Nico, sabía que no podía entrar en el despacho de su mamá, sabía que ella trabajaba allí, que podía romper algo sin querer. Pero él no se había dado cuenta, que esa puerta estaba abierta, cuando se puso a jugar con su pelota de tenis, había rebotado tan fuerte, que se metió en un cajón que se encontraba entreabierto. Al recuperar la, se fijo un papel, en el que una carta estaba escrita, donde su nombre salía en ella. Sabía que eso eran cosas de mamá pero su curiosidad pudo más, e inició a leer;
Nuevamente, escribo para saber como está Nico. No hay día que no me arrepienta de mis actos, pensé que sería más fácil todo esto, o quizás lo decidí con demasiada rapidez. Solo sé que mi alma se parte en pedazos, por mi forma de hacer. Tengo tanto que agradeceros, fuistéis tan comprensivos… no solo aceptasteis y criasteis al niño que tuve, sino que no me guardasteis rencor, me permitisteis tener noticias suyas, cuando fui consciente del gran error que cometí, no pretendo arrebatáoslo, se que perdí todo el derecho de ser su madre, pero poneos en mi situación, me entro el pánico ¡¡¡Yo madre!!! ¿Cómo podría cuidarlo?
He visto las fotos que me enviasteis ¡¡¡Esta enorme!!! Y muy guapo… realmente sois los padres perfectos para él se nota que es muy feliz a vuestro lado, que está repleto de cariño y amor…
Nico noto, como un mareo le invadía. Se sentó en el suelo… ¿Como era posible? Escuchó la puerta, su madre había llegado de casa de la vecina de enfrente. Corrió al comedor a saludarla.
- Hola cariño, ¿no ves la tele?
- No, estaba jugando con la pelota. –respondió Nico nervioso.
- ¿Estas bien? Te noto nervioso… ¿Qué te ocurre?
- Na… Nada…
- ¿No? ¿Qué escondes ahí detrás? –se fijó. Nico sacó la nota lentamente, se la entregó a su madre
- Se metió la pelota en tu despacho… yo no quería leerla pero…
- ¡Oh cariño! Ven aquí… -le abrazó con fuerza su madre –¿estás bien? ¿tienes alguna pregunta?
- ¿Soy… soy adoptado?
- Me temo que sí cariño…
- ¿Por qué me abandono? ¿es que no me quería?
- Tu mama te quiere muchísimo….
- Mama… -le interrumpió Nico –yo no tengo otra mama, tu eres mi única mamá –ella le sonrió, acariciando su mejilla.
- Pero cariño, es importante que entiendas que ella te quiere muchísimo, lo que hizo no es porque no te quisiera. Ha veces la gente no tiene medios, para cuidar a su bebe, por eso los deja con otras familias, para que su hijo crezca con amor y feliz, como tu, pero eso no significa que no se preocupe.
- ¿Entonces? ¿por qué me dejo?
- Cariño siento mucho que te ayas enterado asi.. papa y yo estábamos esperando que crecieras un poco más para que lo entendieras mejor… Pero… ya que lo sabes… Creo que deberías ver un vídeo que tu madre, hizo para este momento.
- ¡Mi única mama eres tu!
- Gracias cariño –le acarició con dulzura la mejilla -¿Quieres que veamos el vídeo?
- ¿Lo ves conmigo por favor?
- Por supuesto.
Cuando el vídeo se inició Nico vio un gran prado, una mujer sentada en una silla de ruedas en el que inició su presentación…
- Esa mujer va en silla de ruedas como el panadero.
- Sí así es.
- ¿Por eso me abandonó?
- Sí cariño, tu papá la abandonó al enterarse del embarazó y ella no se veía capaz, de cuidarte ella sola. Por eso te abandonó para que una familia te pudiera cuidar y educar, como ella pensaba que no podía hacerlo.
- Entonces… ¿ella me quería?
- Muchísimo, solo tubo miedo de no darte todo el amor y cariño que te mereces.
- ¿Vive muy lejos de aquí? –preguntó Nico.
- A media hora en coche mas o menos. ¿por qué? –preguntó intrigada, aunque se imaginaba la respuesta.
- Bueno… Ella en el video dice que le gustaría conocerme… ¿Puedo conocerla?
- Si tu quieres claro que si –le acarició con dulzura.
- No quiero irme a vivir con ella ni nada de eso, solo quiero conocerla, abrazarla y decirle que la perdono…
- Oh cariño… ven aquí… -le abrazó con fuerza sin poder evitar emocionarse.
Esa tarde al llegar el padre de Nico, su mujer y su hijo le explicaron todo lo que hablaron, terminando con un fuerte abrazo entre padre e hijo.
Estaba nervioso, no dejaba de mirar por la ventana, entre tanto el coche avanzaba. Nico iba a conocer, a la mujer que le trajo al mundo.
- ¿Nervioso cariño? –preguntó su madre.
- Si… no se que decirle, no conozco de nada esa mujer.
- Tu tranquilo, ya verás como poco a poco irán saliendo las palabras.
El coche se detuvo. Ya habían llegado. Nico, nervioso, no dejaba de mirar por todos lados, sin encontrar la indicada.
- Vamos Nico –le cogió su madre la mano.
- ¿Preparado cariño? –pregunto su padre. Viendo como afirmaba con un gesto de cabeza.
Nico se fijó a lo lejos, una mujer en silla de ruedas. Su corazón empezó a latir con fuerza. Se sentía aun mas nervioso.
- Hola –Saludo su mama a esa desconocida.
- Hola… -respondió esa desconocida –ya estamos aquí… ufff la verdad estoy bastante nerviosa… No se que decir…
- Nico cariño… ella es Sam.
- Hola Nico… -pronunció Sam emocionada. Sin ser consciente, recibió un fuerte abrazo.
- No te preocupes Sam, yo te perdono, entiendo porque lo hiciste, que sepas que aunque vayas en silla de ruedas, eres como otra mujer… pero mis papas son ellos ¿Entiendes?
- Perfectamente ¿puedo darte un beso?
- Si, claro que si.
- No cambies nunca… eres hermoso por dentro y por fuera, tus papas, tienen mucha suerte de tenerte.
- ¿Nos veremos otro día?
- ¿De verdad? ¿tu quieres?
- Sí –contesto el pequeño –¿podremos? –miró a sus padres.
- Si ella quiere claro que si –respondió su padre con una sonrisa.
- Me encantaría –se emocionó Sam.
Tras esa despedida, aseguraron que se volverían a ver. De esa manera iniciaron varios encuentros, asta conseguir esa confianza necesaria, que ya Samanta, ya era parte de la familia de Nico.
Escrito: 09 de abril del 2013
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Autora; Vanesa Ruiz García
Inspirado en esta película... Nuestra canción de amor...
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