En otras ocasiones, hemos hablado en este blog, de la gente que se conoce en Internet, en muchas ocasiones, los del otro lado de la pantalla, son degenerados, que solo se quieren reír de nosotros, pero en alguna ocasión, encuentras alguien bien, de aquellos, que lo ves como el amigo que jamas tuviste que al fin llegó...
Pues de uno de esos amigos os quiero hablar, nos conocimos por un chat de terra, de ahí pasemos al Mesenger, bien, era simpático, para nada le importaba mi discapacidad, él vive en el País Vasco (una comunidad autónoma de España) hablábamos a diario, largas horas, el era mi mayor confidente, me animaba cuando estaba de bajón, nunca se rendía, no se detenía asta sacarme una sonrisa, estuvimos tiempo hablando, asta que fui consciente que me había enamorado de él ¡mi primer amor! la pega era, que al tiempo que yo era consciente de ese sentimiento, él encontró una chica que le amaba, el también a ella. Efectivamente una vez encontrado el amor, el ordenador paso a segundo termino, de hablar cada día a una vez por semana, los temas de conversación se reducían por solo para hablar de ella, el me preguntaba que podía hacer para sorprender a ella, yo con todo el dolor de mi corazón, le aconsejaba lo mejor que sabía. Yo sufría por ese chico, por ese amor no correspondido, pero él quería a ella, yo prefería su felicidad que la mía, por eso decidí llevarme ese secreto para él a la tumba, prefería tenerlo como amigo que nada.
Tiempo después me presentó a esa chica que tanto amaba, nos hicimos grandes amigas, mentiría si dijera lo contrario, ya no hablaba con él, ya solo era ella pero la realidad es que me caía estupendamente, y a pesar de mi mal de amor (que no había manera de olvidarle) eramos muy buenas amigas. Mi gran deseo, era conocer esas amistades internáuticas, conocerlas personalmente.
En mas de una ocasión la chica me invito a ir a su casa (primero la de sus padres, que es donde vivía, después al piso en el que estaba ajuntada con ese amor platónico) Yo daba un salto de felicidad cuando lo hacía, el problema era mis padres, no permitían que viajara sola, en un vuelo de no mas de 2 horas, yo insistía, suplicaba, recordaba; no me pasara nada, son mis amigos, ellos me recogerán en el aeropuerto y todo genial, pero nada la respuesta, seguía igual. Cuantas lágrimas derrame, ante el deseo y la impotencia de no poder conocer, a mis verdaderos amigos, los únicos, estaba muy bien chatear, pero yo necesitaba mas, necesitaba ese contacto físico necesario para todos. Varias veces me dieron esa oportunidad que mis familiares me arrebataban ¿como combatir contra esos que los necesitaba para poder ir? ¿como ganar una lucha contra el superior? yo la veía perdida.
De nuevo me volvieron a invitar, pero yo ya tenía un plan en mente, no iba a decir nada a mis padres asta tenerlo todo atado, me importaba poco si me dejaban o no, yo iba a ir de todas formas... Realmente yo no veía el avión para ir, solo se me ocurría el tren, que eran 12 horas de viaje, claro para ir sin acompañante, era bastante arriesgado, ya que en 12 horas necesitaría ir al baño, entre otras necesidades, así que decidí ir a hablar con la Cruz Roja, había posibilidad que ellos me acompañaran... Así lo hice; por ellos no había problema, siempre habían voluntarios interesados, claro que tendría que pagar todo el pasaje de este, ya fuera el recorrido, y el hotel de los días que estuviera allí, a mi nada me importaba lo que fuera para realizar ese deseo tan profundo.
Hable con mis cebramigos, les comente todo, el día se acercaba debían enterarse mis padres, su primera reacción era de esperar "deja de decir tonterías no vas a ir" les sorprendió mi respuesta "me da igual lo que me digáis voy a ir igual, ya hablé con la Cruz Roja, ellos me acompañarán" ahí ya empezaron los problemas y las negaciones, disputas por todos lados, mi padre, mi madre contra mi. Le expliqué a mi fisioterapeuta, ella convenció a mi madre, me convenció para ir en avión, que solo era algo mas de una hora de distancia, ellos ya se encargarían de mi, sin necesidad de pagar otro pasaje inutilmente, es más se encargó de sacarme el pasaje de avión, de informar al personal de mi discapacidad "tu padre me va ha matar" me dijo en una ocasión. Cuando mi padre se enteró, ya no había marcha atrás no le quedo otra que aceptar, pero dejo bien clarito que el no estaba de acuerdo...lágrimas resbalaban por mis mejillas, sí, sí, ¡lágrimas de felicidad! lo había logrado, ¡al fin viajaría al País Vasco!
Escrito: 21 de agosto del 2013
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