Para muchos, solo eras un perro,
una mascota, un ser inferior a nosotros, pero para mí, para todos aquellos que
al día de hoy aun lloramos tu perdida, si, y eso que solo eras un perro, no merecías,
ni una lágrima, aun menos tu recuerdo, 365 días más tarde…
Eso dirían muchos, pero yo no
entro dentro, de esos muchos, yo aquí estoy derramada en lágrimas, escribiéndote
estas líneas, porque el dolor no desaparece, te sigo extrañando como el primer
día, realmente ni siquiera eras mi perro, eras el perro de mi hermana, de mi
madre, pero jolé que se lo digan a mis adentros, que el dolor es inmenso, no
quiero ni imaginar, cuando le llegue el momento a mi yera, a mi hija perruna,
dios quiera que aun falte años para eso…. Llegado el momento… la esperarás al
final del arcoíris, para darle la bienvenida, en aquel nuevo lugar, sé que
erais rivales, os pasabais el día peleando, pero será un lugar nuevo, estará
sola y asustada… almenos peleando, pero estará con alguien conocido, que la
llevará a su nuevo hogar, asta que sus padres humanos puedan acompañarla, ósea nosotros…
Dama, Damita, te extrañamos mucho,
mucho, créeme que tu recuerdo será por siempre. Aun la mama no puede ver fotos
tuyas, ni siquiera tus cenizas… le duele demasiado…. Aquí no hablamos mucho del
tema, pero todos recordamos, que hoy 31 de enero del 2022, hace el primer aniversario
de tu partida… cada uno lo llevamos a nuestra manera, Personalmente no pude despedirme
de ti, pero por lo que entiendo, era como si ya supieras, y a tu manera, te
despediste, de la mama, de la ana, tuviste un ataque de lujuria, pedias caricias
y más caricias, entre saltos de alegría y del papa, estabas con él, cuando partiste
esa noche, mientras dormías, por lo que él explica, parecía como si te
despidieras de él…
Sé que, desde hace un año, eres
nuestro ángel protector, nos vas a seguir protegiendo y cuidando en el más
allá. Algún nos volveremos a ver, esa es una afirmación mas para mi que para
ti, para soportar el dolor en el pecho, en el alma, de ver que no estás en tierra,
pero si siempre espíritu, siempre estarás con nosotros, eres irremplazable, créeme
que es así…
Cuídate, Gracias, por amarme tanto,
darme todo tu cariño y amor, gracias, por la paciencia de Vicky, era bien
pequeñita cuando te fuiste, paciencientemente, aguantabas que te cogiera la
cola, o no te dejará ni caminar… Gracias por tanto cariño y amor, siempre en
nuestro corazón… Nos volveremos a ver… Cuídate mucha asta entonces… sé feliz
Efectivamente, tu tercera navidad
con dos años y tres meses. Como ya te comuniqué en la anterior carta, tu papá y
yo, tu mamá estamos viviendo en casa separadas, mientras tú estás con uno,
yera, tu hermana perruna, esta con el otro, aunque hay ratos, que ya estáis
juntas, así convivís, al igual que tus otras mascotas, los peces, tenías dos,
santa claus te trajo dos más, así que en total tienes 4 peces dorados, y uno de
otra clase, no se cual, pero es todo negro, lo llamáis “Ton” según tu papá, así
le nombraste tú, supuso que le veías forma de “Ratón”
Siempre al pasar por casa del
“Iaio Juanma” ignoro cómo, pero recuerdas la experiencia del año pasado, la
navidad 2020, donde fuiste a su casa, cagaste el tío con las nietas de la
Silvia, la mujer de tu abuelo materno, siempre me lo pides, al pasar en frente
de su casa. Este 24 de diciembre 2021, volvió a llegar la oportunidad, lo disfrutaste
mucho, volviste, llena de regalos y emociones, feliz por la experiencia.
