Me creí muy listo, herencia
deliciosa, dinero da el poder, me creí, que yo era el rey, yo controlaba, de
casa me fui sin apenas despedirme, ansioso, avaricioso de fiesta en fiesta, de
adición en adicción, de adulterio en adulterio “Yo controlo me decía” me olvide
de Mateo 6.24. olvide todas tus enseñanzas, todos los valores que tú me
mostraste… tuve que pase mil y una calamidades, incluido comer lo que comían
los cerdos, no tenía nada de nada… Con toda la humillación, sintiéndome indigno
de ti volví, a tu casa, a nuestro encuentro volví Para mi sorpresa, tu no me
miras así, me recibiste con una sonrisa en tus labios, me abrazaste con fuerza…
Tu mi padre, perdonaste, la
ofensa de tu hijo, recibes al humilde y perdido, me siento en tu mesa, ahora si
me alegra pasar tiempo contigo, y lo veo lo veo en tu rostro que te alegra
pasar tiempo conmigo, eso me llena el corazón y eso sana gran parte de la
herida que tengo en mi alma, me hace crecer espiritalmente.
Corriste a mí, yo me arrodille
“Padre he pecado contra ti y contra el cielo,
y no soy digno de ser llamado tu hijo” Pero tu parecías ignorar esas
palabras le dijiste a tus siervos, que me hicieran fiesta “Que aquel que estaba
muerto ahora está vivo, mi hijo” No pude más que agradecer…
Soy tu hijo el que estaba muerto,
ahora estoy vivo, tu misericordia, tu gracia me libro del castigo, hoy vuelvo a
tus brazos, con un corazón arrepentido “Volvamos a empezar Padre, eres mi guía,
y mi luz, con eso yo soy luz”
De lejos corriste hacia a mi y
sonreíste, al verme llegar hoy te confieso a ti Padre “no huiré jamás de tu
paternidad”
Escrito: 19 de marzo del 2024
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