Hace mucho que no escribo sobre mí, en este apartado “Diario personal” que lo tengo dominado. Bien sabéis, que mi pareja, al final del 2015 volvió a su tierra natal, para licenciarse, en una carrera, que hace 8 años dejo a medias, por seguir a los deseos de su corazón. Tenía claro que le iba a seguir, un tiempito de tanto acababa su prometido, pero antes debía reunir un poco de dinero, para no llegar con las manos vacías.
Él marcho a finales de octubre del 2015, yo llegue a México en abril del 2016, 6 meses separados, que desde la primera semana hizo difícil esa nueva situación, por día que pasaba iba a más y peor, cada uno estábamos a un lado del océano, con siete horas de diferencia horaria, en mi mañana, era su noche, su mañana, mi media tarde, su tarde mi noche, entre eso, nuestras actividades diarias, dificultaba esa experiencia ya de por si difícil. Llego un punto que no me concentraba, que le extrañaba demasiado, hasta el extremo, que no me concentraba, notaba como el corazón se me asfixiaba…. Algo parecido pasaba él desde el otro lado del océano.
Llegué a México a principios de abril 2016 así fue La experiencia de viajar al otro lado del oceano Pasé Más de dos meses en ciudad de México en el que me dolió demasiado volver, aun mas que lo hice sola, ya que mi pareja, aún no había podido terminar su licenciatura, ya mi trabajo, no me daban más tiempo para quedarme más.
Ya habíamos pasado meses separados, conocíamos el sentimiento, que volvería aparecer, nada agraciado, ya sentíamos la pena, una semana antes, con el deseo de poder detener el tiempo, que ese momento jamás llegara.
Pero en la vida real, nadie tiene ese ultra poder, el día que no queríamos que llegara llegó, con gran pena y pesar, subí ese avión, que me alejaba de ciudad de México, me regresaba España. Miré a mi alrededor, todo lleno de gente que no podían entender mi pena, por ello debía ser fuerte.
Es que como os sentiríais vosotros, si después de ocho años con una persona, que formáis vuestra vida juntos, vuestras costumbres, vuestra forma de hacer, volver a la casa de tu infancia, con tus padres, su forma de hacer, para nada compatible con la vida que formaste con tu pareja. Volver a esa cama vacía, pequeña y fría, sin esos abrazos que te ayudan a dormir.
Los días pasaban, pero no la pena, cada vez era más fuerte. Acción de gracias separados, de la misma forma Navidad, Sant Valentin, mis Tres decadas viviendo con parálisis cerebral tres décadas en este mundo Aquella separación estaba siendo más dificultosa, que la primera, al igual más desesperante. Lo que, si nos hizo ver esta distancia, es que ni ella, puede con el amor que sentimos uno por el otro, este es más fuerte.
Desde la segunda semana de junio 2017, volvemos a estar juntos, con casa propio, algo que nos costó bien, ya que desde abril no había nada, en este pueblo costero que es Palamós, eso que tenía a todo el pueblo buscando, pero no había suerte, asta que un día, encontremos una pequeña casita, de unos conocidos, que nos la alquilaban, para allá fuimos.
Tengo una vida, que cada año me pone una prueba distinta, en el 2016, pasé más tiempo en México que en España, fue una experiencia inolvidable, y entrañable, no hay día que no extrañe esa hermosa ciudad, toda la gente maravillosa que conocí y dejé atrás.
Hoy, un nuevo reto está naciendo en mi interior, uno que desde hace un tiempo me está golpeando el pecho, y el corazón es que mi reloj biológico me anda reclamando, ya no sé cómo calmarlo, mientras el corazón dice una cosa, la razón dice otro muy distinta… Es que quien diga que el reloj biológico no existe, miente, lo sé bien, lo estoy viviendo en mis propias carnes, es insoportable… Mil dudas surgen en mi… ya veremos como seguir…
Escrito: 31 de julio del 2017
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