Aunque vivamos en casa separadas,
el 24 de diciembre nos juntemos los 4 en casa de tu papá, donde recibimos los
regalos de Santa Claus, que dejó bajo el árbol, como niña bien coqueta que
eres, te trajo pinta uñas Disney, y clips para el pelo con mechones, el tío,
ese día, en esa casa te trajo un puzle de encajes de números, entre charlas y
risas, cenemos, tu plato favorito, sí, un plato de sopa (que te fascina), y
pollo de segundo. Tu mi pequeña gran guerrera, no tardaste en acostarte en tu
habitación. Tu papá y yo, nos quedemos en el salón, viendo una peli, eran cerca
de las dos de la mañana cuando nosotros nos acostábamos, justo, tú te
despertabas con un ataque de tos, con un desesperado llanto, tu papá te cogió
en brazos, te llevó a la cama grande conmigo, y él se fue al sofá. A la mañana
despertaste, con mucha felicidad al verme, preguntando por tu papá, al
escucharte despierta, entró en la habitación, e iniciasteis, una guerra de
cosquillas… Después te sentaste con tu papá en la mesa “Disney” y le ofreciste
un "desayuno” completo ambos os sentisteis en las sillas correspondientes…
Después cerca de las once de la mañana, hicimos un buen desayuno, de tortitas,
café, “cao” y leche, observando a esos peces aventureros, que no dejan de
nadar, es más aquella noche, mientras veía la peli “El escuadrón suicida 2”, me
fije, como
“Ton” Salía de su escondite, nadaba con mucha libertad y felicidad.
El mediodía del 25 de diciembre
del 2021. Fuimos a mi casa, a casa de la “iaia Esme” Donde volvimos a comer
sopa, ya después caguemos el tió… la primera tirada, no tenías mucha idea, ya después
gritos de emoción, pedías más y más…
El 26 de diciembre, fuimos a un
huerto, de la tía Neus, la mamá de pau, allí hicimos un pica a pica, pero era
zona verde, y con animales criados por ellos, al principio estabas un poco
tímida, ya después te animaste a observar y corretear por esos pasajes, incluso
subirte a los columpios que tiene, o a la montaña de tierra. Llegó otro regalo
de santa se lo dejó a la tía Maite, y tu bien feliz, todo lo que sean regalos
bienvenidos sean.
31 de diciembre del 2021. Te
dormiste temprano. Nosotros cenemos, comimos las uvas y ya... el día 1 de
enero, llegó a casa de la mama, la iaia, la tía neus, con la prima mar, y el
pau, teníamos bolsas de cotillón, Por cierto, en estos días de vacaciones,
estas yendo a “otro cole” la ludoteca “Pam y pipa” No extrañaste nada, como si
fueras de toda la vida. Y queriendo ser la capitana de todos los niños.
Hoy cuatro de enero, estás
ilusionada con Melchor, gaspar y Baltasar… pasas los días viendo videos suyos,
cantando sus canciones, aun no entiendes bien el concepto, pero lo vas pillando
poco a poco, sobre todo que habrá regalos sobre el sofá jaja Lo que más me
sorprende, el cómo vas creciendo, aprendiendo, adaptándote, sin extrañar el
estado de discapacidad de tus papás.
Ya vuelvo a estar aquí para
explicarte mi pequeña gran guerrera la última parte, de estas vacaciones
navideñas, el 5 y 6 de enero, la llegada de sus majestades los 3 reyes magos de
orientes, se puede decir, que realmente el primer año que le prestas atención,
claro que de aquí un año, aun mas, ya que ya pasarás de los 3 años si dios
quiere, pero llegado el momento, si dios quiere, te contaré a través de este
diario… que estoy escribiendo con mucha ilusión y amor, desde que supe que
estabas en mi vientre…
5 de enero del 2022. 7 de la
tarde mas o menos, así es, ese día ya habíamos quedado, que junto a tu amigo
Pau (mi primo mas pequeño) sus hermanos, y sus papás, la tía Neus y el tío
Jordi, iríamos juntos a ver la cabalgada de reyes. A causa del corona virus, el
año pasado se anuló, el otro año, enero 2020. Eras demasiado pequeña para tanto
lio de gente y desfile, así sí, este año, 2022, fue el año, en el que allí, os
acompañábamos a vosotros los mas pequeños, con muchísima ilusión. Como siempre…
Sus majestades, nos hicieron esperar, pero cuando al fin llegaron, tu
realmente, no sabías que pero estabas ansiosa, y cuando al fin llegaron, te impresionaste.
La verdad no lloraste, pero les tenías un grandísimo respeto. Un par de pajes
se acercaron a darte caramelos, y tu te abrazaste aun más a tu yaya, buscando
su protección.
