Bienvenid@s al espacio de una mujer con parálisis cerebral e hidrocefália. Una mujer que es mamá soltera, con la enfermedad de la adicción en sus venas… Escritora aficionada, no te pierdas su día a día, además sus pensamientos y reflexiones a través de letras…
La discapacidad, puede ser ignorada, en varios niveles, hasta existen casos que los tienes delante, aunque te gastes la voz gritando, exponiendo, explicando, te sientes ignorado, como si hubiera una venda en sus ojos, tapones en sus oídos, con complicaciones para poder entender la situación. Cuando vives algo así constante, te es muy difícil empatizar, con esas personas que te dañan, aunque estás estén en la misma situación que tú.
En la película “El silencio de las palabras” se muestra una chica con parálisis cerebral, severa, sin poder tener su propia voz, con las ideas muy claras, pero se siente ignorada, con deseos muy profundos, se muestra una sociedad, muy poco inclusiva y empática, donde la protagonista se siente desplazada, discriminada, por todo su entorno… Sus padres, por protegerla tienen sus opiniones, pero con todo, hacen lo posible por entenderla y ayudarla, el dolor de ella, ante el rechazo, es el dolor de los padres… Película muy recomendable, rozando lo obligatorio, de ser vista, padres, educadores, cuidadores, las personas con discapacidad. El final es claro: la dejan que luche en sus propias batallas, con su apoyo incondicional.
…La tristeza, el dolor, la frustración, de la misma manera el ego, se adueña de la posición, en vez de llevarlo con racionalidad, con delicadeza, la afrontas de la peor manera. La empatía, se nace o se hace, porque yo con los animales no humanos, tengo demasiada, su dolor es mi dolor, lloro con ellos, se me parte el alma, en cada uno de sus pesares, pero en cambio con los humanos, la situación es bien distinta, sobretodo con mi círculo más cercano, donde más debería sentirme más comprendida y arropada, es donde más desnuda me siento… A la misma, me cuesta mares empatizar con ellos
Si logro respirar hondo, e intentar explicar, siento que mis palabras, entran por un oído, sale por el otro, o esa típica frase “Ojos que no ven, corazón que no siente” con la diferencia, que están observando, están viendo, ignoran el daño que hacen.
Me pongo a reflexionar, yo no soy tan distinta a ellos, me cuesta empatizar con ellos, es que la tristeza, frustración, orgullo se me adueñan, llega la típica frase “Si ellos no hacen por comprenderme, porque yo sí” Menuda cristiana estoy hecha…
Me pongo a reflexionar, no se trata de algo racional, se trata de sanar, el dolor no se irá por arte de magia, hay que trabajarlo, para entenderlo, para aceptarlo, para sanarlo, quizás no sería tan locura hacer terapia familiar, para poder escucharnos sin ser ignorados.La discapacidad una condición de lo más discriminada, no sólo por la sociedad, incluso, nos sentimos más ignorados por nuestros familiares o cuidadores, es muy posible que ellos sientan igual, incomprendidos por aquellos que más deberían mostrar gratitud, pero si somos espejo donde nos miramos, no podemos reproducir lo que no vemos. Es complicado cuando el del otro lado no es consciente, que lo hace mal (aunque lo haya escuchado mil veces) pero es peor aún, razonablemente ser consciente, estos sentimientos negativos, lleven el control de tus impulsos. En mi forma de ver, estos es un trabajo de ambas direcciones, las dos deben hacer de su parte, con esfuerzo, paciencia… para entender a la otra, ponerse en sus zapatos.
Navidad todo el año… “Que maravilloso sería” Los niños dirían… sin cole, sin obligaciones, solo juegos y diversión… Montones de regalos bajo el abeto o sobre el sofá ¡¡¡Sí un sueño hecho realidad!!!
