¡¡Feliz cumpleaños amito!! Casualmente yo también cumplo años hoy, ambos hacemos 17, la pena es que nuestro reloj corre en distinto ritmo. Tu eres joven y ágil, yo me siento pesado y viejo.
Ambos eramos dos cachorritos cuando lleguemos a esta casa, pero yo siempre iba por delante, me gustaba porque podía cuidarte y protegerte, y así lo hice siempre. Estaba convencido que estaríamos juntos de por vida, nuestra familia, me integro desde el primer momento, yo siempre me he sentido tan feliz a vuestro lado, me encontrastéis en la calle, lo recuerdo tan bien, aquella noche de noviembre, llovía y hacía mucho frío, yo me sentía solo, tenía mucha hambre y frío, estaba tan asustado, papá y mamá no lo dudaron, me atraparon en sus brazos, me cobizjaron y me aceptaron como parte de su camada o familia. Tú estabas en la pancita de mamá, lo detecte al momento, ya deseaba conocerte, para jugar contigo, mi hermanito humano. Desde que empezaste a gatear, fuimos los mejores complices, tu, me cubrías con mis travesuras, yo cubría las tuyas.
Recuerdo, cuando te enfermaste, la ambulancia te llevo al hospital con esas sirenas, yo no podía dejarte solo, quería acompañarte, pero me negaron subir “solo serán unas horas, vendremos pronto” me consolaban papá y mamá, pero yo sabía que no era verdad, sin que se dieran cuenta me fui, asta el hospital, no me detuve asta que me dejaron entrar a verte, acompañarte.
Se bien que en el colegio te pegaban unos chicos mayores, muchos se olvidan del sexto sentido de los perros, yo sabía bien por lo que estabas pasando, no podía consentirlo, tenía que hacer algo, tenía que protegerte, creo que lo hice bien, porque ya no detecte esa violencia en contra de ti. Ya siempre regresabas de la escuela tranquilo y feliz.
Recuerdo, cuando te fijaste en esa muchachita, que aceleraba tu pulso y los latidos de tu corazón, ¿sabes? Me pegaste un buen susto, pensé que te perdía, asta que fui consciente, que te gustaba mucho esa chica, deseabas hablar con ella, aunque no entendía porque no lo hacías, por ello, eche a correr, me escape, e ignoré como me llamabas, obligándote a seguirme, en el que te encontraste cara a cara con ella, con Maggie, iniciasteis amistad, a las pocas semanas ya eráis novios.
Lo siento tanto, siempre he evitado tu tristeza, ahora seré yo el causante de ella, si tengo tu edad, 17 años, pero para un perro, ya es la fase final, de la vida, veo la luz al final del túnel, no quiero irme, porque se que llorarás. Solo te pido que no lo hagas, no estés triste por mi perdida. La muerte forma parte de la vida, mientras me recuerdes no moriré.
Escrito: 20 de marzo del 2018
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