Crecí en una familia rota, desde
bien chiquito mis padres se separaron, tenían mi custodia compartida, una semana cada uno, tanto mi
padre como mi madre, se pasaban el día trabajando, yo me pasaba los ratos entre
niñeras, por parte de mi padre, no muy acostumbradas a niños solo trabajaban
por el dinero, poca atención me daban. Por parte de mi madre, estaba con mi
abuela, ella poco entendía mi vocabulario, solo me hablaba de Dios, los
domingos que estaba con ella, íbamos a la iglesia, pero yo poco entendía nada,
solo acompañaba, por estar con mi abuela, la única que me mostraba atención y
cariño. Al llegar mis padres de sus trabajos, llegaban cansados, lo único que
querían es un poco de tranquilidad, no que un niño deseoso de abrazarles, de
contarles su día, de pasar momentos de calidad… les diera la lata, no tardaban
en enchufarme la caja tonta, o la Tablet, con mis dibujos y música. Lo poco que
se veían entre ellos, para llevarme con el uno o el otro, no hacían más que
discutir.
Fui creciendo la situación no era
distinta, lo único importante que me mostraban era el dinero, la ambición por
tener más y más, las niñeras, fueron desapareciendo, ya con 15 años, manipulaba
para quedarme solo en casa, la semana que estaba con mi padre, no tarde en
descubrir el mueble bar, lleno de licores… como me pasaba el día solo, invitaba
a mis amigos, donde hacíamos fiestas con cervezas. Cuando la fiesta fue con huisqui
(robado del mueble bar) y vino del barato, ahí si me pillo, buen castigo me
dio. Por lo demás no tenía problemas para salir con los amigos, era perfecto
para que ellos estuvieran tranquilos, poco sabían de mis amistades, eso era lo
de menos para ellos, mi abuela, ella si era consciente de mis malas compañías, y
sufría pobrecilla, pero mi capacidad de manipulación era mayor y lograba lo que
quería, intentaba con insistencia que le acompañara a la iglesia, pero yo ya no
estaba para esos cuentos, ya no me chupaba el dedo, ya no creía en los reyes
magos, ya no creía en Dios… no tardó mucho mas en morir, con apenas yo 20 años,
sin ver un cambio en mi…
Cuando mis padres quisieron darme
atención ya era demasiado tarde, mis amigos eran mi familia, no precisamente
buenas compañías drogas, alcohol, y sexo era nuestro lema, apenas paraba en
casa, todo era discusiones… hasta que
acabe en el calabozo, robar a punta de navaja a una familia con niños pequeños
delante, asta que acabe, atracando un banco… Asta que acabe inconsciente, mas
muerto que vivo, fui testigo de como mi alma, abandonó mi cuerpo, ahí sí
lloraba con desespero no quería morir, vi a mi abuela “No, hijito, aun no es tu
hora” desperté de la nada, cuando me estaban reanimando…
Seguía vivo, porque tú llegaste
justo a tiempo. Lo intenté a mi modo, a encontrar alivio para mi condición,
pero no funcionó, reconozco que soy responsable y que por culpa mía estoy en
donde estoy, sé que lo podía evitar, pero yo mismo ya no sé quién soy. El
recuerdo de mi abuela, cuanto la desprecie, para ser consciente hoy que tú, sí
eres real. Me arrepiento por no haber actuado. Sé que nunca te supe apreciar, sin
embargo, hoy tú estás aquí. Tantas veces que te rechacé, que me hablabas y yo
te ignoraba, pero cuando te necesité, tú llegaste justo a tiempo, cuando ya no
quería vivir y sentía que estaba perdido, cuando estaba a punto de morir, tú
llegaste justo a tiempo hasta mí.
Crecí con la idea del que lo
único valioso era el dinero, sino porque mis padres, las personas mas
importantes de mi existencia, les diera mas importancia que a su propio hijo, Con
dinero me compré un remedio para ahogar mis penas y terminó siendo mi condena,
pues solo encontré desolación, con dinero intenté curar la enfermedad del alma,
pero nunca encontré la calma, eso solo está en tu salvación y es que el dinero
puede comprar muchas cosas materiales, pero no las cosas esenciales, como
aquellas que me has dado tú, contigo tengo mucho más de lo que yo merezco contigo
tengo mucho más de lo que un día soñé, contigo fue que vi la gloria, contigo
llegó mi victoria, contigo puedo darlo todo y nunca perder, contigo encontré el
valor para enfrentar mis miedos, contigo encontré el camino que tanto busqué, hoy
contigo voy al fin del mundo, sin desmayar por un segundo, pues contigo tengo
la certeza de que venceré.
Hoy sí, yo creo en ti Jesús, y lo
que harás en mí, y recibe toda la gloria y honra por los siglos de los siglos,
no merezco tu misericordia, y tu perdón, hoy sí creo en ti, mi Jesús, y lo que
harás en mi…
Escrito: 18 de septiembre del 2024
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