06 de enero del 2022. Eran cerca
las 9.30 cuando despertaste. Sin pensar en que día era… Al recordártelo, te
pusiste nerviosa, ansiosa, ya de seguida llamemos a la yaya para levantar… Ver
tantos juguetes en el salón te entusiasmo y bloqueo al mismo tiempo. Te
regalaron: una familia potato, un equipo médico, una cuna para la muñeca, un
cubo de bloques de construcción, plastelina y sus moldes… eso solo al
despertar… al cabo del día, días posteriores, llegaron mas regalos, que los
reyes dejaron esparcidos, y no pudimos localizarlos antes… como una bicicleta,
tu primera bicicleta, sin pedales, solo, con los pies, ya mantener el
equilibrio con ella, es un reto, eso en casa de la tía Neus, en casa del yayo
Juanma, una muñeca que habla, sus primeras palabras, te encanta presionar su
barriga, para escucharlas y repetirlas y en casa de tu papá, otra bicicleta,
está tiene la posibilidad que tu papá te conduzca.
Así fueron tus terceras
navidades, las navidades 2021 -2022. Como pasa el tiempo… en dos meses, ya
tenemos que inscribirte en un colegio, el parvulario obligatorio. Ahora tienes
dos años casi y medio. Realmente el protagonista es tu vocabulario, cada vez
hablas y te comunicas mejor, también me ayudas a cantar… Ya cantamos las
canciones a medias, si, si, “La lluna la pruna”, “sol solet, el elefant, la
castanyera, Cargol treu banya la pastorcita, la muñeca, el barquito…” Ya
últimamente escuchas mucho “Hey Kids” te embobas viendo sus imágenes, sus dibujos:
como “Zum papa” el ratón que le tiran zapatos por encima, va la ambulancia a socorrerlo,
o los patitos que desaparecen, su mamá los busca con desespero. Tus dibujos
favoritos cuando estás con mamá: Callou, pero… ¿sabes algo? A la tía ana
también le gustaban mucho cuando era niña.
Nunca pensé que escribiría estas líneas, tengo que confesar… Siempre he mirado por lo bajo a esas personas, a todos vosotros, a todos aquellos, que os drogabais, pero el mundo es curioso y da muchas vueltas… uno acaba, en situaciones que menos espera… en aquello que más detesta.
Jamás pensé que acabaría igual teniendo problemas de drogas, y no hablo de alcohol, ese ya pasó a segundo término, o tercero quizás, hablo de drogas, drogas duras, siempre tuve la idea de que quien las tomaba, era por diversión, y si no las dejaba era porque no le daba la gana… pero la vida me ha dado un golpetazo de la misma medicina, ahora detesto aquellos que me ignoran, que me giran la cara, que me juzgan, sin conocer mi realidad, solo se basan en eso pequeño detalle, sin querer ver más allá de lo rehabilitada que estoy.
No voy a decir, que nada de esto me merezco, sabía que jugaba con fuego, y acabé achicharrada, no es necesario, que los demás me giren la cara, me lo recalquen con sus miradas y reproches, no me hace falta, que me insulten por la calle, o me griten drogadicto, no es necesario que me juzguen en cada paso que doy… ya me juzgo más que suficiente, yo misma.
Es tan difícil, que vuelvas a confiar en mí, yo mismo tengo mis propias dudas… ¿Hasta cuándo aguantaré? ¿Qué detonante me volverá a tirar al suelo? Cada caída es más difícil de levantar… algo en mí, ya no vuelve a estar igual, sino peor, cual será aquella, que me hará imposible volver a iniciar… yo mismo enfadado conmigo mismo ¿Qué diablos tiene que pasar, para que no vuelva a consumir más? Antes no lo entendía, pero estar en esa misma piel, me hace entender… la gravedad de la enfermedad de que sufrimos los narcóticos, “llevo meses sin probar una raya, ahora una no pasa nada” Sí, sí que pasa, ya ni cuento las veces que he dicho esa frase, después de esa raya, no he podido parar, haciendo la recaída e inevitable, cada vez más complicado de superar.
