Me veo a mí misma, no paso de los
cinco años, una niña feliz, teniendo paz en su alma, ella no se ve diferente, que
los demás niños la incluyen de todo, cuanta inocencia, cuanta felicidad irradia
¿Qué pasó para que eso cambié? Me mira, me señala, yo miro hacia el lugar, 16
años quizás, esos niños incluyentes, se volvieron adolescentes, cambiaron su
chip, ya no me incluían a mí, se iban de aquí para allá, y a mi no me decían
nada de nada. Veo a mi otro yo, su alma hecha añicos.
Llego a casa esperanzada, mi
familia me ayudará, pero zas no dejan de trabajar, lo poco que los veo, no
llegan a comprender lo mucho que los necesito “Ya tienes agua, luz, comida, una
cama, ¿Qué mas necesitas?” A ti, tu apoyo, tu amor incondicional, como parte
que me trajo a este mundo, soy testigo que esa Vane de esa época no entiende,
se queda ella y sus añicos, sola entre esas 4 paredes, sin dejar de escuchar el
rechazo “tú no puedes” “tú nunca tendrás” “Nunca podrás" Sus padres no pueden
entender, que ella tiene movimiento, voluntad de llegar a más, con o sin su
apoyo…
Cambió el escenario, ya estoy con
ese guerrero andante, que me fui a vivir con él, sin para nada estar preparada,
ahí ya se creo otra Vane, donde la dependencia domina, es capaz de abrazar al
mismo diablo, con el cual de no volver aquellas paredes que le vieron crecer.
Por fuera se ve feliz, por dentro desgarrada, solo que aun no es consciente,
está confundiendo la felicidad, entre tanto otra Vane, se está originando, la
dependencia emocional, ha dado un paso mas allá, es esa primera copa, o esa
primera raya de adicción, es que un preso, no puede sacar a otro preso, es lo
que es ella, una presa de si misma, ajuntada con otro preso de sí mismo. Es que
los cimientos de esa niña feliz, de esa adolescente rota, de todas las
mentiras, de todo el rechazo de su entorno, crearon esa dependencia, esa
enfermedad llamada adicción.
La vida es muy astuta, te conduce
por caminos, que jamás imaginaste pasar, siempre pensando que debías ser
rescatada, realmente, tu sola puedes salvarte, no se trata de fuerza física, no
importa las barreras de esta sociedad, se trata de determinar, ser valiente,
esforzarse, solo eso, por lo demás, tu misma tienes esa espada, para luchar,
salir adelante, no escuches a tu entorno, ignora a tu familia, ellos también se
equivocan…
Ahí llego yo, esta vane, que hoy
soy, en la misma casa que me vio crecer, con la custodia de mi pequeña gran
guerrera, amando la soledad, abrazando la luz, la claridad, no es fácil el propósito establecido, pero
Vanes, no estamos solas, no es la vida, Dios está contigo, sé que tiene un
propósito grande para nosotras, solo sigamos sus pasos, nuestra voluntad es
solo suya, dejemos guiar, sigamos sus huellas, ya estamos en la dirección,
sigamos hacia adelante, confiar, aumentemos la fe, ignoremos al mundo ellos no
saben, escuchemos a Dios, sigamos sus huellas todo estará bien, todas esas
Vanes, que se han ido creando al pasar nuestra historia, se irán a juntando, desapareciendo,
quedando solo la Vane inicial, pero más fuerte que nunca. Aquella Vane rota y
dependiente (de todo) se levantará independiente, capaz de matar dragones y
gigantes, ser la heroína de muchos, pero sobre todo de ti, de mí misma.
Escrito: 03 de junio del 2024
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