Somos un conjunto de situaciones,
de emociones, en ocasiones somos, lo que los demás quieren que seamos,
realmente, poco existe de nuestra identidad, por no decepcionar, por llamar la
atención, porque se sientan orgullosos, el camino de la adolescencia a la madurez
puede ser muy complicado, y podemos ser de todo menos nosotros mismos. De
generación en generación somos lo que vemos, lo que nos inculcan, lo que
quieren que seamos de nosotros los demás… En ocasiones, somos capaces de juntarnos
con el diablo, para sentirnos aceptados, ya no más sol@s, para ser aceptados, y
ya no más discriminados.
En ocasiones nos han inculcado
tanto que somos unos perdedores, que por nosotros mismos no lograríamos nada,
que necesitamos ese caballero que nos salve, que somos capaces de aguantar lo
inaguantable, llegando y superando a lo denunciable, aun y así justificar,
confundir dolor con felicidad es fácil “Pero me ama” dejémoslo claro, si te levanta,
aunque sea la mano, si te insulta, si te menos precia, si te maltrata
psicológicamente “¡¡No te ama!!” Nos sentimos con tan baja autoestima, que
mendigamos amor, y confundimos muchas cosas asta defender lo indefendible.
¿Y tú? ¿Qué vas a soltar para tu
crecimiento personal? Hay versículo que hoy justo me ha hecho reaccionar
“Estad, pues firmes en la libertad que cristo nos hizo libres y no estéis otra
vez sujetos al yugo de esclavitud” justo después leía un libro, en el que unos
chicos eran influenciados por sus alrededores por contentar a todo el mundo
dejaron de ser ellos mismos. De ahí, viene la pregunta “¿Qué vas a soltar para
tu crecimiento personal?” rodéate de aquellos que te hagan crecer, no hundir. No
temas de nada ni de nadie, sé tú mismo@ Despréndete de todo aquello que no te
edifique, que no te haga evolucionar, crecer, la justicia está de tu parte, no
debes temer a nada, Eres más de lo que eres ahora eres más fuerte de lo que
imaginas… Solo créetelo, ten fe, hay alguien que te respalda y te dará la
victoria. Él te hizo libre, no vuelvas a ser preso de nadie, ni tampoco de ti
mismo…
“Donde fuiste tan feliz, siempre
regresarás, Aunque confundas dolor con la felicidad” Donde crees que estás
seguro, ahí te aferrarás, confundir una cosa por la otra es demasiado fácil, sobre
todo cuando nos aferramos a no soltar, aguantamos lo inaguantable, es como el síndrome
de Estocolmo, amando a nuestro secuestrador, ya sea literal, o mental, creemos
que somos felices, cuando en realidad estamos sufriendo, todo por no querer soltar,
por no tener un acto de fe y desagarrarte de lo conocido, y la fe a tu crecimiento
personal, a tu felicidad.
La vida no está echa para los
acomodados, vamos, atrévete, deja de confundir, y sé realmente feliz, crece
evoluciona, se realmente, la persona que quieres ser…
Escrito: 27 de febrero del 2024
También te puede interesar: Dejar de esperar...
Sígueme también en mis: Mis redes sociales
No hay comentarios:
Publicar un comentario