“El mundo es demasiado grande
mamá” Decía Clark Kent de niño a su madre… Algo muy parecido resalto cada día,
pero en vez de grande, rápido… El mundo es demasiado rápido… vivimos en un
mundo muy poco inclusivo, solo hay que mirar a nuestro alrededor, la cantidad
de barreras físicas y sobre todo mentales que existen… Un mundo que no da
tiempo a detener, ni siquiera ni un segundo, sino, el tren ya se fue…
Para el mundo, la sociedad en si ya está bien, uno se adapta este reloj loco, que va contra sentido de su propia naturaleza, que en vez de respirar cada segundo, respiramos cada diez minutos, sin reflexionar de lo que eso significa, se desaprovecha la mitad del tiempo, sin valorar ni la mitad de lo que se hace, de lo que se logra, de los sueños que se han cumplido tras años de esfuerzo continuo, ni de aquellos que se pierden, por las prisas del resultado… parece que el tiempo tiene precio, lo material, exclusividad, no valoramos lo realmente importante, le damos demasiada atención aquello que nos está consumiendo nuestro vivir y lo realmente importante.
Pero cuando tienes discapacidad,
sea cual sea, la velocidad por regla general no es una virtud. Mi animal es la Tortuga, no es una forma de hablar, y para nada un insulto, es que tiene unas
características que yo me veo muy reflejada, pero a la misma convivo en un
mundo de liebres, poco o nada respetan y menos entienden el ritmo de la
tortuga. Muy pocos entienden mi ritmo, me conceden el tiempo y el espacio a
ello. No puedo olvidar que, con todo en mi infancia, los profesores si
entendían, me incluían el tiempo que yo necesitará para tales actividades.
Ahora de adulta, a muy pocos puedo agradecer esa comprensión e incluso mi hija de 5 años, lo utiliza en mi contra, cuando yo voy, ella como el resto del mundo ya ha ido y vuelto unas cuantas veces. Seguramente cuando crezca lo entenderá y bajara su ritmo a mi ritmo…
No pude evitar que me viniera a
la cabeza la frase del pequeño Clark Kent “El mundo es demasiado grande mamá”
“Hazlo pequeño hijo” Fue la respuesta de su madre… en mi caso “Que el mundo es
demasiado rápido” Bueno, pues yo no voy a correr, no voy a apresurar mi ritmo,
quien se quiera ir que se vaya… Da mucha rabia que por tan falta de empatía
tenga yo que perder oportunidades… Puedo entender las lágrimas de impotencia de ese pequeño Clark Pero no soy yo la que está equivocada. No
soy yo la que tiene que cambiar nada, supongo que a más gente entiende estas
palabras, que se siente identificad@ por tanta falta de empatía. De no sentirse
en lugar en este tiempo de velocidad… No me queda más que aceptar, sin
remordimiento, sin culpabilidad, quien no entienda, que no espere, no soy la
que va ha perder… el mundo le da demasiada importancia a lo material, todo
tiene un precio, pero lo realmente importante, no hay precio, ni caducidad de
tiempo, no importa la velocidad ahí está esperándote, siempre y cuando no dejes esperar demasiado… hoy, mañana, siempre, ahí
va a estar…
Escrito: 24 de octubre del 2024
También te puede interesar: Ser tortuga en un mundo de liebres
Sígueme en mis: Mis redes sociales
No hay comentarios:
Publicar un comentario