Es duro, pero la rabia y la impotencia pueden conmigo, mi amor, tu papá y yo te deseábamos más que nada, llevábamos tanto tiempo esperándote… que cuando al fin asomaste, no nos lo podíamos creer, reímos y lloremos a la vez. Todo tenía que ser perfecto. Desde el primer segundo que sabíamos que estabas ahí, tu papá, no dejaba de tactarte, bueno a mi tripa, pero buscándote a ti mi amor… a él le gusta tocar la guitarra, más la toca estupendo, supongo que no recordarás, porqué ni apenas te habías formado como bebé todavía, pero él ya tocaba la guitarra para ti, mi bebé nuestro bebé.
Iban pasando los días las semanas, todo queríamos que todo fuera perfecto, temíamos tanto por tu vida, pero jamás imaginemos, lo que estaba ocurriendo, como todo padre primerizo, pues realmente no sabe, tenemos la idea, que cada pequeño movimiento, te puede lastimar, por eso me informé bien, fuimos a cursos, hacía ejercicio a diario, los correctos para ti, y eso que el deporte y yo nunca hemos sido muy aliados, pero por ti, era a partir de este periodo nuestro mejor compañero, sí, papá, me acompañaba, hacíamos los mismos ejercicios, dormía lo necesario, comía, y me cuidaba lo más que podía para que tu estuvieras protegido y seguro, que nada malo te ocurriera.
Las semanas, los meses iban pasando, las revisiones médicas, indicaban que todo era perfecto, al cuarto mes supimos, que eras un niño. Después de tantos años nuestro sueño al fin se había cumplido. No tardemos más en ir a buscar lo necesario para tu llegada: cochecito, cunita, ropita, lo hicimos con mucha ilusión, y emoción al mismo tiempo. No se explicarlo estábamos como una nube, era algo extraordinario.
Demasiada felicidad pensemos, pero era normal, tú ibas a llegar… pero desgraciadamente, no duró mucho más… En las pruebas mensuales del sexto mes… llegó la fatídica noticia, no vienes tan sano, como nos hicieron creer, tienes una anomalía rara en el ADN muy poco común, que solo pasa a un niño de un millón… te tocó a ti mi amor Trisomía 13, solo vivirás unas horas, eso sí logras sobrevivir al parto.
Te puedes imaginar lo duró que fue para papá y para mí, toda esa felicidad se transformó en llanto y desesperación… ¿Por qué a nosotros? ¿Por qué a ti? Si todo lo habíamos hecho perfecto, no hay respuesta para eso, lo siento mi amor, te tocó y ya. Cambiemos el ritual de compras, ropita, cunita, cochecito, porta bebé, por ataúdes, sí, es tan duro todo esto, ya lo tenemos reservado, el pequeñito y blanco, pequeño como tú mi amor, y blanco como la pureza de ser… ¿Sabes? Aún estoy en una especie de trancé, en el que todo esto no es verdad, es una terrible pesadilla, que no tardaré en despertar, o aún más, todos los médicos se han equivocado, tu estas sano… Tengo que hacerme la idea, lo sé, pero no es nada fácil, ¡¿enterrar a mi hijo con apenas ha ver nacido?! ¡¿Pero qué clase de crueldad es esta?! Eso es algo, que ningún ser vivo debería vivir.
Muchos dicen que es una tontería que escriba esta carta, ya que no vas a nacer, o no vas a llegar ni a un día… yo no lo veo así, tú has sido real, para tu papá y para mí han sido los meses más felices, has existido, has vivido, por ello esta carta, para que quedes en nuestro recuerdo, que tú, nos has dado los meses más felices… Dios quiera que sobrevivas al parto, sí, sé que no será mucho más… pero el tiempo suficiente para hacerte una foto, para completar esta carta estos meses de inmensa felicidad, con tu foto, tu recuerdo al final. Tu papá y yo siempre te amaremos, sí es posible que lo volvamos a intentar, tengamos más hijos, pero de ti no nos vamos a olvidar, siempre estarán en un rincón de nuestro corazón.
Escrito: 23 de marzo del 2015
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Carajo. Me la estoy aguantando como macho (estoy en el trabajo) pero que nudo que se me hizo en la garganta, lpm. 100/10. 👏
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