El pasado, pasado está, hoy soy nueva criatura, llevo años tatuándome esa frase en mi inconsciente, hace mucho que pagué la factura, hace mucho, que me interné durante mas de un año, y seguí las huellas de Cristo, que me llevaron a mis terapias después, durante décadas, es más aun les soy fiel, no me pierdo ni una… Me enderezó todo camino, para llegar a los lugares indicados, conocer a las personas exactas...
Se me olvido… se me olvidó algo
tan esencial, yo no soy el paciente cero, yo no soy el único paciente, mi
descendencia sufría el demonio de la adicción, yo sufro el demonio de la
adicción, porque si, tengo a Cristo en mi corazón, pero no puedo bajar la guardia,
es demasiado sencillo que el demonio gobierne mi pensamiento, mi alma, mi
espíritu, y no puedo olvidarme, que mi generación está sentenciada también,
pero se me olvidó, esa parte, se me olvidó.
Solo hay que mirar a mi pequeña,
la razón de mi vivir, mi fuerza para determinar salir tenía servicios sociales
pisándome los talones, ya estaban buscándole un hogar, me derramaba en
lágrimas, lágrimas de sangre, solo en pensar, ya no me quedaba nada, ni amigos,
mi familia la había perdido, mi casa, mi dignidad, solo me quedaba ella, esa princesa
que me llamaba papá, la única persona que no me miraba como basura, sino con
admiración… oh Dios, bendita inocencia.
Décadas de sobriedad, para
encontrarme cara a cara, con el demonio, la muerte detrás, pero esta vez dolía,
dolía de verdad, apenas comía, ni dormía, zombi todo el día, mal humorada,
rabiosa, era estudiante ejemplar, ya ni a la escuela iba, ¿mi niña delincuente?
Sí, la pillaron en un bar robando, las cámaras no mentían, a la misma fui
consciente, que mi propia persona, le estaba robando, primero fue un dólar,
dos, ya después 20 dólares, ya me desapareció después, la tarjeta de
crédito…como no caí en la cuenta… pero es mi niña ¿Cómo iba hacer tal cosa? Es
que cuando el demonio se adueña de tu espíritu, nada ni nadie puede evitarlo,
solo una determinación imparable, ahora mi pequeña, la niña de mis ojos, tenía
de todo menos eso. Ahí estaba yo, adentrándome en el inframundo, todo aquello
que había aprendido a olvidar, volvía a mí, aquellos lugares aquellas personas,
mi etapa mas oscura volvía a mí, con la diferencia, que no estaba solo, Cristo
estaba conmigo, con él, nuevas fuerzas… Entonces les vi, oh Dios, tenían una
relación sexual, el narcotraficante, besando y tocando a mi niña, ella,
disfrutando, justo me abalancé para atrapar a mi pequeña en el momento justo,
que le estaba dando la droga en mano, me lancé al cuello de narcotraficante,
justo en el momento que le iba a pasar el veneno. Mi hija gritándome histérica,
yo en plena pelea con el vendedor de droga… no importaba si me odiaba el resto
de su vida, lo importante es que tuviera vida. El forcejeo, la pelea fue
grande, escuché como un disparo ¿Sería cerca? Perdí el equilibrio, caí al
suelo, miré mis manos, ensangrentadas… ¡¡Oh, Dios!! Los pensamientos de Dios
son más altos, ¿Pero yo muerto como iba a ayudar a mi hija? Pero su voluntad,
es buena agradable, perfecta, si yo tenía que morir para que ella dejará de
consumir, que así fuera… mi muerte no habrá sido en valde… ¿Pero realmente
dejaría de consumir, o la estaba lanzando al fuego ardiente… “Lo siento mi
pequeña, ya papá no podrá ayudarte, siento no haber cumplido mi promesa, de
protegerte… te amo más que a mi vida, recuerda: no estás sola, solo esfuérzate,
sé valiente, porque Dios estará contigo a donde quieras que vayas… te amo…”
Fueron las últimas palabras antes de morir.
Dos años después… mi hija sale de
desintoxicación, fue un tiempo duro, pero entendió la voluntad de Dios, el próposito marcado, siguió el camino de Dios, inició una asociación que ayudaba a personas
con adicciones, personas sin hogar… encontró un buen hombre, que la cuida y la
ama, crearon una hermosa familia temerosa de Dios. Y ella entendió que está enferma de por vida,
sigue sus reuniones, sus terapias, pendiente, a esa generación que sigue, para
evitar que ellos pasen por las mismas huellas del infierno, y como el virus zombi
si se desenvuelve… ahí estará para evitar la misma caída. Yo ahí estoy, como mi
padre celestial, siempre estuvo conmigo, aunque yo no lo viera, ahí estaré
siempre con mi pequeña, asta que nos volvamos abrazar en la eternidad.
Escrito: 25 de julio del 2024
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