Está es una reflexión que me vino
a la cabeza tras vivir, el primer carnaval, con una niña, ya con actividad. Más
de 4 años tiene mi pequeña gran guerrera, tras los desfiles del colegio, toca
la fiesta fuera de ellos. La fiesta de disfraces infantil, diferentes
actividades, grupo de baile, y mucha gente, la mitad o más de ellos, niños
pequeños, niños pequeños que no son conscientes del significado de caminar con
unas ruedas, que no son conscientes que yo sin querer los podía atropellar.
Mi hija corría de un lado para
otro, era fácil perderla de vista con tanta gente, yo detrás de ella, lo más
deprisa que podía, no eso no podía ser, ya que a cada rato se me cruzaban los
niños, muchos menores de 3 años. ¿Cómo hacerles entender? No, era yo, quien
debía de tener precaución, y por tanto la búsqueda de mi hija se complicaba.
Suerte que era una sala cerrada, enorme pero cerrada.
Otro evento en esos días fue ir a
comer arroz, en una calle principal del pueblo, todo lleno de mesas para los invitados
era algo nuevo para mi, agradecí enormemente, nuevamente fui con mi hija,
ilusionada, contenta, por la acera, el problema después era bajar a la
carretera, que es donde estaban las mesas para comer, ya que no podía bajar de
la acera a las mesas correspondidas, por falta de rampas, y espacio que
ocupaban las mesas. Mi hija se quedó con mis compañeros, entre tanto yo
encontraba algún agujero accesible para bajar por suerte había gente, dispuesta
ayudar, y los demás no se quejaron a la hora de levantarse, para dejar pasar a
mi silla de ruedas.
Aún existe mucha ignorancia, poca
inclusión en estas festividades, que son para todos los colectivos, y parece
que son pocos los enterados. Aun entiendo que la fiesta infantil estaba
adaptada para todos los niños, y poco piensas en la discapacidad de los padres,
si no te encuentras en ella. Pero la comida para los trabajadores debería estar
mas accesible, porque más de un trabajador podría llegar en silla de ruedas, entre
la carroza, que ya te impedían el paso al inicio de la calle, entre la falta de
rampas, y las mesas en ocupaban toda la calle, era imposible el paso en silla
de ruedas. Otra idea sería, hacer esas comidas en algún parque grande, donde la
accesibilidad está al alcancé de todos, todos podemos disfrutar en las mismas
condiciones.
Con todo estoy feliz, he sido
incluida en estos eventos, una cosa no quita a la otra, he podido disfrutar con
mi hija de un carnaval saludable, solo remarcar, que vivimos en un mundo
diverso, donde existe muchas condiciones, todos tenemos los mismos derechos y
oportunidades y muchos se olvidan de eso… hagamos conciencia, y no esperemos
que la vida nos de la lección a las malas, tengamos más empatía, ayudemos al
más necesitado o lo que es lo mismo, incluyamos todas las condiciones, y las
mismas oportunidades.
Escrito: 13 de febrero del 2024.
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