38 años, ya con esa parálisis cerebral infantil… 38 años, en esta rueda, llamada vida… con más bajos que altos, con sueños cumplidos, y desastres garantizados… Vivir con una discapacidad puede ser frustrante, injusto incluso cruel…la rueda va girando, las oportunidades o acercando o alejando, solo uno tiene la última palabra… Una sociedad discapacitada, puede hundir, desequilibrar, aquella no tiene nada, o bien, la persona en cuestión, puede aprovechar el impulso para levantarse más fuerte que nunca…
Desde siempre desee tener pareja, formar una familia, mi padre celestial me lo concedió, solo por su gracia… y yo fui responsable de la destrucción, no todo es voluntad de Dios, pero en este caso, él lo marcó así, para abrirme los ojos del entendimiento, de que no necesito ser líder de nadie, sin importar condición, ni los errores del pasado, yo puedo ser mi propio yo, nada escapa de su control, él cree en mí, mil veces más de lo que yo seré capaz, de eso se ha tratado, aún estamos en ello en este último año, que sea capaz de mirarme al espejo, no verme como me ven la mayoría de la humanidad, sino de verme con amor a mi misma, tal como él me ve, como él me marcó… con la capacidad de ver la realidad, y creer en mí.
Este último año, ha sido el año más entendido de bendición, el año, que mi padre celestial, empezó a sanar mi mayor herida emocional, a base de amor, solo como él, es capaz de hacer, escuchando mi corazón, dándome a esas personas adecuadas, a esos lugares exactos, para sanar… Los pensamientos de él son más altos, sus bendiciones extraordinarios…
Este último año a sido de bendición, de capacidad de oportunidad, este año, ha sido un año entrelazar lazos, de amistad, de formar parte de… de escuchar a la persona mas importante que conozco, a mi misma, valorar mi prioridad, soltar a quien no aporte, aunque mi alma se parta en mil pedazos, pero mi Dios ya sabe a quién poner en mi camino… Dios es amor, de eso se trata… sanar a través del amor, de la amistad, de esa familia que tu eliges, y Dios sabe que necesitas.
Los 37 años han sido un gran año de crecimiento personal, sanación, evolución en mi misma persona… Aun es mucho por reponer, pero todo tiene un comienzo, con ello, el inicio del fortalecimiento, sé que los 38 seguirá en esa línea, no todo será fácil, pero de lo dificultoso, llega el crecimiento… Y la fuerza, para seguir… agradecida con ese Dios misericordioso, por cada persona, que han aguantado mi llanto, me han escuchado, me han abrazado, me han hecho reír a carcajada, me han hecho sentir amada, con eso soy consciente de cada golpecito de sanación, de paz, de amor… Miro ayer, miro el hoy, puedo sentirme orgullosa, aun tengo muchos errores, no soy perfecta, soy persona, pero estoy aprendiendo, a mejorar, intento, hacerlo mejor cada día, ya por ello, puedo sentirme orgullosa, no importa las dificultades, todo saldrá bien, él es fiel.
Escrito: 08 de junio 2025
También te puede interesar: Carta a mi presente...
Sígueme también en mis: Redes Sociales