El rincón de Vane: Relato: Cicatriz

viernes, 31 de marzo de 2023

Relato: Cicatriz

Todo era perfecto, bueno, jamás conocí a mis padres biológicos, pero tengo unos padres que me aman, aunque siempre queda esa espinita, pero no importa, mis padres me amaban, me inculcaron amar a Dios, cada domingo, le adorábamos en la iglesia, “Era nuestro salvador” El creador del mundo, el dueño de nuestras vidas… no solo en la iglesia, sino en todo lugar, cada día, todo está en su tiempo, no, en el nuestro. Yo creía bien eso, estaba confiada, que él me envió a mis papás, por eso y mucho más, siempre le agradecía desde bien pequeñita, me gusta el atletismo, en eso me enfocado. Era buena estudiante, buena deportista, tenía muy buenas amigas, donde hacíamos excursiones espectaculares, un novio encantador, todo era perfecto, el no conocer a mis padres biológicos, eso solo era una pequeña mopa.

Pero aquella noche, tan lejos de casa, ya oscuro estaba, sola con él, ese príncipe, que no me quiso decir, el porque no me llevaba a casa, el porqué me llevo a ese descampado, donde me empezó arrebatar mi falda, “no, es no” siempre me han habían inculcado, yo no estaba preparada para ese acto, grite varias veces “¡¡¡No!!!” pero el solo me amordazo entre risas y carcajadas con sus manos, ató mis muñecas, y abrió mis piernas y no con delicadeza, penetrándome asta las entrañas con fuerza…

Ya en mi hogar, en mi cuarto, frente al espejo, toda amoratada, la cara, llena de lagrimas, ¡¡Dios!! Me daba asco verme, mirarme tan solo, la rabia, me invadía… ¡¡Dios, ¿Por qué a mí?!! Cogí el vaso, lo estampé contra el espejo de pared, este se hizo a mil pedacitos “Mucho perdí, mucho fracasé, imposible levantarme de esta caída, se acaba mi vida, que no sanaré, mucho sufriré, los errores y las cicatrices son para siempre, que nadie me amará después de aquí”

Aquello solo fue el principio de mi caída, solo podía llorar, nada calmaba este dolor que me ardía por dentro, solo lloraba, lloraba bajo la ducha, ya apenas salía de casa, ya no iba a clase, ya no salía con las con las amigas, ya no hacía deporte, ya no hacía atletismo…

Solo había una cosa, que ya no me daba dolor, me hacía olvidar… un trago, un vaso, una botella de whisky o dos, ya después algo más fuerte, una esnifada, un gramo, dos, ya después, último escalón los pinchazos, los pinchazos de la droga, dormía, ni me enteraba de las horas, de los días… jamás pensé graduarme de tal cosa… pero lo hice a la primera

En un motel, tabaco, drogas, whisky del barato, me asomé un espejo, el último que me iba asomar, en toda mi vida, lo tenía todo planeado, la cuchilla bien afilada a mi lado, iba a ser mi único testigo, mi único cómplice, un pequeño corte, la sangre empezaba a gotear, corté más profundamente, apenas lo noté, normal, con lo zombi que estaba miré al espejo, mi reflejo, me sonrió ¡No podía ser! Debía ser corto de mi cerebro drogado Oh… Lo volvió hacer… ahora además me guiño un ojo, miré mis muñecas, no había corte, no había herida… ¡¡nada!! Ahí si me asusté, Sali corriendo, corrí, corrí, para mi asombro, no estaba para nada agotada, ni siquiera cansada, aquello parecía brujería, o quizás lo que yo ya sabía, lo que siempre me inculcaron… “Pero su mano me recuerda que cada herida que pasé todo eso me hizo más fuerte, pero mi cara en el espejo es confirmación de que sigo aquí y no es por suerte. Cicatriz que miro, pero ya no duele, cicatriz lograste quedarte en mi piel Y me recuerda que ayer sufrí, que ayer lloré, cicatriz que miro pero ya no duele, Te quiero agradecer Porque me hiciste más fuerte, más fuerte que ayer, cada cicatriz, nos recuerda que en él tenemos el refugio y siempre nos sostiene, hoy nada nos detiene, nos llena de fe seguimos de pie Hoy podemos ver Las heridas del pasado nos hacen crecer Ahora somos más fuertes” Así fui consciente, que había llegado abajo, y más abajo, en verdad, seguía en píe, gracias a él, siempre ha estado a mi lado, guardándome, protegiéndome, cuidándome.