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martes, 28 de noviembre de 2023

La palabra del profeta Isaías

 



Isaías fue un estadista, asesor de reyes, poeta, orador y escritor, hijo de Amoz (no confundir con el profeta Amós) y se le considera uno de los profetas mayores hebreos, fue llamado "el Príncipe de los Profetas" valorándosele, fundamentalmente, por las escrituras que llegó a su nación y a las subsecuentes generaciones de su pueblo elegido.

 

El libro de Isaías fue de los primeros que me llamó la atención. El profeta Isaías, como ya expuse una vez… El versículo que más me define Me llegó, con el versículo 61.1. Un versículo que lo hice mío, pero leyendo más de su testimonio, he descubierto, tantas líneas, tantos versículos que se me ungen. Isaías, es un libro, de ayuda ante el temor, es un libro que te recuerda, que, si amas a Jehová, que, si le eres fiel, tienes su protección indefinida, tienes la victoria asegurada. Es uno de los libros que te da seguridad, y firmeza, en la dirección correcta. Hay muchos versículos que te ayudan, a sentirte seguro, te recuerdan, que, si tú tienes fe, le eres fiel, será tu guardaespaldas, tu guía, de por vida. Sinceramente, solo me he leído una parte, pero seguro que si me leyera la otra… tendría palabra suficiente para escribir, más páginas de reflexión.

 

El libro del profeta Isaías, el libro perfecto, para los perturbados, los de baja autoestima, aquellos que están en el pozo más profundo, te ayuda poco a poco, a ir subiendo, hasta salir de él. Es el que te recalca que no lo elegiste, tu a él, sino él a ti, él es el que conduce el paso de tus pies.  Personalmente, es el que me está aguantando, sosteniendo, recordando cada día, que Jehová aquellos que atendieron a su llamada, aquellos que abrieron la puerta a su llamado, tendrán su protección siempre, y te recuerda, que eres un hijo de Dios, heredero de su reino. Depende de ti conquistarlo…

 


Personalmente: me recuerda que no estoy sola, que no fui yo quien le escogió a él, sino él a mí, como bien me recuerda también Jeremías, que él ha estado, está y va a estar todos los días de mi vida, aunque todo se vea perdido, él tiene el control me está llevando a la victoria. Incluso las batallas pérdidas son ganancia. Cuando miro hacia atrás soy consciente, que todo el dolor, que todas las guerras pasadas, eran necesarias, para ser hoy la guerrera que soy, hoy soy consciente, que Dios estuvo, está y estará conmigo, con él tengo la victoria garantizada, pero para ello, tengo que pasar el proceso, tener la fe, que él la victoria estableció. Por ello, aquí dejo algunos de los versículos de este libro, que más me han ungido….



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Isaías 9.2. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos

Isaías 11.2. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.

Isaías 14.27. Porque Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quien lo impedirá? Y su mano extendida, ¿Quién la hará retroceder?

Isaías 32.16. Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia. 32.17. Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. 32.18. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.



Isaías 33.15. El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala 33.16. Este habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.

Isaías 33.23. Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela; se repartirá entonces motín de muchos despojos; los cojos arrebatarán el botín. 33.24. No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad.

Isaías 40.26. Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quien creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.

Isaías 40.28. ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creo los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. 40.29. Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas, al que no tiene ninguna. 40.30. Los muchachos se fatigan y se cansan. Los jóvenes flaquean y caen 40.31. pero los que esperan a Jehova, tendrán nuevas fuerzas: levantarán alas como las águilas: Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.



Isaías 41.9.  Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí y te deseche 41.10. No temas porque yo estoy contigo, no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo: Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré, con la diestra de mi justicia.

Isaías 41.13. Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.

 42.6. Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones 42.7. Para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas

Isaías 43.2. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

Isaías 43.18. No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a la memoria las cosas antiguas 43.19. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a la luz; ¿No la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.

Isaías 44.22. Yo deshice como una nube tus rebelines, y como niebla tus pecados; vuélvete a mi porque yo te redimí



Isaías 45.2. Yo iré delante de ti y enderezaré los lugares torcidos, quebrántare puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos. 45.3. Y te daré los tesoros escondidos y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.

Isaías 46.3. Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mi desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz 46.4. Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.

Isaías 49.2. Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardo en su alijaba. 49.3. Y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en me gloriaré.

Isaías 49.6. Dice: Poco es para mi que tu seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra 49.7. Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menos preciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió

Isaías 49.10. No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.

Isaías 50.4. Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como sabios.



Isaías 50.9. He aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla 50.10. ¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios.

Isaías 51.12. Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tu para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?

Isaías 51.14. El preso agobiado será libertado pronto; no morirá  en la mazmorra, ni le faltará su pan.



Isaías 52.1: Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso  ni inmundo 52.2. Sacúdete del polvo; levántate, y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion

Isaías 53.6. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; Más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros 53.7. Angustiado él, y afligido no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como obeja delante de sus trasquiladores, enmudeció y no abrió su boca

Isaías 54.2. Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas excasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas 54.3. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas

Isaías 56.4. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto 56.5. Yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré que nunca perecerá.

Isaías 58.11. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. 58.12. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación en generación levantarás, y serás llamado reparador de portilllos, y restaurador de calzadas para habitar.

Isaias 60.1. Levántate y resplandece, que ha venido tu luz y la gloria de Jehová a nacido sobre ti.



Isaías 61.1: El espíritu de Jehová, el Señor está sobre mi, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel.

Isaías 61.10. En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeo de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. 61.11. Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.



Isaías 64.8. Ahora pues, Jehová, tu eres nuestro padre; nosotros barro, y tu el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. 

 


 

Solo recordar, que estos son solo de los pocos versículos destacados, de los pocos capítulos que me he leído de este libro. Más adelante puede que haya una continuación, de este mismo libro, el profeta Isaías.

 

Escrito: 27 de noviembre del 2023

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