Emmanuel, el mayor de los Muñiz Alejandro. Estephano, el menor de los hermanos |
Al llegar de plaza Cuiculco, la mama de Emmanuel, le tenía trabajo preparado, sí, arreglar su cámara de vídeo. Así que él no dudó en empezar con lo pedido. Por la noche saldríamos, pero aun nos quedaba rato para ello, así que nos fuimos a nuestra habitación, a ver la televisión, estaban pasando harry Potter, y el prisionero de Azkaban, de tanto Emmanuel seguía con su trabajo, yo miraba la película.
Eran cerca de las 10 de la noche cuando decidimos salir los tres; Daniel, Emmanuel y yo, Estephano estaba cansado y prefería quedarse en casa. Los dos hermanos fueron a buscar taxi, Estephano me acompañó de mientras los otros dos volvían. La verdad es que la espera no fue corta, cuando al fin, el taxi aparcó delante de la puerta, era de lo mas pequeños, con una sola puerta. Con algo de esfuerzo entre, mis familiares, sentaron detrás conmigo. La silla tuvo que ir de copiloto. Queríamos que nos llevara la zona rosa... pero estaba demasiado lejos, el taxista lo único que quería era llegar a su casa, así que nos dejó en el metro bus. Allí tuvimos que esperar algo largo rato, no, no exagero, mas de media hora. Ya los tres estábamos impacientes, algo desesperados, apunto de subir a un taxi, cuando vimos que al fin llegaba ¡con avería! afortunadamente otro no tardó en llegar.
Estaba hambrienta desde el metro bus, observábamos donde bajar, el caso es que me hacían decidir a mi, yo la verdad me daba igual, asi que no había manera de decidirse. No recuerdo donde bajemos, lo que si recuerdo, es que buscábamos un bar, donde cenar personalmente, estaba hambrienta, pero esa noche había combate de box, contrincantes de México y Estados Unidos, ya podéis imaginar la gente que había, todos los bares, restaurantes y terrazas estaban a rebosar, algo parecido, cuando hay un Barça -Madrid aquí en España. Entremos en un pub, pero la música era de los años, 60 y 70 y aparte no había nadie, no, no exagero, solo estábamos, los empleados y nosotros, asi que mejor salimos de allá.
Volvimos a subir al taxi, que nos llevara a la zona rosa. Aunque la realidad, es que todos estábamos mal humorados, y deseábamos volver a casa. En la zona rosa, no cambiaba el ambiente seguía animado por esa lucha. Daniel quería cenar algo en esas paradas de comida rápida que había en la calle, personalmente la iba a liar, se me iba a caer toda la comida, ya sabéis, preferimos ir a lo seguro. Entremos en un Samborns. Me comí una especie de sandwich con pan redondo tostado de jamon dulce y queso. Eché un bocado a las Enchiladas Suizas que comía Daniel. Estábamos bien arrepentidos, de haber salido esa noche, felicitemos a Estephano, por la decisión de quedarse en casa. Salimos a la calle, en busca de lo tanto buscado, Exacto, una disco, pero con algo de ambiente claro, pero para eso seguimos dando vueltas...
En la próxima entrega, ya será el desenlace de esa aventura, que inició en plaza Cuicuilco, en el que espero que os guste.
Escrito: 03 de septiembre del 2013
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