“Mas vale lo malo conocido que lo
bueno por conocer” un dicho demasiado conocido, y quizás nos lo tomamos
demasiado en serio. “¿Qué es lo malo conocido?” Lo que ya tenemos asimilado, lo
que ya estamos acostumbrados, hasta el punto que la palabra “Malo” lo vemos
como bueno, nuestra zona de confort “¿Qué es lo bueno por conocer?” Ese futuro encapuchado, que a todos nos
aterra, que aparentemente es bueno… pero si no es así, está en el futuro, y
desconocemos lo que llega, de la misma manera que nos acostumbramos lo malo
como algo bueno, lo bueno, lo etiquetamos de malo ya ni una oportunidad le
damos.
Ahora bien, que ocurre cuando nos
empeñamos en esa puerta cerrada, en ese “malo conocido” insoportable, si ese
futuro encapuchado, es la respuesta a lo que deseamos si ese “bueno por
conocer” es la respuesta que nuestro corazón anhela ¿no vale la pena saltar al
vacío, darle una oportunidad a ese futuro incierto? Pero somos incapaces de
mover ficha por el terror de lo que venga sea peor… aunque estemos mal,
ignoramos esa ventana que se está abriendo, sin quitar la vista a esa puerta
cerrada.
Los jóvenes cuando tienen dejar
el nido, les aterra, y les adrenalina a la misma vez, tienen muy seguras sus
prioridades, poco escuchan los consejos de los sabios de sus generaciones
pasadas, en ese caso, son demasiado lanzados, no les viene mal el refrán, pero
a base de golpes se aprende, en muchas ocasiones, es la única manera En cambio,
a los padres, adultos en general, necesitan recordar esos a esos jóvenes que un
día fueron, que no todo lo desconocido es malo, mucho de lo nuevo, te puede
salvar de lo viejo de la mala situación que estás pasando. Muchas ocasiones los
adultos solemos acomodarnos a la situación, ver las cosas más normales de lo
que son. El salto al vacío es necesario, sobre todo en una mala situación,
muchas veces pensamos ¿y si es peor? Si cambiamos el chip, y realmente nos
ponemos a imaginar lo bien que nos hará ¿Y si es mejor?
Muchas veces nos obsesionamos
tanto por esa puerta cerrada, por ese mal conocido, que ignoramos esa ventana
que se abre, ese “bueno por conocer” nos centramos tanto en lo que hay detrás,
que nos cegamos en lo que puede haber delante. Sí, los cambios aterran, sobre
todo si uno ya es feliz, para que cambiar… los jóvenes que ya echan a volar
solos sin la protección de sus padres realmente ahí empiezan a conocer el desafío
de lo que es vivir, y crecen y maduran como personas. Lo malo conocido, aunque
a veces suene contradictorio te da seguridad, tú tienes el control, tu zona de
confort, pero no hay crecimiento personal, te quedas tal y como es, si eres
feliz no veras tanto la diferencia, pero si necesitas un cambio… en cambio, si
das un salto al vacío, con la fe que todo saldrá bien, te puedes sentir
bendecido de lo que encuentres.
“Mas vale lo malo conocido que lo
bueno por conocer” NO SIEMPRE por esos refranes antiguos, se pierden muchas
oportunidades, por esos viejos refranes, nos quedamos encarcelad@s de nuestra
verdadera identidad, por esos refranes, entramos en bucle con las relaciones
toxicas, incapaces de ser conscientes que merecemos algo mejor, que merecemos
ser felices… Quizás de conocer la verdadera felicidad.
Escrito: 13 de septiembre del 2024
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