Siempre tan valiente, atrevido,
para él no existía él no puedo, cada cosa que le proponían “Reto aceptado” no
calculaba la dificultad, o que tan legal era… o a quien podía lastimar. Siempre,
era siempre, no había nada imposible para él, sin ser consciente que podría
acabar lastimado, o lastimar a los demás. Siempre, destacaba, por ser capaz de
todo, lograr todo lo que se propusiera, era el rey de las medallas, de llegar a
lo más alto…
Nunca, se veía pequeña, débil, e
incapaz de lograr nada de lo que se propusiera, muchos le decían que era capaz
de llegar a las estrellas, pero se lo tenía que creer, ese era el problema, que
ella, Nunca, no se veía capaz de lograr nada, el mundo le atemorizaba, miedo
era su apellido, le venía a la perfección. Nunca se ponía en lo peor de todo,
siempre le atemorizaba todo ella era del viejo lema “más vale lo viejo conocido
que lo bueno por conocer”
Un día, sin aviso, Siempre y
Nunca, se encontraron perdidos en medio del bosque, todo era paisaje verde,
idéntico, montones de árboles, de animalitos inocentes, y salvajes. Siempre muy
convencido, de pisar el camino correcto, llego a esa zona desconocida. Nunca,
se despisto unos segundos, tras una neblina, acabó en aquella misma zona. ¿Cómo
regresar? Estaba demasiado aterrada para pensar… - “Vamos nena, yo soy el mejor
orientándome, yo te sacaré de aquí” fue el mensaje de Siempre “No me llamo nena
me llamo Nunca”- “Con ese nombre no me extraña que seas incapaz de alzar el
vuelo” Nunca ignoró el comentario, aunque era una desconfiada nata, en ese
momento Siempre era la mejor opción para confiar, pero Nunca no pudo evitar
pensar “Y tu con ese nombre, no me extrañaría que te empotrarás con la
realidad”
- “Vayamos por aquí” -direccionó
Siempre –“Ahora por aquí, y por aquí…” -Nunca iba detrás de él, pero, no hacían
más que dar círculos, en el mismo lugar. – “Estamos perdidos” Se desesperó
Nunca. –“Yo nunca me pierdo, vamos por aquí” Seguía entusiasmado Siempre,
llegaron a un río, con unas piedrecitas, que te llevaban al otro lado –“Oh
tendremos que cruzar por aquí” –“Oh no, yo no sé nadar” caminaba hacia atrás Nunca
–“Vamos no podemos volar, créeme que lo he intentado, debemos cruzar por aquí,
nadie te dice que nades, solo que saltes” Siempre estaba bien entusiasmado. Se
siento como un rugido –“¿Que ha sido eso?” se ha asustó de tal manera Nunca, dio
tal salto, que acabó encima de una piedra, en medio del río “¡¡No!! ¿Como voy a
hacer ahora?” –“No te queda otra, debes pasar al otro lado”
Ya al otro lado, Nunca se sintió
aliviada, y a la misma feliz, de haber seguido y logrado a pesar del miedo…
Siempre iba por delante hablando con todo ser vivo que encontraba. El tiempo
pasaba, el sol se iba escondiendo, la luna asomando, los animalitos diurnos, daban
las buenas noches cuando los nocturnos, daban los buenos días…
Se veían unas sombras a los
lejos, como cinco seres, que esperaban, impacientes y hambrientos. Siempre,
siempre optimista corría hacía ellos, Nunca, corría tras Siempre intentando
detenerle –“No, Siempre, no, huye de ellos, son lobos, están hambrientos, solo
te ven como un pedazo pollo frito” Pero Siempre no escuchó, y Nunca, no se
equivocó y tuvieron que echar a correr, en plena oscuridad, con única claridad
que la luna llena. Lograron despistar a los lobos. Truenos, rayos, empezaron a
caer, ellos seguían en ese bosque perdidos. Siempre quería subir al árbol,
Nunca sabía, que la tormenta podía destrozarlos… Encontraron una cueva vacía y
ahí se metieron…
Amaneció, sin lluvia, con gran
sol, al poco de caminar se encontraron una montaña que escalar, Nunca, estaba
temeroso, pero Siempre, inició la actividad, le ofreció su mano a Nunca, al
llegar arriba, desde lo más alto, al fin vieron la ciudad, solo debían bajar,
allí estarían, juntos casi a la misma vez al fin llegaron a casa…
La vida está hecha para un
conjunto de ambos, Siempre podía aprender mucho de Nunca, y Nunca podía
aprender mucho de Siempre, ambos eran únicos y perfectos en su estilo, se
complementaban Siempre llegaba a donde Nunca era incapaz, Nunca ayudaba a
Siempre, donde él no llegaba, como el día y la noche, Nunca y Siempre, tenían
su don, gracias a su compañer@ aprendían otros.
Escrito: 19 de junio del 2024
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