Tengo que pedir perdón a tanta gente, y para comenzar vosotros que estáis igual que yo, realmente sois de admirar, por luchar día a día en contra del demonio, después a mí mismo, por no valorarme como es debido, y no tener en cuenta, de todo lo que soy capaz, por salir de esta horrible enfermedad. No debo avergonzarme de las recaídas, son parte del proceso, siempre y cuando, mejore más en cada uno de ellas, sí, creo que es así… ya llevo más de un año, sin un resbalón, sin una raya, tuve que internarme seis meses, los otros seis, en casa, lo conseguí, aunque el mal mirar, mal hablar de la gente, eso es lo peor, y lo que siento que jamás voy a cambiar, por muchos esfuerzos, mostraciones, siento que jamás, cambiarán lo que piensan de mí, ya que de la misma manera, yo hubiese echo igual, lo que hace la ignorancia, solo se entiende, cuando estás pasando por lo mismo, cuando estas en la misma piel, de aquel que críticas, sin saber, sin tener idea de nada.
En parte lo entiendo, pero también pienso, que hay dos tipos de drogadictos: “los que aceptan que tienen un problema (enfermedad) aun con sus caídas, recaídas, y levantadas, hacen todo lo posible, por salir de ese profundo pozo, y mejorar” y “los que no aceptan su enfermedad o les es igual, se drogan, día sí y día también. A ese segundo grupo, les llamaría drogadictos, al primero: personas con enfermedad de drogadicción, merecen que se les extiendan la mano, y esa segunda oportunidad que todos merecemos. ¿Al segundo grupo? Tiempo, a que ellos mismos lleguen al primer grupo, para esa oportunidad… Con todo esto aprendí, que no se puede ayudar a quien no quiere ser ayudado, a la misma, no me pueden ayudar, si no quiero serlo… es injusto e inhumano, que hagamos sufrir a quien más queremos, por nuestra equivocación…
Hace tiempo, con dos artículos
distintos hable sobre el tema, “la frustración del adulto con discapacidad” y “Palabras
de una mujer con discapacidad a sus padres tras su ruptura” y hoy me gustaría mezclar
esos dos artículos, que me persiguen día tras día…
Antes de nada, decir, aclarar,
que estoy viviendo en la casa que me vio crecer, que vio convertirme de niña a
mujer, vuelvo a estar en la compañía de mi madre, y mi hermana 13 años mas joven
que yo, ella ya tiene sus 21 años. El echo de estar entre estas 4 paredes, me
causa conflicto emocional, ya que yo ya no soy la misma niña, que salió hace 13
años atrás… Ya maduré, ya soy una mujer, el vivir durante tantos años, en otro lugar,
independiente, fuera del alcance paterno, ya me convirtió en otra forma de
hacer y de pensar… En esta casa, en mi familia, sobretodo mis padres, parece
que se olvidan…
Ellos se encierran para ir al baño,
en cambio conmigo, hacen reuniones de charla, estando yo en la ducha, o sentada
en el WC. A mi hermana le pregunta “¿Puedo entrar en la habitación?” Conmigo
no, conmigo entran directamente. Ninguna deja la puerta abierta, por el pudor
de su desnudez, conmigo en la ducha, entra todo el mundo, o lavarse las manos,
o Wc… De ahí llega, el inicio de la frustración… después no entienden porque
estas enfadado…..
Hay días, que lo primero que te
dicen la mañana “Hoy toca ducha” “Hola, buenos ¿días que tal?” Después sigue la
guerra, porque te tienes que duchar a la hora que ellos dicen…. Entiendo, que
ellos te tienen que ayudar, tiene que ser un horario que ell@s puedan… pero de
ahí a no negociar…. O para asearte, hay zonas que quieres tú, a tu manera, que
nadie, menos tu madre o padre metan mano ahí, pues esa es otra, ya que estoy yo
a mi manera, cuando me levantan el brazo para ponerme desodorante o pasar una
toalla húmeda… “quita mujer, que esto lo hago yo” aun se sienten ofendidos sin
recordar que ya no soy la niña de ayer,
Que conflictos más me encontré…
Yo que voy en silla de ruedas, salir con mi madre a la calle, es imposible,
esta todo el tiempo “Vanesa cuidado” “Vanesa esto” “Vanesa lo otro” Ya se, ya
veo, o ya oigo “Me guío más por el oído que por la vista” por más que le digo,
por más que le expongo, ella, sigue, que sigue su cantalera… o como la hora de
vestir o peinar… yo quiero calzado cómodo como las bambas, mi madre si o si me
tiene que poner la bota elegante, o el pelo suelto (el que yo quiero) o
recogido con una coleta, si o si lo tiene que conseguir la verdad, siendo
sincera, me da demasiada rabia… si son discusiones tontas, pero reales, que
anulan mi voluntad de decisión, me vuelto una niña nuevamente.
