Cuando te conocí, te veía tan
tímida, tan inocente, enseguida conseguiste mi simpatía, e iniciemos esa
amistad inocente. Blanca era tu nombre, tú el color de tu piel, correspondía
como tal. Porque yo no creo en los fantasmas, pero tu tenue, era idéntico. Yo tenía a
mi novia, más de una década juntos, la amaba y la amo, más que a mi vida.
Nuestra relación, no era tradicional, ambos, éramos bastante locos, sanamente
hablando, y una sexualidad abierta, es lo que nos correspondía. Le hable de ti,
se alegró por mí, yo te hable de ella, tu quisiste conocerla…ese fue el
principio del fin.
No se que había en ti, pero
tenerte cerca, era como un embrujo, cada vez más y más oscuro. Diablo era tu
apellido, sí Blanca Diablo… ojalá hubiese prestado atención a eso… Tenerte
cerca era lo mejor, nos daba paz y felicidad, te habías convertido en una
grandísima amiga, nos ayudaste cantidad, en problemas que no podíamos
solucionar solos, tenerte cerca lo hacía todo tan fácil, era lo mejor, nos
acostumbremos tanto a tenerte al lado, que nos costaba demasiado seguir, cuando
no estabas. Siempre hemos tenido problema en hacer amistades, pero contigo fue
todo tan fácil e inocente, que después cuando no estabas, te extrañábamos con
locura…
Algo paso, no sabría decir que…
algo cambió, estuviste días sin venir, la ansiedad podía con nosotros, no podíamos
sacarte de nuestra mente, de verdad que llegó a un punto enfermizo, cuando volviste,
que ambos estábamos deseosos de abrazarte y algo más…, algo en ti había
cambiado…. Seguías siendo la misma, sensible, frágil, al fin volvía la tercera
de esta relación abierta, ya sin ella, era imposible disfrutar, amaba con toda
mi alma a mi pareja, a mi mujer, y sexualmente, me volvía loco, pero ya desde
que conocimos a Blanca, ya era imposible disfrutar sin ella, pero había algo
distinto, en ella, en Blanca, por un lado, disfrutar, fuego ardiendo, y
disfrute total, pero por otro… mi novia y yo ya no dejábamos de discutir, la
paranoia se nos había apoderado, y ella y yo apenas disfrutábamos, el humor nos
había cambiado totalmente, pasando el día atacándonos uno al otro, excepto
cuando llegaba Blanca todo era tranquilidad y disfrute… pero había algo raro en
Blanca, ya todo se había vuelto oscuro, taciturno, cuando ella estaba al lado,
de golpe todo había cambiado, en su mirada, había maldad pura, pero estábamos
demasiado enganchados a ella a su compañía, ya no podíamos permitirnos
perderla, era una parte nuestra, de nuestra relación, era el único momento de
paz, que teníamos nos negábamos a decirle adiós.
Asta que un día desapareció, como
por arte de magia… En cuando peor estaba nuestra relación, antes de conocerla, lo teníamos todo para ser felices, estabamos en lo más alto.... y ahora... no teníamos nada, habíamos perdido todo... pasemos en estar en lo más alto de nuestra vida, a lo más bajo, realmente, no se como ocurrió que perdimos, cuando más la necesitábamos
para salir de todo este embrollo, que inició al mismo tiempo que al poco de ella
llegar, ella ni dijo adiós… solo desapareció… las puertas, las ventanas, todo
estaba abierto, sobre la mesa, una montaña de polvo blanco, con BLANCA, nombrado.
Escrito por Vanesa Ruiz García (17 de octubre del 2021)
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