Nunca entendí bien porqué existían tanta rivalidad entre mi suegra y yo, sí, se bien, que su hijo, se casó conmigo, pero eso no significaba, que ya no la quería, siempre consideré que era algo exagerada, y dramática. Eso era ayer, tiempos pasados, mi suegra ya está bien ancianita, yo ya soy abuelita, literalmente, mi nieto, el hijo de mi hijo, hoy cumple diez años, todo un hombrecito, desde la opinión de ayer, a la de hoy, he vivido, he conocido, he tenido la oportunidad de ponerme en la piel de mi suegra, conocer otra realidad, que ella vivió ayer, y desde hace una década estoy viviendo yo…
Tengo dos hijos, una hija, es la mayor, tengo tres nietos de su parte, la verdad es que los veo a menudo, los cuido de tanto sus padres trabajan, y cada domingo los tengo comiendo en casa, sí, a los cinco, me gusta, así puedo estar con mi niña, y mis queridos nietos y yerno. El varón es el pequeño, siempre tan apegado, tan cariñoso a mí, mi hija, estaba más por su padre, era su héroe, en cambio mi niño, yo era su reina su heroína, sí, sí así me lo decía, a la misma que jamás cambiaria. Incluso en la adolescencia, me tenía confianza, yo era como su aliada, siempre tuvimos una excelente comunicación.
No tuvo ningún apuro en contarme de ella, cuando se conocieron, empezaron a salir, me pidió consejo para pedirle matrimonio, que en ese momento, me pareció una excelente idea, y me lo sigue pareciendo, es muy buena chica, es solo que, desde que está ella en la vida de mi hijo, extraño la relación tan apega que tenía con él.
La mujer de él se crio en la ciudad, tenía un trabajo allí, por aquel entonces él estaba en el paro, así que no dudaron en irse para allá, en el que mi hijo no tardó en encontrar un trabajo allí, cerca de la familia de ella. Claro que los veo, pero únicamente una vez por semana, dos o tres horas, para mi no es suficiente. Con la otra abuela, pasan el día, de tanto ellos trabajan, como yo con mi hija, la tengo cerca de mí, en cambio los padres de mi yerno, están algo alejados, no ven a nuestros nietos tan a menudo como me ven a mí, por lo mismo por los hijos de ellos, tienen más contacto conmigo, que con la otra abuela.
Ahora si estado en las dos caras de la moneda, puedo entender mejor a mi suegra y también a mi esposo, cuando nuestra pequeña dejo el nido, soltó la mano de su padre, para dársela a su esposo, el padre de sus hijos, no entendí la realidad y difícil que era para él, saber que su pequeña, ya tenía otro héroe, ahora lo entiendo bien, me disculpo, por minimizar sus sentimientos. Sé que mi niño, ya no es un niño, es un hombre, es padre con responsabilidades, y me siento muy orgullosa del hombre que es, y la familia que ha formado, pero extraño el niño de ayer, que me decía su reina, me abrazaba sin necesidad de un motivo, me explicaba todo, era mi Batman particular, que me protegía de todo mal, sí, incluso de las arañas.
Perdóname suegra, de verdad, ahora te entiendo bien, lo difícil que es este proceso que ignoro, si realmente algún día lo aceptaré o como hasta hoy simplemente, lo sobrellevaré.
Escrito: 26 de septiembre del 2015
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