Sí, sé que no me conoces, yo tampoco a ti, pero es necesario que escuches lo que te tengo que decir… ¿Por qué? Sí, ¿por qué me discriminas? ¿Por qué me violentas? ¿Lo sabes verdad? No es necesario tocar para violentar, y tú con tu ignorancia me matas. Se lo que debes estar pensando… ¿Qué derecho tengo yo, de hablarte así? ¡si no te conozco de nada!
Recuerda… tu tampoco me conoces, eso no te detiene, me prohíbes la entrada en muchos sitios, en algunos si personalmente me permites entrar, pero las barreras físicas me lo prohíben, otras, tú mismo me prohíbes la entrada, solo por mi color de piel, por mi discapacidad, por mi condición sexual. Escúchame yo no hago daño a nadie, solo son partes de mi persona, pero tú, sí, tu sin conocerme de nada me impides tener una vida digna, me excluyes, me discriminas. Sí, la discriminación es violencia…
Tú te preguntas ¿Por qué te tengo que decir todo esto sin conoceré de nada? Yo me pregunta ¿Por qué tengo que sufrir por tu ignorancia? ¡Yo no estoy enfermo! Tu… se puede decir que si… aprende aceptar que soy igual que tú, con los mismos sentimientos, las necesidades, los mismos deseos, los mismos derechos, no tienes derecho a pensar lo contrario, no sin antes conocerme bien, solo así tendrás un poco de derecho, de saber que necesito.
Disculpa por esta carta de un desconocido, era necesaria para que empezarás a entender lo que se siente… Sí, que te juzguen y traten sin saber lo más mínimo, solo por una condición, que nada tiene que ver, con tu forma de hacer.
Escrito: 12 de septiembre del 2013
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