Navidad todo el año… los negocios engordarían, felices estarían…
Navidad todo el año… iniciemos por meditar, de que hablamos cuando se pronuncia la palabra navidad, aparte del sentido cristiano del nacimiento de Jesús de Nazaret “El mesías” Diciembre, “Época de navidad” época, de humanizar, de compartir, de dar, de estar, de mostrar nuestro lado más humano, y menos salvaje… dejar ver nuestro lado más civilizado, y empático, ser capaces de ponernos en la piel del otro y ayudarlo, sin recordatorios, sin esperar nada a cambio. Navidad, no es el árbol, ni las grandes comidas, y menos esos personajes legendarios que traen regalos, obviamente tampoco los regalos. Navidad, es abrazar con el alma, entregar con el corazón, dar paz, a aquel que vive atormentado… Época de ser humano… y no esclavo de la sociedad, que vive a contrarreloj…. parecemos zombies vivientes, no humanos con corazón…
Navidad todo el año… si la humanidad nos los propusieramos, sería posible, mirarnos muy adentro, recordar lo que todo nos iguala, lo que a todos nos duele, a lo que todos nos falta, Navidad es mirar con el espejo del tiempo, con los ojos de aquel niño o niña que un día fuiste, cuando aún eras tú, no con los ideales de una sociedad enfermiza. Navidad es desprendernos del ego, olvidarnos del dolor de ayer, centrarnos en el hoy, perdonar aquellos que nos hirieron sin rencores, sin el típico “perdono, pero no olvido”
Navidad todo el año... sería posible volviendo a recordar nuestra alegría, dolor, empatizar con el de al lado, sin importar raza, religión status, condición, tratar a esa persona por igual sin importar cuán diferente se ve de ti, porque por dentro todos somos idénticos, al igual que en emociones y sentimientos, lo que ha ti te duele, te frustra, a él o ella, le duele o frustra, por muy diferentes que nos veamos por fuera, en el fondo, todos somos idénticos, y recordar eso, tratar por igual, sin dejar de ser luz, los 365 días del año, eso es navidad… sí, se podría decir todo el año…
Emociones en papel… No todo ser humano es capaz de ello, no se trata de razones, sino ser capaz de plasmar lo que hay muy adentro.
Emociones en papel… dar paso a los sentimientos, sin importar nada a tu alrededor, solo tu propio yo…
Emociones en papel... algunos con letras, otros prosa, la pintura, un gran arte oculto, pero importante que puedas expresarte…
Emociones en papel… romper esa coraza, que el mundo te formó, muestra tu propio yo, sin importar lo demás…
Emociones en papel… tú eres importante, tus sentimientos también… nadie tiene control sobre ellos, ni siquiera tú, deja que salgan, que fluyan, que hablen, lo que tu corazón necesita gritar, esta humanidad escuchar…
Emociones en papel… si estás bendecido con ese don, no lo guardes, manifiéstate, manifiesta tu ser, tus emociones, tus sentimientos, tu persona… como un 25 o 26 de diciembre, pero los 365 días del año… porque es lo que necesita el ser humano, ser más humano y menos villano.
En una colina muy lejana, donde todos han escuchado hablar, pero ninguno ha sido testigo, una colina, un paisaje, donde todos los personajes navideños, hacen acto de presencia, cada uno preparado, para llegar a su extremo del mundo… Santa Claus, los tres reyes magos, los tronquitos mágicos, los duendes traviesos, son solo algunos de los ejemplos, de los muchos protagonistas que existen alrededor del mundo.
Los tronquitos mágicos se iniciaban a despertar, de los grandes protagonistas que existe en Cataluña un pequeño estado, de un lugar del mundo de Europa. Después de once meses de hibernación completa, sentían sus baterías recargadas, preparados para un mes de trabajo intenso. Algunos ya tenían sus casas destinadas, otros eran su primer año con tal cargo, y marchaban a casa de ese infante, para llenarles de ilusiones y de magia.
Tito abrió los ojos, veía el mundo por primera vez, durante ese año de invernación le estuvieron cuidando, mimando, y preparando para ese momento, de acompañar a ese niño o niña en la tierra. Estaba ilusionado, deseoso, de poder compartir tal extraordinaria experiencia… apenas abrió los ojos, escuchaba con desespero, con lágrimas silenciosas, el lamentar de una pequeña, no era una desconocida, era una niña llamada “Vicky” Ya de 6 años, pero Tito y ella, ya se habían conocido mucho antes… no pudo evitar Tito, el recordar ese primer encuentro con Vicky…
era una pequeñita cachorrita que no llegaba a los 24 meses, él era el elegido para cuidarla darle esos momentos, de ilusión, alegría, felicidad… Ella iba con su papá, cuando encontraron a Tito el tronquito por primera vez, con alegría esa pequeña lo abrazó lo llevó a su casita… para cuidarlo, mimarlo, alimentarlo, cerca de ese fuego ardiente, que le mantenía calentito.
Ya el tiempo había pasado Vicky ya no era una cachorrita, sino una niña de 6 años, que imploraba con urgencia la llegada de ellos “¡¿Por que os habéis olvidado de mi?!” Tito se lamentaba mucho de esa tristeza, no tardo en salir al encuentro de Vicky… Por el camino, de montañas altas y hondos valles, se encontró con dos elfos, parecían mellizos, elfo y elfa Oriol, Fiona, se hacían llamar, se encontraban muy nerviosos porque se habían perdido, en la llegada también junto a Vicky. Al ver que estaban destinados los 3 a la misma niña, Tito les animó para ir los tres juntos, en compañía todo sería más divertido. Los elfos, empezaron a saltar entusiasmados, Tito se sentía feliz, de verles felices, sufría mucho, al ver a otros seres tristes. Tito adoraba la compañía, le fascinaba hablar, era duro que el único que le escuchaba era así mismo, en eso viaje, ya no estaba solo, el único inconveniente, es que estos elfos eran acróbatas y muy traviesos, les gustaba tirarse uno al otro, de lo mas alto, saltaban como canguros, haciendo competición. A Tito le daba terror mirar, por si caían, por si se hacían daño, pero ellos reían a carcajada, se escondían a cada rato, Tito pasaba momentos de verdadera angustia buscándolos, con la certeza que se habían perdido, ignorando, que estaban muy cerca de él, disfrutando de su desesperación, como si de un juego se tratara hacían que la llegada a Vicky se atrasara pero estaban muy ilusionados, era la primera vez que iban a la casa de una niña. Tito les explicaba que allí tenían que estar muy quietecitos, que los humanos no podían detectar que se movían por sí solos.
