Mi intención era hacer tió tanto para Altair, como los adultos de la casa... Para los adultos ya sabía donde ir para comprar lo necesario, el problema, por raro que parezca, era el más pequeño, Altair, algo que le hiciera ilusión, pero que no fuera muy caro. Emmanuel me mostro varios lugares, donde comprar, pero ninguno me convencía, aparte que alguno era muy caro. En uno de los almacenes donde fuimos había un Santa Claus, esperando a los mas pequeños para subirlos a sus rodillas. Emmanuel, no tardo en ir a por él, para que se hiciera una foto conmigo ¡¡¡Que verguenza!!! Al final, aparte de esa foto, nos hicieron otra donde Emmanuel y las duendecillas también salian en la foto... Yo en esta segunda foto le robe el asiento a santa y este agachado a mi lado, Emmanuel de mi otro lado y las duendecillas detrás de nosotros.
Tras salir del local, ambos fuimos de una cafetería, porque se nos cerraban los ojos, el cansancio se apoderaba de nosotros, necesitábamos un cafe bien cargado que nos espabilara, porque aun nos quedaba trabajo para rato... Al salir de la cafeteria, nos dirigimos a otra tienda, donde... ¡¡¡Bingo!!!! Encontremos todo lo buscado para Altair, juguetitos, que estaban bien de precio, y le podían gustar... Había un monton de cosas interesantes, en ese lugar, entre otras cosas... dulces y chocolates, que sería la ultima tirada del tió. Llegue a sección de libros... ¡¡¡Habían algunos tan interesantes!!! Pensando... El tió también tendría que traerme algo a mi, ya sabía... ¡un libro! Me decidí por uno; "El psicoanalista" tanto el titulo como la contraporta, se veían bien interesantes, no dudé en comprarlo.
Ya había oscurecido, los adornos de la calle ya estaban encendidas... la verdad... ¡es que se veían aun mas preciosas! No dudemos en echarnos fotos. Pasaban las 10 de la noche, cuando subiamos a un taxi, para dirigirnos a Walmart, a las compras que faltaban. Eso es una gran ventaja que personalmente no he visto en España, algunos comercios cierran de madrugada, otros ¡¡¡estan abiertos las 24 horas!!! ya me veis a las 12 de la noche, yo en la cola (que no era pequeña por cierto) el hombre que estaba delante nuestro, estaba esperando sentado en una silla de mientras la fila avanzaba. A mi la verdad, el cansancio me había superado. Realmente se me cerraban los ojos, claro que estos se me abrieron de golpe, cuando al pagar, la targeta de crédito no pasaba... ufff ¿Qué hacer? afortunadamente teníamos en efectivo, pero necesitabamos para el taxi de regreso. Acabamos en la calle llamando por telefeno al banco correspondiente, en España. Al ser yo la titular, era yo quien me tenia que encargar, pero comenzaron con preguntas, que no sabía la respuesta como el numero de mi movil, de memoria no me lo se, la calle de banco donde se creo la targeta, la verdad es que de nombres poco me acuerdo, me se por lo que hay alrededor... No dejaban de pasarme de un lado hacía otro, volviendo a empazar con el questionario, volviendo a repetir las mismas preguntas. La verdad estaba nerviosa, y ni el frío de madrugada sentía. Al menos media hora bien buena, me tuvieron al telefono. Afortunadamente todo se arreglo, aunque esa noche nos acostemos a las 4 de la mañana, pero ya teniamos todo preparado, para el día siguiente 24 de diciembre... la vispera de navidad.
Escrito: 10 de enero del 2013
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