Mi vida parece, un ring de boxeo, apenas me levanto del gran puñetazo en mi cara, que ya me viene otro, y otro, me siento atacado todo el tiempo, todos me miran, me contradicen, me gestionan mi vida, siempre me visto con la obligación de poder estar a la altura, callar esas bocas, que no dejan de acribillar, de hablar, de criticar, de atacarme sin cesar, yo no he tenido más opción que contraatacar… ¿De qué otra manera se puede ganar? todo mi alrededor es competición, hay de ti si no eres el mejor, por ello, hay que entrenar sin parar sin detenerse ni siquiera para respirar… Estaba bien chalado quien inventará, el respirar hondo para relajarse, ¿Centrarnos en el hoy? ¿cómo hacer desaparecer el dolor de ayer? ¿Cómo no pensar en el mañana?
Por otro lado ese estilo de vida, tampoco me lleva a nada, ansiedad tras ansiedad, como escuche por algun lugar “Ansiedad obsesión por el pasado, por el futuro, olvidándome por completo del hoy, del ahora, el único palpable que tenemos” es que por este estilo de vida, estoy tirado en el arcén, ensangrentado, con la vista nublada, casi llegando a la oscuridad profunda, o ya llegué ya ni sé cómo responder.
Abro los ojos, ya me encuentro en un profundo túnel con total oscuridad, no dejó de gritar, sin nada que encontrar, solo escucho el eco de mi propia voz, con un solo carril, hacía adelante, es la única manera de avanzar… veo una luz, camino hacía allí, corro con la ansiedad de salir, de seguir, pero acabó exhausto, aun no llego, tan cerca, pero tan lejos, tengo la impresión que no dejo de correr en una cinta mecánicas esas de deportes, corro, corro hacía la claridad, sin llegar jamás… No tengo tiempo para esto, tengo una vida intensa, no puedo parar.
Después de horas de caminar, o quizás minutos que me parecen eternos, no entiendo ni un reloj aunque sea de arena, como puede vivir alguien en esas circunstancia, la vida es obligación, es prisa, es correr, no parar ni un segundo… Grito intentando encontrar una respuesta, pero ni respuesta ni luz, mi ansiedad va en aumento, me cuesta respirar… entonces, las paredes del túnel se encienden, como si fuera un cine, transmitiendo una película, sí, la película de mi vivir… la verdad es que he corrido tanto, pero tanto, que jamás he valorado los momentos, las actividades, las personas, solo me interesaba el ganar, el ser el mejor, el tener lo mejor, eso para mi era verdad, ¿pero realmente era auténtico? ¿De verdad me pongo a pensar esto? ¿cómo es posible? Quizás si, a la fuerza o no, al fin estoy en calma… apenas estoy viendo crecer a mi hijo, por las ambiciones de mi querer… Necesito descansar, estoy agotado de tanto correr sin llegar a ningún lugar, ¿no ha sido ha si toda mi vida?
¿Boxeo para sacar un dinero extra por la familia? Trabajando 14 horas diarias, la oficina era mi hogar, después el boxeo como prioridad… Mi mujer, mi hijo… Ellos no necesitaban nada de eso, me necesitaban a mi, nunca estuve, mi hijo ya es un hombrecito, y me lo perdí, Solo es mi egoísmo, mi ambición a por más. Confundí mi realidad, con mi verdad, negue a mi yo más profundo… De la ansiedad de no llegar, a la tristeza profunda de lo que perdí, voy perdiendo día a día, por la venda en mis ojos… ¿Me dormí? ¿5 minutos? ¿Dos horas?
Las luces empiezan a encenderse poco a poco, me siento más fuerte, llorar libera, parar, estar en calma ayuda. Intento relajarme, con la táctica, que tanto he negado, respirar, en calma ahora veo todo diferente, desde otra perspectiva…. me levanto: Es hora de volver a caminar… He soltado la toalla, ya no quiero pelear, me ha dolido bastante, liberarse y encontrar el modo de salir adelante, limpiar mis pies el lodo con los puños en el aire, ya no quiero pelear…
“Entre montañas y mil tormentas
Si en la vida vuelve todo lo que das
Quiero olvidarme de lo malo
Y sentir otra vez que lo que soy me lo he ganado
Confía que aún queda lo mejor por caminar
Quiero quedarme con los buenos momentos de ayer
Solo tenía que alejarme de aquí
Para ver por qué no siempre hay que ganar
Tan solo estar en calma”
Ahora necesito averiguar como estar en calma, una cosa es la teoría, otra cosa ponerla en práctica, la voluntad de las personas no es siempre la que quiere, camino, camino intentando reflexionar mis propias palabras… la luz se amplía, cada vez más, más deslumbrante, no espera, no es luz, es el sol, como si fuera un topo saliendo a la superficie… ¿Dónde estoy? ¿Qué es este lugar? ¿por qué me es tan familiar? Un recuerdo fugaz llegó a mi, este bosque siempre venía con mi padre, de los recuerdos más felices que viví, él murió cuando yo era niño, toda mi vida, se deshizo añicos, ya nada volvió a ser igual, aun al día de hoy aún está un niño asustado dentro de mi, que controla al adulto que soy, quizás sea demasiado para él… Sin pensarlo, me arrodillé, tarareando una canción que hacía decadas que ni recordaba, que la cantaba junto a mi padre…
De repente desperté, en la habitación de un hospital, con una revelación demasiado grande para dejarla para mi solo, con otra nueva mentalidad, sobre todo oportunidad, agradecido, por descubrir esa calma, necesaria para sobrevivir… “Un día a la vez”
Escrito: 04 de diciembre del 2025
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