Amada mamá,
Un nuevo 10 de mayo llegó, él primer año sin ti, y ha sido de lo más difícil, no puedo evitar escribir estas líneas con las manos temblorosas, y lágrimas en mis ojos, que resbalan por mis mejillas, es que ya hace 10 meses, que este cáncer se te llevó tras de años de larga lucha.
Sé que soy adulta, pero te fuiste muy pronto, te extraño tanto, pero tanto, aun necesito de ti, de tus consejos, de tu sabiduría, es que estado reflexionando, he llegado a la conclusión, que jamás crecemos del todo, hay una parte del niño que fuimos ayer, que nos acompaña asta la muerte.
Me siento perdida sin ti, no puedo evitar recordar esos tantos momentos que hemos pasado juntas. Recuerdas cuando te sorprendí, con un gran ramo de rosas, te emocionaste, no pudiste negarlo, me abrazaste con tal fuerza, yo también acabé llorando. Como cada año, fuimos a un restaurante elegante a celebrarlo. Otro año, unos mariachis te acabaron cantando.
Desde niña siempre he querido mostrarte mi amor, claro al ser pequeña, no podía darte grandes lujos, más que una flor, un dibujo o algo comprado con el dinero ahorrado. No importaba, fuese lo que fuese, me abrazabas con fuerza, con verdadero agradecimiento y sentimiento.
Es que siempre has sido mi ejemplo a seguir, mi heroína, estupenda madre, luchadora, trabajadora, es que no tuviste una vida fácil, pero jamás te rendiste, nunca dejaste de intentarlo. Es que siento, que no soy digna de ti, aun al día de hoy me esfuerzo, para que en el más allá te sientas orgullosa de mi… No sé si lo consiga yo espero y deseo que sea así.
Bueno mamá, que te amo más que a mi vida, que jamás te olvidaré, espero algún día llegar a ser la hija, que te mereces, siempre, te amaré, siempre, un beso grande, estés donde estés.
Escrito: 10 de mayo del 2015
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