Nos levantemos esa mañana con tristeza, ya que llegaba la primera despedida, en ese día, tendríamos que decir adiós a Jaime y Estephano, odió las despedidas, con mas razón de gente tan querida como ellos. Por la mañana, me vestí y salí a la calle, en el que se encontraban mis suegros, y cuñados. Emmanuel, tenía que dejar la habitación recogida y limpia, antes de marchar, y junto a sus hermanos se dedicó a ello. Quería pasar tiempo sobretodo con Estephano, ya que tenía idea, de que nunca mas le volvería a ver.
Gracias a Jaime encontremos un taxi, que nos llevaría a distrito, a un buen precio, eran muy pocos los que estaban dispuestos, a conducir tan lejano, saliendo de su acostumbrado, a cambio de una ciudad con tanto tráfico.
Esperábamos a Jaime que tenía que llegar con el taxi, cuando Emmanuel, se acordó que había dejado algo en la casa, él y Estephano, fueron a por ello, Daniel y yo, esperemos a que el taxi llegara.El taxi llegó, y Emmanuel sin aparecer, apareció en el momento justo, cuando ya me levantaban para subir, en la parte trasera del vehículo ¡había llegado la hora! ¡la hora de las despedidas! ¡que mal momento! Lo peor fue ver, como Emmanuel, se emocionaba entre despedidas, eso produjo, que la emoción que tenía dentro, salió a la luz. Estephano y yo quedemos frente, a frente, con las emociones a flor de piel "¿me das un beso?" fue lo único que se me ocurrió. Nos dimos dos besos, entonces ocurrió algo, que difícilmente olvidare, sostuvo mi mano y me dijo "¡ai no te vayas!" eso llegó asta mi corazón haciendo más difícil el momento. Nunca antes ningún amigo había hablado con tanta sinceridad, aun menos indicando que me quería tanto. Mi llanto se hizo mas fuerte, y Emmanuel no era menos. Lidia y Daniel entraron en el vehículo que permanecía esperando pacientemente. El último en entrar fue Emmanuel, a mi lado, me recosté a él, dejando salir las emociones guardadas. Él también intentaba calmarse, la verdad es que lo logró antes que yo.
El viaje a la ciudad era largo, personalmente, intenté dormirme, pero sin mucho exito, Lidia permanecía en silencio, Daniel, Emmanuel y el taxista, iban hablando de tanto en tanto. Al pobre taxista, le entró el pánico al entrar a la ciudad, no estaba acostumbrado conducir con tanto tráfico visible. Nos bajemos en plena ciudad, sin llegar al Ajusco, decidieron, que mejor comer por allí, volver al ajusto, con otro taxi, que se conociera esos parajes. Ya eran las 3 de la tarde pasadas, aun no habamos comido, entremos a un´Burguer King, para ello, pidiendo cada uno lo que nos apetecía, dejando las maletas aun lado. Comimos con tranquilidad, criticando al encargado del local, ya que tenía un aire, a los miembros de la Familia Adams.
De nuevo esperando a un taxi, Lidia, Emmanuel y yo, esperemos fuera del Burguer King, de mientras, Daniel había ido a por un taxi, pero nos empecemos a preocupar, porque su tardanza no era normal, por el echo que nosotros éramos testigos de como los taxis, pasaban seguido. Emmanuel fue a por él, en el que regreso con Daniel, dentro de un taxi "es que ninguno, podía llevar la silla de ruedas" explicó. Ya dentro del taxi, observábamos por la ventana, el camino indicado, al tanto que llegábamos al ajusco.
Escrito: 03 de septiembre del 2013
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