Como he expuesto, hace tiempo
hable, de la frustración del adulto con discapacidad, en aquel entonces no era
muy consciente, escribir bastante por el aire, pero ahora, lo sé, lo estoy viviendo
en mis propias carnes, es muy doloroso y frustrante, por ello, vuelvo a
escribir sobre el tema, por que si tengo discapacidad, sí, soy dependiente,
pero ya no soy la niña, que fui ayer, soy una mujer de 34 años, con poder de
decisión, debería ser respetada aunque a la otra parte, no le parezca, y
aceptar mis decisiones, por mucha tontería que les parezca. Si me tengo que
equivocar, lo haré, aceptare, y aprenderé, si me tienen que criticar, por tener
una mancha en el pantalón, que lo hagan, es cosa mía, es lo que ellos no
quieren entender…. Cada pequeña cosa es motivo de disputa, no quieren ver la
realidad, que, si soy dependiente, sé que no es nada fácil, y agotador, ser
cuidador, pero tampoco es nada fácil, depender de los más, mas si ellos, no
aceptan la realidad del adulto que ya eres.
La pesadilla parece real, es muy
fácil tener una adicción, poder combatirla, cuando se tiene dinero y fama, sí
quizás te quedaste arruinado, pero tu cara conocida, te sacará de todos los
apuros, podrás volver a empezar… Justo inicio la lectura del libro del gran
conocido Alsonso Caparros “Un trozo de cielo azul” él tuvo problemas con las
drogas, a causa de ello, se cambió de comunidad, pero tuvo que dejar una
relación para sobrevivir, justo a empiezo a leer esa, su lectura, ya tengo
varios que decir… Es que ahora, al tiempo de hoy 2022 lo veo por televisión, ya
recuperado, e incorporado, en su oficio…. Pero entiendo no le fue nada fácil,
tendré que seguir leyendo las páginas de ese libro, para entender más… que más
me siento identificada.
Así es, no compre ese libro por
casualidad, lo compre, porque me sentía identificada, en ese, en este momento
de mi vida, donde explica, anuncia un poco más profundo, su problema con las
drogas, con la cocaína para ser exactos, ese que ese polvito blanco, inocentón,
es la hija del mismismo diablo, como dije una vez, lo sigo pensando, realmente,
no es una idea mía, se lo cogí al padre de mi hija, el amor de mi vida, en el que es muy cierto “las drogas no son el
problema, sino los fantasmas que hay en nuestro interior, nuestros demonios”
Sí, tengo un problema con las
drogas, la cocaína para ser exactos, mucha gente, me ve como niña, incapaz de
cometer tan estúpido error, pero señores, señoras, no soy una niña, soy una
adulta, no importa la silla de ruedas, soy mujer, soy persona, bien consciente
y capaz de tomar mis decisiones, aunque algunas sean, una real cagada, es lo
normal del ser humano, sí equivocarse… nadie me manipulo, me obligo, yo misma
quise abrazar, probar la cocaína, la veía mil veces mejor que el alcohol, ni
entendía, porque era clasificada como droga dura… Me ayudaba cantidad, ante mis
secuelas de la parálisis cerebral, no negare que me encantaba la sensación con el
tiempo de estar jugando con ella, me quemé por completo, ya vi claro, la
semejanza con el diablo, ya cuando quise decirle basta, ya era tarde, es bien
adictivo, era casi imposible decirle no, el espejismo, de las hormonas de
adrenalina y felicidad, era superior, el cerebro quería más y más…, ya que solo
se quedaba con lo positivo, eliminando de la mente, por completo lo negativo de
la droga, Fue un error, un grandísimo error, lo sé, mas, con una niña pequeña,
que dependía de su madre, pero antes de juzgar… hay conocer el escenario que
hay detrás… Realmente la cocaína, no es el problema, si claro es muy adictiva,
esos espejismos de grandísima felicidad no ayudan, pero si despertó ese monstruo
dentro de mí es por algo, son las múltiples sombras, que me abrasan, tengo que
cambiar mi vida, mi propósito, “corregir” lo que me falla, lo que me mantiene
rota, buscando arreglo, en lo más peligroso, tengo que cambiar eso, corregir
