23 de septiembre del 2019 |
Ya quince días han pasado, desde que mi pequeña, gran guerrera decidió salir al exterior, fueron cuatro días en el hospital, tras una cesaría de urgencia, ya que la pequeña, no quiso esperar a la programación, decidió salir, un par de días antes.
Dejemos de ser una pareja, para ser una familia. Es complicado, una cesaría, cuando tienes parálisis cerebral, todo se complica más de lo usual, de tanto te recuperas de esa intervención. Una como mamá tiene miles de sentimientos e emociones, y viendo su dificultad física, todo está a flor de piel. En el hospital no me discriminaron, al contrario, intentaron por todos los medios que le diera la lactancia, pero mi pequeña gran guerrera, durante el día no dejaba de dormir, ni un terremoto la podía despertar “Despiertenla, no dejen que duerma mas de tres horas seguidas, tiene que comer” pero ellos mismos pudieron comprobar, que no era decir y hacer, les preocupaba que tuviera un bajón de azúcar, por mas pediatras que la observaron, tuvieron que admitir “es una niña sana, solo no quiere comer” mucho me insistieron que la pegara al pecho, pero poco entendían las dificultades que era para mi esposo y para mí, ahora si, por mi discapacidad física, y no tardemos en utilizar el sacaleches, para darles leche materna, pero en biberón.
Realmente tenía muchas dudas, de como afrontar la maternidad con mi discapacidad, ya el primer logro fue en el hospital, de poder cargarla en brazos, ya era un comienzo, ya que ni eso estaba en la seguridad de poder hacer. Cuando las enfermeras me la daban para que mamara, inconscientemente, podía ponerla en posición para su eructito. Salí del hospital, en mi silla de ruedas, con ella en mis brazos. Algo que en un principio veía imposible. A medida que pasan los días, mi independencia va aumentando, ya es posible, tenerla en brazos, y dejarla en el sofá, preparar biberón, darle el biberón, sacarla a pasear sin la compañía de nadie, es obvio que carrito no puedo llevar, pero utilizo un cangurito donde esta pegada a mi pecho. Bañarla es complicado, pero puedo ayudar a enjabonar, a enjuaguar, secar, echarle cremitas, peinar, son los primeros días, con tiempo y paciencia, lograré más, mucho más.
27 de septiembre del 2019: Antes de volver a casa |
Mi cerebro a cambiado considerablemente, no sabía que las palabras de el preparto fueran tan exactas “La mamá se encarga de la bebé y el papá y el entorno, cuida de la mamá” es bien cierto, yo ya me olvido de mí, solo me preocupa la peque, pero para cuidarla, tengo que cuidarme a mí, siendo realistas, en nuestro caso, el papá, no solo tiene que cuidar de mí, la mamá, sino gran parte de la faena de la niña, la hace él, incluso por las noches se la pasa despierto dándole sus biberones, y cambio de pañales, ojo, yo también ando despierta, no me duermo asta pasadas las 2 de la madrugada, me despierto en cada quejido de la niña, y sorprendentemente no me siento cansada, pese que no duermo mas de cuatro o cinco horas diarias
28 de septiembre del 2019 |
Los sentimientos y emociones en mi persona han cambiado, nunca imaginé que pudiera sentir tanto amor y preocupación, por alguien, concebir, que todo mi mundo se destruiría, si le pasara algo, dejo de ser yo, para ser ella, y quizás allá un sentido a esa frase de supermán “el hijo se convierte en padre, el padre, se convierte en hijo” es que todo mi mundo a cambiado, todo por ella. Todo inicio en mi vientre, pero ahora, con su nacimiento, todo ese sentimiento ha aumentado, ha cobrado forma.
Escrito: 03 de octubre del 2019
También te puede interesar....Diario personal: El parto
Sígueme en....Mis redes sociales
No hay comentarios:
Publicar un comentario