15 de diciembre, una semana para nochebuena, nuestros protagonistas llegaban a casa de Vicky, en un comedor, pequeño pero acogedor. La casa estaba vacía, si no fuera por Yera, el perro mestizo, mitad schnauzer, que no tardó en inspeccionarlos con su húmeda nariz, con su eficaz olfato. Los elfos, olvidando las palabras de Tito, volvieron loco al sabueso, incluso se subieron a sus lomos… Tito se encontró con su hermano pequeño “Juliol” que durante el año, era un simple peluche para Vicky, pero una vez que llegaba el hermano mayor, la magia le envolvía, cobraba vida… Al llegar la niña protagonista, un grito de emoción y alegría salió de sus boca, al ver al tronquito mágico y sus invitados. Vicky no se separaba de ellos, desde que amanecía, hasta que volvía a amanecer, se lavaba los dientes con ellos, desayunaba con ellos, jugaba con ellos, veía la tele con ellos, les leía a ellos, paseaba con ellos, se duchaba con ellos, les cuidaba a ellos, se acostaba con ellos, pero ahí, cuando las luces de los humanos se apagaban, las puertas se cerraban… los duendes despertaban, sin hacer ruido, iban al encuentro de Tito, e intentaban comerse su comida, o sino, dejaban que la curiosidad llevará el timón, hacían muchas travesuras… “¿Por que a ti te dan de comer a nosotros no?” preguntaban los elfos “Vosotros sois seres mágicos, como yo, pero yo necesito alimentarme, para traer todo lo que pide Vicky” les mostro la carta de regalos, había muchísimos, tanto, que los elfos se llevaron las manos a la cabeza… “¿Para nosotros también habrá regalos?”
Los días iban pasando, mientras no eran observados, las travesuras por parte de los elfos ganaban terreno, el tronquito Tito, iba de infarto, en infarto, preocupado por ellos, como encontrarlos en lo más alto del árbol de navidad, tocando esa estrella fugaz, o haciendo acrobacias en los muebles… . Cuando Vicky, la niña de 6 años, llegaba a la casa, toda la atención eran para ellos, montones de comida le llegaba al tronquito, los elfos, bien traviesos, algo celosillos, la iban probando, pero esas cáscaras de frutas estaban muy duras y no muy gustosas… Les gustaba asustar a Yera, la mascota de la casa, ella les ladraba con desespero, para después ser regañada por sus amitos… que no entendían de lo que ella era testigo, su razón de ladrar…
Faltaba pocos días para navidad, era domingo, Vicky despertó, nerviosa, entusiasmada por averiguar la travesura de los dos elfos, pero su sorpresa fue mayor, al encontrarse cinco elfos más, con restos de palomitas, latas de refresco, por todos lados. La pequeña estaba entusiasmada, por tener más nuevos amigos, se sentó en la mesa de la cocina, y dibujo a una de las elfas, era algo distinta a los demás, como en el tamaño por ejemplo, pero las orejas eran idénticas… esa mas los 6 elfos restantes, y los dos tios
24 de diciembre, Vicky se asombro, al despertar, encontrarse un caminito de chocolates, que llegaban donde Tito, para sorpresa de la niña, había una nota. Ella con sus 6 añitos, ya había aprendido a leer, a su ritmo logro vocalizar “Vicky, ya estoy listo, para traer regalos” La pequeña dió un salto de alegría, pero su mamá y su yaya, le recordaron, que había que esperar. Los grandes tenían que trabajar, había que esperar a que Pau su primito llegará, también la Tía Ana, y Bayron… “¿Cuando es eso yaya?” Preguntó impaciente la pequeña… de aquí a 6 horitas. “¡¿6 horas?! ¡Eso es mucho!” Así Vicky pasó la mañana, haciendo manualidades, contándoles cuentos a Tito y los elfos, que se habían quedado incrustados encima del tronquito, como si se hubiesen puesto “Super glue”... las horas pasaron eternas para Vicky, montones de “¿Ya es la hora?” cuando mil horas despues o eso le pareció a Vicky, llegaron los invitados tan esperados, iniciando el ritual de rezos, y de golpes de bastón, fue momento familiar, divertido, entrañable, tierno, llenos de risas y de nervios, en cada golpe de bastón, la ilusión de encontrar los regalos bajo la manta… Para merendar chocolate desecho y bizcocho, más risas y juegos.
