Estoy a 21 días de cumplir 29 años, casi tres décadas que estoy en este mundo, 13 días más tarde, me llegó la meningitis, con la parálisis cerebral, en el que me acompaña desde ese día.
Mi infancia fue feliz, las cosas se empezaron a complicar en la adolescencia, donde, mi vida social se convirtió en nada, en todos me recalcaban, que mi discapacidad me hacía inferior, yo jamás podría vivir la vida, como las demás personas, es decir que mi discapacidad me definía, ya no podría hacer más, que resignarme y aceptar, pero no, nunca acepte ello, quizás no de la mejor manera, pero no dejé de buscar, de intentar, aunque para ello, no salí lastimada de milagro.
Tenía 20 años, mi adolescencia pasó sin ser consciente, sin disfrutar de esos mejores años que decían que eran. A los 17, se me abrió una ventana a la vida social, internet, pero a la misma, el acoso internáutico. A los 18, logré mi primera silla de motor, logré la libertad, que tanto ansiaba, y necesitaba. A los 19, el trabajo, no pude llegar a trabajar, de lo que estudié, se negaron a darme una oportunidad, pero me contrataron, vendiendo lotería, para personas con discapacidad, ya va hacer diez años de ello, aun sigo allá. Con la llegada del trabajo, comenzó, la vida social, con mi clientela, conocía gente, la mayoría, muy buena, en el que se olvidaban que era mujer, a pesar de mi casi segunda década, me veían como una niña eterna. Otros hombres en cambio, me observaban pervertidamente, si, ellos pasaban de la quinta década, e inicio, el acoso sexual, al no tener amistades, ir sola a todos lados, pues me acorralaban, y me acosaban fácilmente.
No siempre fui la que soy ahora, Vane Vs Discapacidad, ganaba la discapacidad, eso me desesperaba, joven que conocía, me veía con ojos pervertidos, o no querían tener nada que ver conmigo, eso a través de amenazas, o mentiras.
A los 20 años, decidí dejar el mundo peligroso de los chats, porque acabaría arrepentida de verdad, fue entonces, cuando conocí, a la persona que cambió mi mundo, mi realidad, tenía 22 años, cuando conocí el amor, meses después me independicé con él, e inició una nueva etapa, una nueva realidad. En el que los retos no se acababan mas bien regresaban con intensidad, sin importar mi discapacidad, mi parálisis cerebral, pero tenía un compañero a mi lado, juntos, saltaríamos cualquier barrera.
23 años. Me casé, viajé por primera vez, al otro lado del océano, a México a conocer el país, mi esposo, a su familia.
24 años. Llegó nuestra hija perruna, de alguna manera, empecé a ser consciente, como sería mi futura maternidad con un bebé humano. También fue un año difícil, a causa de todo el acoso, que recibí, pero al mismo tiempo fuimos conscientes de la La realidad sobre la justicia.
25 años. Volvimos a México todo diciembre 2012, incluida la navidad, tuve oportunidad de vivir esas fiestas especiales con la familia de mi esposo, que era mi familia, lo único que consiguió que me enamorara más de México.
26 años. Se puede destacar el 2013 por una operación inesperada o dos, mejor dicho, al tener la meningitis, también tuve hidrocefalia, pero cambiaron, la válvula, algo totalmente necesario. Ya que sin ese tubo las personas que tenemos esa condición, poca vida nos queda.
27 años. Se puede decir, que casi inició ese año, con un reto intenso, llenos de problemas, cambios en mi cuerpo y personalidad, creíamos enormemente, que me embaracé, aunque las tecnologías decían no, pero mi cuerpo y mi mente decían lo contrario, llegó un punto, que a mi forma de ver sufrí un aborto, meses después, pero nunca pude estar convencida, porque me discriminaron como mujer, por mi discapacidad. Se puede decir también que, con 27 años, eche mis primeros tragos, no puedo mentir, que les cogí el gustillo.
28 años. La edad que tengo ahora, la edad que estoy a punto de dejar atrás. En este año, Viajé a Paris, conocí la ciudad del amor, tuve que separarme durante seis meses, de quien más quiero, pero a la misma, he podido al fin, iniciar una vida en México, la verdad, no puedo estar mejor, estoy donde quiero estar, con quien quiero estar, sin dejar que mi discapacidad, los de mi alrededor me acondicionen, solo yo tengo la elección, los demás tendrán que aceptar. Realmente en este país, estoy viviendo, por todos esos años que me perdi, disfrutando de cada segundo, sin importar lo que digan, lo que piensen los demás, solo yo, los que me importan.
29 años. Está claro que los iniciaré, en México, no tengo mucha idea de cómo seguirá… solo se, que los treinta están muy cerca, demasiado, sí me gustaría iniciar la etapa de la maternidad, en cuanto se cierre el circulo que estoy metida ahora. Ya no soy una niña, se me acaba el tiempo, quiero tener hijos, vivir la etapa de la maternidad, de esa forma, es como veo mi futuro ¿En dónde? Realmente estoy encantada con México ningunas ganas de volver, no puedo predecir el futuro, pero, no me disgustaría quedarme en la gran ciudad de México, e iniciar una vida más a largo tiempo acá. Ya mis padres, mis familiares me dieron el visto bueno “piénsalo elijas lo que elijas estará bien, lo importante que seas feliz” De todas formas, es mi elección o de mi esposo, pero es bueno saber que aquellos que me dieron la vida, me apoyan.
La discapacidad lleva conmigo desde que nací, pero acabé aprendiendo que no es una maldición, ni una desgracia, la discapacidad, no te priva de nada, sino más bien, la mentalidad de los que te rodean, que te contagian esos mitos. La discapacidad me mostró, que no es enemiga, que solo es una parte de mí que debo aceptar, que, si me lo propongo, puedo llegar hasta lo más alto. La discapacidad me mostró otra realidad, es que ella no es el problema sino la sociedad que te rodea.
Escrito: 23 de mayo del 2016
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