Cuando me dijeron que debía cambiar de ciudad, que mi vida cambiaría radicalmente, jamás imaginé que fuera algo tan y tan real... No se el tiempo que pasé durmiendo, cuando desperté ya habíamos llegado a esa nueva ciudad, que parecía más un cambio de planeta... Todo lo que me habían enseñado, quedaba destrozado descubriendo otra realidad...
La primera visión que tuve, fue que la discapacidad, era frecuente en ese lugar, por las calles, abundaban las sillas de ruedas, al igual que personas con otras discapacidades; intelectuales, auditivas, visuales, discapacidades raras, talla baja.... El recorrido no era pequeño, y no visualice a nadie sin discapacidad... Creo que era el primer lugar que dominaba más la discapacidad... o incluso empezaba a dudar que yo encajará allí, por no tenerla.
Aparquemos el coche, ya habíamos llegado en donde se encontraba el edificio donde viviría. Allí, nos esperaba la dueña del piso que nos lo alquilaba, y ahora nos lo mostraría. Ella tampoco tenía discapacidad... Quizás todo era imaginaciones mías, y si había más gente con discapacidad, pero al igual que sin ella. Ella iba delante, el bloque era ancho, no había, ningún escalón en la entrada, todo era plano... subimos al ascensor, apretando el botón "2ndo" me fijé, que estaban en braille también, una voz se escucho "segunda planta" Las puertas se abrieron, me fije, que el suelo estaba con un tacto rasposo, a lo mismo con una linea de distinto color le acompañaba. Entremos en la casa, puertas bien anchas nos daban la bienvenida, el salón era enorme. Cada puerta y parte de la casa, era bien espaciosa, todos los muebles estaban a baja altura, de muy fácil, accesibilidad, cada electrodoméstico estaba en braille, con voz incorporada. El baño, estaba adaptado para personas en silla de ruedas, todo bajo, con barras, no había, ni bañera ni ducha, había plato de ducha. Las habitaciones como el resto de la casa espaciosas, con camas y armarios adaptados... La verdad estaba súper bien solo que...
- Ui ya veo que ustedes no tienen ninguna discapacidad, les mostraré el piso de enfrente, que es idéntico, pero todo a su altura -Tras esa frase nos acompañó a ese, como dijo era idéntico, pero todo a nuestra altura.
Tras un descanso de la mudanza, salí a pasear, a conocer el lugar... todas las aceras eran bien anchas y con su rampa, me fijé que todos establecimientos estaban adaptados. Los semáforos estaban adaptados para aquell@s que tenían discapacidad visual, el terreno del paso de cebra, era distinto, al ponerse verde.... sonaba un pitido, que se detenía al ponerse de nuevo en rojo. Miré a mi alrededor, había tantas personas con discapacidad, físicas, visuales, intelectuales, auditivas, discapacidades raras... Empecé hacerme la idea, que realmente las personas sin discapacidad, eramos minoría. Entre en un bar... me apetecía un café, había dos tipos de mesas, para personas con silla de ruedas y no. Los empleados que trabajaban, la gran mayoría tenían discapacidad, física, e intelectual.
Al día siguiente fuimos a empadronar nos... ¡El alcalde iba en silla de ruedas! Y su secretaria, tenía síndrome de Down... Personas con y sin discapacidad, trabajaban en igualdad en aquel ayuntamiento. Aquello era tan distinto a lo siempre visto y que me habían contado.
Empecé las clases en aquella nueva universidad... como el resto de la ciudad, no faltaba la accesibilidad para cualquier discapacidad. Eramos treinta en la clase, la mitad tenían discapacidad, de todo tipo, incluso de las mas severas, cada uno tenía la accesibilidad que necesitaba para seguir el ritmo de la clase. Muchos profesores también tenían discapacidad. Yo me sentía diferente a la mayoría de mis compañeros, pero para nada me sentí discriminado, no importaba que fuera el nuevo, me trataban como si me conocieran de toda la vida. Las asignaturas eran muy parecidas, a las acostumbradas, excepto por alguna, que era la primera vez que las hacía "Discapacidad" "sexualidad en la discapacidad" etc... Jamás imagine que aprendería el lenguaje de las manos... Cuanto me alegro de haberlo aprendido.
Al salir de clase, fui con unos compañeros a un parque para acabar unos apuntes, estaba lleno de gente, disfrutando de ese hermoso día soleado. Muchas parejas también se encontraban dándose, mucho cariño parejas también con discapacidad intelectual... En esa ciudad nadie los miraba raro, nadie los discriminaba, todos los aceptaban y respetaban, no importaba la discapacidad o el grado de está, eran aceptados como personas, en todos los aspectos, incluso sexual.
Sábado noche, unos amigos me invitaron a tomar unas copas, con todo gusto acepte... la discoteca, bien amplia, totalmente adaptada, muchísima gente, bailaba y disfrutaba. Habían mesas bajas, para las sillas de ruedas, y hombres y mujeres disfrutaban de aquella velada, con o sin discapacidad, ligaban sin dificultad.
Desperté estaba en mi habitación, me quedé dormido en el descanso de mis estudios... Seguía en mi casa de siempre, esa nueva ciudad no había sucedido... Todo lo había soñado, aunque algo de realidad debía haber en todo ello, solo faltaba cambiar era esta sociedad, y devolver esos derechos a las personas con discapacidad, para que pudieran vivir con dignidad e igualdad en un mundo ideal.
Escrito: 15 de febrero del 2014
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