Mis 33 años: Soplando velas, con la ajuda mi pequeña, gran guerrera |
Ya son 34… Ufff ya pasé, la edad de Cristo, y vamos para arriba, otro año más con parálisis cerebral, y si, en ocasiones no he podido evitar buscar el promedio de vida de las personas que tenemos parálisis cerebral, conozco a mucha gente, con tal condición, bastante mayor que yo, que están fuertes y bien, así que eso mi esperanza, pero como todo ser humano, todo depende, de la clase de vida que le das a tu cuerpo, por ello la importancia del La importancia del deporte en la parálisis cerebral
A los 32 estaba embarazada, a los
33 soplaba las velas, con mi amada pequeña gran guerrera, este último año, ella
ha sido la protagonista de mi vida, la crianza, el seguir el vivir, no puedo
evitar para atrás, antes del 2009, en como veía mi vida, en los deseos que
tenía, en la realidad que había… El 2009 fue un año clave, para ver otra
realidad oculta. Tengo claro, que sin discapacidad mi vida hubiese sido muy
distinta, sin ese caballero andante, no hubiese cruzado el océano, sino hubiese
dejado, todo su mundo para el encuentro, y “rescate” de su princesa, no hubiese
conocido gran parte de mi ser, de mi forma de ser, muy distinta a la que mi familia
conoce (padres, tíos, primos) No soy tan tranquilita como todos creen, tampoco
soy mala persona, pero mi personalidad, mi forma de ser sino hubiese tenido
discapacidad era de ser fiestera y alocada la típica de cualquier adolescente,
de alguna manera lo he sido, años más tarde, gracias a ese caballero andante,
que cruzó el océano por su amada.
Poco a poco el me mostró mi
verdadero yo, todo aquello, que me habían mentalizado desde niña, se fue
destruyendo, primero, obvio primero mi amado, luego mi casa, adoptemos y
criemos juntos, a una vida, a Yera, nuestra hijita perruna, él me mostro, que
la discapacidad, no era un obstáculo, podía hacerlo, cuidar de una perrunita.
Al lograrlo, no lo dudemos, viendo, el despertar, de nuestro reloj biológico,
fuimos a por el bebé humano, pero no fue fácil, no llegaba, estaba claro que aún
no era el momento, debíamos vivir un poco más como pareja, antes de formar la
familia, y así lo hicimos con las dificultades de cada época, con nuestros
altos y bajos, juntos siempre hemos salido a delante. Con 31 años en el 2019, Vicky
ya estaba en mi tripa, en la tripa de su mamá con parálisis cerebral, los
médicos, fueron muy atentos, tratándome como una mujer más embarazada, aunque
no tenían mucha idea, de cómo ayudar en la discapacidad, jamás me
discriminaron, he hicieron que Vicky y yo llegáramos al parto a las 39 semanas,
en pleno estado, y bien.
Ya teníamos nueva etapa, dejando
detrás la locura continuada, cambiada, por cuidar y proteger, a la recién
llegada, personalmente, aprender, como cualquier madre o padre primerizo con la
dificultad que te impregne la sociedad, solo por tu discapacidad…. Ya es más de
un año viviendo con mi pequeña para nada tranquila pequeña gran guerrera. Es un
torbellino, que no para ni un segundo, pero cuando vamos las dos solas, parece
que entiende las limitaciones de su madre con parálisis cerebral, se comporta
bastante bien, alguna barraquera pilla en medio de la calle (cada vez más) que
acaba tumbada en la acera, los desconocidos, la sientan en mis rodillas,
entonces el berrinche, se le pasa al momento. Pero realmente, habido un cambio
grande de hace veinte meses atrás, que ni sabía coger a mi hija, ya podemos
pasear las dos juntas cogidas de la mano, sin más compañía, eso me recuerda, de
niña, cuando iba camino del colegio, imaginaba como llevaba de la mano a mi
hermano, cuando por aquel entonces aún era hija única, ahora más de veinte años
que han pasado, se ha hecho realidad, con mi hija, que poco a poco, se va
adaptando y acostumbrando a la situación de su familia.
¿Qué desear para los 34 años?
Vivir, seguir sobreviviendo como familia, siempre unidos ante las dificultades,
seguir aprendiendo y mejorando como mamá con discapacidad, sé que lo haré con
esta pequeña gran guerrera que me va enseñando día a día, que la discapacidad
no es una dificultad, sino una condición más.
Ya son 34 años viviendo con
parálisis cerebral, ¿Cuántos años mas me quedarán? Solo el destino y dios lo
saben, mientras tanto no pienso desaprovechar, ni un segundo más, de aprender y
mejorar como persona.
Escrito: 07 de junio 2021
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