Que tengamos una discapacidad, no significa, que estemos pensando en ello, todo el día, como personas tenemos nuestros hobbies, nuestros intereses, nuestras capacidades, por ejemplo yo, me gusta escribir, sí, escribir relatos, artículos de intereses, la imaginación es mi mejor aliada (aunque últimamente me tiene muy abandonada) me gusta leer, me interesa la psicología y desde que conocí a mi esposo, me aficioné a los videojuegos.
No estoy pensando en todo el día que ojalá me curará, no me tengo que curar de nada no estoy enferma solo tengo una discapacidad que es solo una condición más. Lo que si me tiene indignada y desearía de todo corazón, que viviera en una sociedad accesible a todos, no hubiera limitaciones físicas y sobretodo mentales estoy harta, que todos me traten como una niña, sin derecho a más.
Vivo independiente, de mis padres, vivo con mi pareja, que llevamos 5 años de casados, no tiene ninguna discapacidad, porque eso que nos tenemos que ajuntar con alguien con discapacidad es un mito más, el corazón no entiende de discapacidad, se enamora de la persona, esa persona, puede o no, tener discapacidad, controlo mi propio dinero, lo consigo por mí misma, ya sea con ayudas del gobierno, o con la nómina que recibo trabajando en la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) cada mes, o con lo que gana mi esposo, salimos adelante, en la independencia en pareja.
Yo controlo mi vida, es cierto, por mi discapacidad necesito ayuda física, pero tomo mis propias decisiones, y lo que incumbe a la pareja, o al hogar, lo tomamos juntos, mi discapacidad no me impide, ser una adulta más.
Como toda pareja, sobretodo todo matrimonio, tenemos relaciones sexuales, sí que al principio, fue un poco complicado, yo no sabía hasta donde podía llegar mi sexualidad, mi esposo, no estaba acostumbrado, pero al día de hoy, no hay limitaciones, nuestra sexualidad es plena, y satisfactoria, asta compartimos las mismas fantasías sexuales. No importa la discapacidad, todas las personas, sin importar la condición, tienen deseo sexual
Tengo 27 años, en realidad, mi reloj biológico, ya me ha dado señales de vida, tanto mi esposo como yo, desearíamos iniciar la etapa de la paternidad, sabemos que va a ser un camino duro, pero no menos satisfactorio, estamos dispuestos a ello, es más es un derecho que nadie ni nada nos puede arrebatar, ya que como mujer, tengo esa necesidad de ser madre, mi sistema reproductor, es como toda mujer, y un día si Dios quiere, afrontaré esa etapa… el cuerpo, y el sistema humano, no entiende de discapacidad
Mi vida con discapacidad, no es distinta a cualquier mujer, mí día a día, mis mayores preocupaciones, no tienen que ver con la discapacidad, sino más bien, por el dinero, ya que como todo independiente, tengo mis gastos, al igual que mis ganancias pero a veces esas no son suficientes, la verdad hace la situación un tanto difícil, pero la discapacidad, no, la discapacidad no tiene nada que ver.
Escrito: 01 de marzo del 2015
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