Solemos ser jueces, juzgar
nuestro alrededor, es fácil criticar, reírse, juzgar a los demás, pero uí, ojo
de que nos hagan lo mismo a nosotros, ya que “Pobre de mí, con la que me está cayendo,
no dejan de mirarme, de criticarme, ahí están cuchicheando, seguro, que de mi
me están mal hablando” Te voy a decir algo, al mismo a mi misma, no somos el
centro del universo” es muy probable que tus pensamientos, están más que
equivocados que acertados.
Personalmente, soy malísima para
creerme las virtudes que dicen que tengo, pero a la misma, me creo a la primera
una crítica que me echan. Es algo ilógico me cuesta tanto creer mis cualidades,
mis virtudes, pero en cambio, me llaman una vez la atención, ya sea con
palabras, mala mirada, o algo, ya me siento fatal.
Yo me digo a mi misma “¿Si soy
tan mala para creer mis virtudes, porque soy tan buena, para creer mis
defectos?” Y quizás no son tan grandes
mis defectos, quizás no es tanto lo que me han dicho, pero yo lo hago como una
montaña gigantesca, soy una excelente actriz de drama.
Soy humana, como tal tengo mis
defectos, que no son tan grandes, como los veo, y tengo mis virtudes que son
más de lo que me llego ha creer. La vida no es fácil, cometemos errores, pero
ese error, no nos define. Bueno realmente depende de uno. Porque si yo, por
ejemplo, me centro en él, y lo excusó para victimizarme, y el pobre de mí…
realmente, estoy profetizando, pero para bajo y no voy a salir de ahí. Ahora
bien, si, he cometido un error, errar es de humano, pero me vuelvo a levantar,
crecer y mejorar como persona, ese error, a servido para un aprendizaje, que me
ayuda a crecer como persona.
También está lo del otro extremo,
el “Yoismo” como le llamo yo: “Yo soy el mejor” “Yo no necesito de nadie” “Yo
puedo con todo” “seré mejor que mis compañeros” y un extensivo etc…. Tampoco es
bueno, se necesita tener la balanza equilibrada, porque los dos polos extremos
acabarán rompiendo a la persona…
Eres una persona, tienes
cualidades y defectos como todo el mundo, cree más tus cualidades (son mayores
que los defectos) y no te tomes tan enserio tus defectos, échales para menos, y
ríete de ellos. Cuando consigas eso, perderán poder, dejarán de ser defectos.
Deja de reírte del mundo, empieza a reírte de ti mismo, ya verás como tu vida
empieza a mostrarte otra cara.
Escrito: 20 de febrero del 2024
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