Hay tantísimos mitos, que giran
alrededor de la discapacidad, dentro de esa condición, sobretodo se centran en
la sexualidad de estas personas, hasta el punto, que se olvidan de que son
personas, solo los ven como una discapacidad.
Algunos dicen que somos angelitos:
¿Qué significa eso? Que nunca nos equivocamos, que siempre estamos felices y
contentos, que somos niños eternos…. ¿Qué dan a entender con eso último? ¿niños
eternos? Que no crecemos, que nuestra sexualidad es nula. Algo extraño, porque
todos tenemos una sexualidad, incluso antes de nacer, el ser hombre o mujer, ya
nos hace una sexualidad, pero vayamos a los mas concreto, el deseo sexual, que
todos poseemos, incluso los mas pequeños, con su propio cuerpo.
Otros en cambio dicen que somos
demonios…. ¿A que se refieren?, sobretodo a la discapacidad intelectual, que al
“no saber diferenciar” entre el bien y el mal, pueden hacer mucho daño, y
violentar duramente.
Tanto en un caso como el otro se
están olvidando de algo muy importante, que antes que una discapacidad, somos
personas, como las discapacidades no hay ninguna idéntica, ni personas tampoco,
pues las personas con discapacidad, es la misma cosa. No se trata de
discapacidades, sino personalidades y educación, no hay dos personas idénticas en
el mundo, las discapacidades son igual, las personas con discapacidad, son de
la misma forma. Siguen siendo personas, pero en una condición de discapacidad.
A que me refiero con “¿Siguen
siendo personas pero en una condición de discapacidad?” Que no somos ángeles,
nos equivocamos mil veces, tenemos nuestros días de tristeza, de rabia, tenemos
nuestra forma de ser, no somos niños eternos, crecemos, sobretodo tenemos nuestra
sexualidad activa desde nuestro nacimiento, o incluso antes. Por otro lado,
tampoco somos demonios, la discapacidad intelectual tampoco, como bien he
dicho, no depende de discapacidad, sino de las educaciones, que nos dan desde
el nacimiento, y como todos los humanos, todos tenemos bien y mal dentro de
nosotros, solo vencerá la que alimentemos, como bien he dicho no se trata de discapacidades.
¿Ángeles? ¿Demonios? Ninguna de
las dos, solo personas, como tales, tenemos ambas dentro nuestro, pero sobre todo,
una sexualidad, que nos forma parte de esta humanidad.
Escrito: 07 de junio del 2020
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