eso, el monstruo permanecerá dormido, tener una adicción a las drogas, es un
pez, que se muerde la cola: “Inicias a consumir, en busca de algo, tienes que
encontrar ese algo, para dejar de consumir” aparte terapias, psicólogos,
siempre en alerta, porque quien tenemos ese monstruo, ya es para toda la vida,
se trata, si tú lo controlas a él o él a ti, confirmo, pero lo voy trabajando,
mejorando día a día, yo controlo al monstruo, la prueba es que estoy hablando
de ello, sin ninguna necesidad de tener esa porquería cerca, estoy leyendo un
libro del tema, trabajo con dinero en mano, estoy escribiendo estas líneas, sin
ningún antojo, es más me convenzo que la quiero bien lejos. Justo inicio a leer
el libro, pero soy consciente, con dinero todo es mucho más fácil, en mi caso,
la falta de este, y demás problemas me empujaban a consumir más y más “un poco
de paz” con esa venda en los ojos, que esa “paz” era un grandísimo problema más,
también era un problema, porque no tener dinero, tampoco había droga… Como digo
es muy fácil criticar, sin conocer las circunstancias que hay detrás…
Al día de hoy 6 meses y sumando sin
consumir ni una raya y sumando, pero antes quiero aclarar, que mi discapacidad,
no elimina esa curiosidad, o esa manera de hacer, es lo que pensáis, que me
manipularon a, b o c, en realidad, me estáis discriminando, me estáis
incapacitando, en algo, que como todo humano, es muy fácil caer en el pozo, y
no nadie me manipulo, ni me obligó, yo Vanesa Ruiz García, quise jugar con
fuego, y me abrasé… en todos los sentidos, pero estoy aprendiendo y saliendo,,
de las más difíciles situaciones, y lo lograré, lo más difícil ya lo he pasado,
y seguiré aprendiendo y mejorando…
Ellas dos son mis hijas, si las
dos, la mayor es la más bajita, oscurita con cuatro patitas, una colita, mucho
pelo, sí así es la perrunita. Ella es mi hija mayor se llama yera, ya tiene 11
años, 10 y poco con nosotros, adoptada en una perrera, de Valencia, (España)
fue entregada en un pueblo de la costa Brava sobre la una de la madrugada. Desde
el minuto 0 ella lo supo, supo que éramos sus papás, aquel su nuevo hogar.
Aquella misma noche, atajó a la primera norma, de ir a dormir a su camita, recién
comprada para la recién llegada, en el salón (en la habitación de al lado
estaban durmiendo sus papás) ese fue el comienzo de nuestra paternidad, de una perrunita,
pero papás, a fin de cuentas, ella, se comportaba y comporta como una hija más…
se pone super feliz cuando vamos todos juntos, se entristece, se preocupa, y
tiene miedo, cuando sus papás pelean…
La pequeña, la humana, blanquita
de piel, ya dos años, llegó cuando su hermana perrunita tenía nueve años, cerca
de los diez años. Al principio muy bien, Yera no entendía la llegada de ese
cachorro, pero lo cuidaba y lo defendía como uno más…
Con el pasar de los días, semanas,
meses, sus papás, se olvidaron, que yera era hija única y muy mimada y
consentida de sus papás, estos, al llegar el cachorro humano, sin ser
conscientes, dejaron un poco de lado a su hija mayor, esta sintió como la desplazaban,
por el cachorro, e inició unos grandes celos… nosotros sin ser conscientes los
provoquemos… a Ello voy, con más razón digo, que la perrunita, es la mayor de
mis hijas, al día de hoy, dos años mas tarde, se toleran, pero sin molestarse
mucho una a la otra, ya comparten juguetes y travesuras, la pequeña ya culpa a la
grande de sus travesuras jajajaj ¿Quién dice que no es lo mismo? ¿Quién dice
que no comparé? Acaban de pasar los 3 reyes magos, Yera también ha reclamado su
regalo… ¿Qué más pruebas quieres? Yo como su madre, se que de la misma manera
su padre…. El día que tengamos que enterrar a la mayor de nuestras hijas
(lamentablemente, por regla general, así será) será un sufrimiento inconsolable…
porque ellos, son mas que un perro o un gato, son más que una mascota, son
parte de la familia, su partida, duele igual que se fuera un hijo.
