Tengo tanto que decirte, a la misma no sé por dónde empezar… Te siento a mi lado todo el tiempo, bien sabes que pasamos el día hablando… en algún lado escuché, que yo no fui a tu iglesia, que yo no te escogí, más bien al revés tu a mi… he vivido tanto, y cosas tan duras, he vivido, cosas maravillosas, a la vez tormentosas, pero no tengo ninguna duda, que siempre, estuviste, estás conmigo, no entiendo porque me elegiste, pero quiero agradecerte infinitamente, tanto, Jeremías 1.5. “Antes que te formases en el vientre de tu madre te conocí, antes que nacieses te santifiqué te di por profeta las naciones” tiene razón tu estuviste ahí, cuando nací sietemesina, tu estuviste ahí, cuando me llegó la meningitis trece días después de nacer, tan, y tan chiquita, ya me enfrentaba a la muerte, no una, sino hasta cuatro veces más con la hidrocefalia, pero tu estabas ahí para darme la victoria, parece sacado de una película, pero es la realidad, me predestinaste, me disté un propósito. Mi adolescencia no fue fácil, muchas veces me pregunté porque tenía el padre terrenal que tenía ahora ya entiendo era necesario para fortalecerme, cuantas veces me libraste, del horror humano, en un caso, se vio tu justicia, Mil gracias Papa. Antes no entendía, cuantas veces fui librada del abuso humano “Tengo un ángel protector decía” Ahora sé que eras tú un padre amoroso, salvando a la niña de sus ojos…
“Saldrás de esta casa” “Encontrarás el amor” “ Serás madre” tantas promesas realizadas, cuantas veces, me he sentido un jeremías “No se hablar soy un niño” Eso no es excusa para ti, eras y eres mi instructor, tus palabras son órdenes para mi…
Sí encontré el amor, viví tantas cosas, llegue al cielo, y al infierno al mismo tiempo pero como dice Kike Pavón “Y aunque llegará a las puertas del infierno, no me dejarás caer” gracias a ello crecí, salí de mi casa paterna, siendo una niña como Jeremías, esa relación de 13 años me sirvió para crecer, no todo fue bonito, fui consciente de lo rota que estaba realmente, me conocí más a mi ser, a mi persona, y tu estuviste conmigo todo el tiempo, tuve vivencias horribles, y sé que tu estuviste conmigo, no es una forma de hablar, solo la realidad, mi realidad. lo rota que estaba…
viajar al inframundo, Efesios 4.22. “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos de viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos” Me volviste a salvar, yo que me veía incapaz de ser heroína de nadie, me encaminaste, a los lugares exactos, con las personas exactas…
Cuidaste de mi pequeña gran guerrera, desde que
estuvo en el vientre lo hiciste, volviste a recalcar “Jeremías 1.5.” mil
gracias, papá, Vicky no estaría viva si no fuera por ti, yo debería, estar
muerta y enterrada, aquí estoy Papa, gracias por tu misericordia, como el hijo
prodigo, la hija que estaba muerta, y ahora estoy viva, fui encontrada,
rescatada por ti Papá. Tú me condujiste a los lugares exactos, para poder
encontrarme, poder valorarte. Vivimos en un mundo, donde Genesis 1.2. “Y la
tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del
abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” se cumple, en
ocasiones, la realidad supera la ficción de la maldad que existe, ¿por qué? no
le damos la vuelta, y creemos en lo contrario, yo así lo he hecho, estoy
comprobando, que hay una fuerza superior a nosotros, yo le llamo Dios, incluso
Papá…
Mil gracias, Papá, por cada 24
horas vividas, por tu misericordia, por estar allá todo el tiempo, por
perdonarme mis faltas, mil gracias por ese libro de ley que nos dejaste como
herencia, mil gracias por perdonarme mi falta de palabra en ocasiones, por
perdonarme por no valorarte como se debe en ocasiones, por ser esa fuerza que
todo lo puedo, por amarme, valorarme, capacitarme, mucho más que cualquier otro
ser humano, incluso de mí misma. Mil gracias por mostrarme, la valía de mi
persona, por ayudarme, amarme cada día un poco más. Mil gracias por cada
persona que has puesto en mi camino, para hacerme crecer más… Mil gracias por
escucharme, por amarme, por protegerme, valorarme, elegirme hija, mil gracias
por cada piedra, cada proceso, que he vivido. Pero sobre todo Papa mil y una
gracias por dejarte humillar siendo obediente, hasta la muerte, muerte de cruz… Mientras el mundo me daba la espalda, me negaba y discriminaba, tu abriste el mar para que yo caminara, me recordaste, que soy tu hija, tu eres mi padre, y me amas, todo por una pecadora como yo…
Escrito:12 de enero del 2024.
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