Con mi hija... Sí tengo una hija de dos años |
Hace tiempo, con dos artículos
distintos hable sobre el tema, “la frustración del adulto con discapacidad” y “Palabras
de una mujer con discapacidad a sus padres tras su ruptura” y hoy me gustaría mezclar
esos dos artículos, que me persiguen día tras día…
Antes de nada, decir, aclarar,
que estoy viviendo en la casa que me vio crecer, que vio convertirme de niña a
mujer, vuelvo a estar en la compañía de mi madre, y mi hermana 13 años mas joven
que yo, ella ya tiene sus 21 años. El echo de estar entre estas 4 paredes, me
causa conflicto emocional, ya que yo ya no soy la misma niña, que salió hace 13
años atrás… Ya maduré, ya soy una mujer, el vivir durante tantos años, en otro lugar,
independiente, fuera del alcance paterno, ya me convirtió en otra forma de
hacer y de pensar… En esta casa, en mi familia, sobretodo mis padres, parece
que se olvidan…
Ellos se encierran para ir al baño,
en cambio conmigo, hacen reuniones de charla, estando yo en la ducha, o sentada
en el WC. A mi hermana le pregunta “¿Puedo entrar en la habitación?” Conmigo
no, conmigo entran directamente. Ninguna deja la puerta abierta, por el pudor
de su desnudez, conmigo en la ducha, entra todo el mundo, o lavarse las manos,
o Wc… De ahí llega, el inicio de la frustración… después no entienden porque
estas enfadado…..
Hay días, que lo primero que te
dicen la mañana “Hoy toca ducha” “Hola, buenos ¿días que tal?” Después sigue la
guerra, porque te tienes que duchar a la hora que ellos dicen…. Entiendo, que
ellos te tienen que ayudar, tiene que ser un horario que ell@s puedan… pero de
ahí a no negociar…. O para asearte, hay zonas que quieres tú, a tu manera, que
nadie, menos tu madre o padre metan mano ahí, pues esa es otra, ya que estoy yo
a mi manera, cuando me levantan el brazo para ponerme desodorante o pasar una
toalla húmeda… “quita mujer, que esto lo hago yo” aun se sienten ofendidos sin
recordar que ya no soy la niña de ayer,
Que conflictos más me encontré…
Yo que voy en silla de ruedas, salir con mi madre a la calle, es imposible,
esta todo el tiempo “Vanesa cuidado” “Vanesa esto” “Vanesa lo otro” Ya se, ya
veo, o ya oigo “Me guío más por el oído que por la vista” por más que le digo,
por más que le expongo, ella, sigue, que sigue su cantalera… o como la hora de
vestir o peinar… yo quiero calzado cómodo como las bambas, mi madre si o si me
tiene que poner la bota elegante, o el pelo suelto (el que yo quiero) o
recogido con una coleta, si o si lo tiene que conseguir la verdad, siendo
sincera, me da demasiada rabia… si son discusiones tontas, pero reales, que
anulan mi voluntad de decisión, me vuelto una niña nuevamente.
Como he expuesto, hace tiempo
hable, de la frustración del adulto con discapacidad, en aquel entonces no era
muy consciente, escribir bastante por el aire, pero ahora, lo sé, lo estoy viviendo
en mis propias carnes, es muy doloroso y frustrante, por ello, vuelvo a
escribir sobre el tema, por que si tengo discapacidad, sí, soy dependiente,
pero ya no soy la niña, que fui ayer, soy una mujer de 34 años, con poder de
decisión, debería ser respetada aunque a la otra parte, no le parezca, y
aceptar mis decisiones, por mucha tontería que les parezca. Si me tengo que
equivocar, lo haré, aceptare, y aprenderé, si me tienen que criticar, por tener
una mancha en el pantalón, que lo hagan, es cosa mía, es lo que ellos no
quieren entender…. Cada pequeña cosa es motivo de disputa, no quieren ver la
realidad, que, si soy dependiente, sé que no es nada fácil, y agotador, ser
cuidador, pero tampoco es nada fácil, depender de los más, mas si ellos, no
aceptan la realidad del adulto que ya eres.
Escrito: 16 de enero del 2022
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