Ellas son mis dos hijas, la
grande y la pequeña, la oscurita de piel (como su papá) y la blanquita de piel (como
su mamá) Pero ambas son fuertes, guerreras, caprichudas, valientes (Yera,
significa guerrera en vasco) pero que decir, son idénticas las dos a sus papás…
Y la familia Muñiz Ruiz, no puede estar mejor construida.
Cuenta la leyenda, que ya
cuando suene la última campanada, cierra los ojos, tu deseo será real…
Fue un año terrible, sobre todo
el último mes, la muerte de mi padre en aquel accidente de tráfico, él
tranquilo, parado en aquel semáforo, cuando le envistió aquel borracho, dejando
el coche nefasto, ni tiempo de llegar al hospital, que murió en el acto, lo
peor de todo, que aquella mañana discutimos por una tontería, maldita tontería,
que la última palabra que le dije a mi padre fue “Te odio”
Tras las 12 campanadas y comerme
mis 12 uvas, me acosté satisfecho de haber pedido mi deseo, no es bueno
trasmitirlo, por ello, guardo boto de silencio, pero al despertar ese 1 de
enero, lo primero fue sentir el olor de las tortitas que hacía mi padre, no era
posible, pero su voz resonante y un pellizco en mi piel, confirmó que no estaba soñando que aquello era
real, di un salto de la cama, baje las escaleras de dos en dos, lo vi, allí
estaba, mi padre, haciendo malabares con la sartén y las tortitas en ella. Me abalancé sobre él abrazándole con fuerza, casi provocando un accidente…
-Oh hijo
yo también te quiero, pero parece que no
me has visto en un mes -esas fueron sus palabras, y él ignoraba asta que
punto eran realidad… Me fijé en el calendario, marcaba un mes atrás, más bien
en el día más terrorífico de toda mi vida… para nada iba a discutir con mi
padre ese día, menos aun iba a dejarle salir de casa.
Fue un día muy entretenido y
divertido, ignoraba cuando me sentía, yo tan feliz, bueno, si claro, le estuve
ayudando arreglar cosas de la casa, ya iniciaba esa última tonta discusión que
tuvimos, pero no le seguí le di la razón en todo, todo, pero me olvide de un
pequeño detalle, es que él era psicólogo, tenía pacientes caseros, qué él iba a
sus casas, en caso de una emergencia, obviamente, como aquel día, el teléfono sonó,
con un paciente desesperado, como era de esperar, mi padre no pudo decirle no,
por mas que suplique no creía mis razones (nadie lo hubiese hecho) se ve lo mas
apurado posible, me quedé verdaderamente sufriendo, pero si había tenía esa
segunda oportunidad, algo debía ser diferente, respire hondo, espere con toda
mi alma, que no me equivocara. Mi móvil, lo tenía a todo volumen, a diferencia
de un mes, que como estaba enfadado, lo tenía apagado, ahora me ponía a pensar,
que menuda idiotez la mía… De repente el teléfono sonó con verdadera desesperación, al igual que mi corazón, de la misma manera lo atendí… la noticia que no escuchar, se pronunció “Su
padre ha tenido un gravísimo accidente, vaya al hospital” Con verdadera
desesperación de la casa salí, derramando lágrimas, y suplicando al cielo. Al
llegar, al entrar en aquella habitación de hospital, con olor a desinfectante, lo
vi, allí estaba, aun había esperanza, entubado asta los pies, le cogi la mano, “papa,
lo siento mucho, papá lo siento mucho, papa, te amo…” Llegué a escuchar “Yo
también hijo, eres mi mayor tesoro, se feliz” fui consciente, fui testigo de su
último suspiro…
Volví a despertar, en el tiempo
real, sin entender nada… por que el destino me dio esa oportunidad… ¿para ver
morir a mi padre igual? No entendía nada… por mas vueltas que le daba no entendía…
Es que era cierto, yo pedí despedirme de él, el destino, me dio la oportunidad
de despedirnos con amistad, sin recelos sin remordimientos, ni enfados, seguía
teniendo un ángel protector allá en el firmamento, pero le pude decir adiós, un
te quiero real y profundo. con todo sí, se cumplió mi deseo en esas doce
campanadas, después de esas 12 uvas, y siempre creería en ellas