A la mañana del 25 de diciembre, todo estaba muy tranquilo, no se veía travesura aparente, es más, Tito, los elfos, todos los elfos, no estaban en la casa y “Juliol” se encontraba en la caja de juguetes de Vicky. En la mantita de Tito, había una nota… “Vicky, ya sabes, después del golpe de bastón, los regalos y chocolates, nos tenemos que ir, a nuestro mundo, a recuperar fuerzas para el año que viene, no estes triste, sabes que no es un adiós, es un hasta luego, el año pasará pronto y volveremos llenos de energía para más juegos y diversión. Te queremos… hasta pronto” Vicky al leer la nota, se abrazó a su yaya Esme, con un llanto desconsolado. Al rato, cuando logró calmarse, dormir un poco, entendió que Tito, la magia de Juliol, ahora también los elfos traviesos, son periodos de tiempo, el tiempo de la navidad, ahora se había acabado, pero volverían… ella los esperaría con mucha ilusión.
Hace un tiempo, no tan lejano, que no podría imaginar una vida, una festividad como es la navidad que en vez de hacer consciencia del verdadero espíritu, de estos días de diciembre, nos puede el consumo adictivo, todo es gastadera de dinero, olvidando el verdadero significado…
Hace un tiempo, no tan lejano, solo ansiaba estos días, para la fiesta loca, el consumo potente, no había normas, no había conciencia del verdadero motivo de tal festividad. No me interesaban las comidas familiares, solo deseaba yo, y mi adicción activa… mi impulsividad egoísta solo importaba eso.
Como bien digo hace un tiempo y no tan lejano, pero algo, ya toda mi forma de ver cambio, después de unos años de sobriedad, toda la perspectiva cambia… antes era yo, mi adicción activa y yo, ahora se trata de hacer diciembre, navidades, el resto del año, este espíritu, el espíritu, del nacimiento del mesias, hacerlo el resto del año, de estar ahí para el mas desamparado, aliento para el mas desanimado, abrazo, para el mas desesperado, se trata de amar, de mostrar, de compartir sin recordar después, lo que se nos diferencia del resto de animales, o eso creemos, en mi forma de ver nosotros debemos aprender mucho de ellos, ellos, los animales no humanos son los verdaderos maestros, capaces de hacer diciembre los doce meses del año.
Escuché por ahí… “...Yo no es que no pueda, beber, es que no quiero beber” Antes como adicta bastante trastornada, no entendía esa frase, hoy, empiezo a entender, hoy, 24 de diciembre del 2025, estoy en paz, estoy feliz, estoy rodeada de personas que quiero y me quieren, hago conciencia, de aquellos menos favorecidos, hago lo que puedo para darles, un poco de aire en su respirar, un poco de olvidar en su desgracia permanente, no necesito el consumo para nada. Ahora realmente soy humana empatica, no un zombie viviente… soy capaz de mostrar a mi hija, el verdadero sentido, el verdadero valor. Como adicta, mi mente a veces me traiciona, pero enseguida vuelve… “...¿Y la paz que sientes ahora que?” no la cambiaría por nada…
24 de diciembre, rodeada de aquellos que me aman y amo, no necesito consumo, sino amor, esperanza y paz, sobretodo paz conmigo misma, si yo me siento en paz, todo mi alrededor funciona, las dificultades, no son tan dificiles, hay una solución latente, y no solo para mi o los que me rodean, sino para todos aquellos, que son incapaces de hacer consciencia, aquellos, que están ahora donde yo pasé, más que nunca necesitan (aunque no sean conscientes) guia y comprensión, aquellos que pasan situaciones de lo más complicadas. Humanidad, no significa mejor, significa mostrar, ayudar, dar, sin esperar… yo personalmente este año puedo decir, que no quiero tomar, no quiero dejar de ser humana, no quiero volverme villana, aunque sea con indiferencia, aunque sea ignorar al que sufre, aunque sea mirando al otro lado, no quiero volver, a ser indiferente al dolor ajeno, no quiero volver a ser una zombie… no quiero volver a consumir nada que deje de ser humana, que me haga indiferente el dolor ajeno, que me aleje de mis principios, de mis creencias…
Al principio parece imposible, después vas viendo posibilidades, ya después eres consciente: tu enfermedad de adicción es compatible con las festividades… Ten paciencia, tente paciencia, y no seas tan estricto contigo mismo, solo sé obediente, ten fe, paciencia, el milagro llegará… solo determina salir o no del infierno de la adicción activa, lo demás vendrá solo.