blusa blanca te favorecía enormemente... Se te acercó un chico, en el que te besó locamente en los labios... -disculpa, tengo que irme... nos vemos el lunes en clase... -transmitió tu comunicador. Personalmente, no se que me sorprendía más: encontrarte en la discoteca a estas horas, tu comunicador, la sensualidad que provocabas, tu chintonic, o que tuvieras novio...
Aquella noche no pude dormir... tu recuerdo me venía a la cabeza... mis ideales me atormentaban... como podía considerarte inferior a mi... esa noche... realmente empezaste a cambiar mi forma de pensar... empecé a verte de distinta forma... Me enamoré de ti.
En clase me tomé mi tiempo para mirarte, para conocer mejor tu mundo... ¿Y si no era tan distinto al mío? Eres súper inteligente, de notables no bajabas, eres simpática y muy divertida... tienes cada anécdota que realmente, no sacar una sonrisa es imposible... Me has sacado de mas de un apuro en clase... por olvidarme de los deberes... y otros despistes, definitivamente gracias... Cuando mis amigos me dejaron tirado, me invitaste a ir con tu pandilla, ahí descubrí, que ninguno más tenía discapacidad, solo tu, que tu también fumabas algún que otro cigarrillo, no dudaste en invitarme... y averigüé que teníamos gustos similares, ambos nos gustaba el Rock... No importa la gravedad de tu discapacidad, tu los limites, los abandonabas, y a por todas te lanzas... Y es que realmente... no importa tu discapacidad, eres una mujer de cabeza a pies. Me enamoré de ti.
Días después te encontré haciendo la compra, te invité a un café, ya no me importaba que me vieran contigo, me encantaba tu compañía, tu recuerdo clavado en mi, lo tenía... ahí me enteré que con tus padres no vivías... sino como cualquier joven, independizada, con tu propio piso, con esa ayuda necesaria para tu vida diaria... Me invitaste a tu casa, acepté, así podía compensarte, lo mal que te traté al principio... entremos en tu cuarto, era espacioso, y muy hermoso... Tenías un ordenador, con tu gran afición, una vez más me dejaste sin aliento, dos libros escritos por ti, publicados, y escribiendo el tercero... eras y eres una mujer increíble, en ese momento, aun más me enamoré de ti... lástima que no era correspondido.
Eramos grandes amigos... pasábamos ya tiempo juntos, aunque pasabas mas tiempo con tu novio... yo la verdad me ponía celoso. Me enamoré de ti.
Una madrugada tormentosa, llamaste a la puerta de mi casa, estabas empapada, llorabas desconsolada te preparé un te, y te ayudé a tomártelo... Tu novio, te había dejado, o mas bien le habías pillado, que tenía otra mujer, ya él decidió te dejó por ella... Después de horas hablando, te cogí en brazos, te acosté en mi cama, me acurruque a tu lado, intentando calmar, ese llanto desconsolado... "él no te merece, eres demasiado hermosa y fantástica para alguien que no te valora"
- Ya nadie me va amar... por mi discapacidad... -Gritabas con desespero. Me abrasaba el corazón de verte en ese estado...
- Eso no es verdad, yo te amo, te amo de verdad, la discapacidad, no puede cambiar un corazón enamorado... -mis sentimientos eran sinceros... le separe un mechón de su pelo.
- Déjalo ya, se perfectamente, que apenás me podías mirar cuando me conociste, te da cosa mi discapacidad... menos responsabilizarte de ella, te avergüenzas de mi...
- Eso era así... es cierto... y lo siento... es tanta la mala publicidad que hacen sobre la discapacidad... que vuelve locos a todos... lo siento... Déjame mostrarte que al día de hoy te amo de verdad...
- Bésame... Bésame de verdad -Te besé, con ternura, con amor pero sobretodo con respeto, a ese corazón herido. Nos dormimos abrazados, cuando la tristeza y el llanto cayó. Al despertar, el sol ya había salido, ya ni rastro había de la tormenta de horas antes... estabas tan hermosa... Abriste esos ojitos hermosos me besaste con pasión... te correspondí, nos acariciemos, nos desnudemos, nos besemos, susurremos, sintiendo el sentimiento, cada poro de nuestra piel, indicaba sin palabras, que yo te amaba, tu también a mi... era mucho más que un desahogue sexual, realmente nos gustábamos, nos amábamos... al día de hoy diez años después lo seguimos haciendo, más fuerte que esos principios.
Me enamoré de ti, ayer, hoy, siempre lo estaré, siempre de ti...
Escrito: 07 de abril del 2014
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