Era muy guay, ser el reí en el insti que todos te admiren, pero es a un precio muy alto. Gritos diarios, por tener esa familia, ese padre, maltratador, cobarde que pega y abusa de su poder, que apenas se preocupa de su hijo, que no es consciente si va bien o mal en los estudios, que amigos tiene, si fuma, bebe o se droga. ¿Cómo darse cuenta… si él es igual? Es lo que más detestaba no que no le prestara y mostrara un poco de amor a su persona, no, sino, que se estaba convirtiendo en él, en su peor enemigo en su padre… ¿cómo afrontar eso? No conocía otro mundo, no conocía otra salida. Su madre la pobre, muchos días estaba ingresada en el hospital, por culpa de esos maltratos, él no quería preocuparla más, con sus preocupaciones, dudas, sentimientos Envidiaba tanto a ese chico. Aunque notaba la tristeza en su mirada, no entendía porque, tenía todo lo que él había soñado, una familia que le quería y se lo demostraba. Aunque también podía entender que su vida no era fácil, con todas las barreras físicas y sociales que se le presentaba a diario, tampoco se le veía que tuviera muchos amigos… ¿Cómo ayudarle?
Un día, Kevin se encontraba de paseo junto a sus padres, cuando por sorpresa se encontró con Jack. Él bajó la cabeza, porque se sentía inferior, pero para su sorpresa, Jack le sonrió. Se encontraba solo, con su espalda pegada a la pared, fumando un cigarrillo, sus padres, lo miraron por lo bajo, pasaron rápido, conocían como eran sus padres, en que compañía se ajuntaba su hijo. Sentados en una terraza tomando algo se encontraban Kevin y sus padres.
- Hola Kevin ¿verdad? –se acercó Jack.
- ¿Sabes cómo me llamo? –se sorprendió.
- Claro, somos vecinos, lo normal es que nos conozcamos… Tu sabes quién soy yo ¿no?
- Claro que si todo el mundo sabes quién eres –dijo Kevin emocionado.
- El sábado hago una fiesta en mi casa… ¿Te gustaría venir?
- ¡¡¡Wow!!! ¡Sí! ¡Me encantaría!
- Un momento… -intervino el padre de Kevin -¿y tus padres? ¿van a estar?
- Bueno… es que ellos trabajan mucho –ocultó su cruda realidad –pero si quieren ustedes pueden venir, prometo que la música no estará muy alta, si abra alcohol, somos adolescentes, es obvio, y chuicas guapas, si ligamos mejor que mejor, pero no voy a obligar a nadie, hacer nada que no quiera.
- No se… No se… -presentó sus dudas su esposa.
- ¡¡¡Porfi yo quiero ir!!! –suplico Kevin.
- Bueno… ¿porque no vienes esta noche a cenar con nosotros Jack, así nos conocemos mejor?
- Claro que si, a las 8 ¿va bien?
- Perfecto. –Acto seguido fueron testigos de cómo Jack se alejaba, pero no antes de ayudar a cruzar a una anciana en el paso de cebra. No puede ser tan malo, tras ese acto pensaron los padres de Kevin.
La cena fue un éxito, los padres de Kevin, conocieron más a Jack, y Jack, conoció un poco más de cerca a Kevin. Ambos jóvenes fueron conscientes que les faltaba, lo que tenía el otro. El sábado llegó, sin problemas Kevin llegó a casa de su vecino. Sus padres se convencieron, que las apariencias engañaban, que su hijo necesitaba un amigo, y Jack, una familia, por eso no tenían inconveniente que su vecino, les acompañara en su vida diaria, y tratarle con respeto y cariño. De esa forma Kevin y Jack se fueron conociendo cada vez más… De conocidos, pasaron a ser amigos, amigos de verdad, ambos aprendían cada día algo nuevo del otro.
Moraleja; Por mucho que detestes tu vida, creas que eres el más desgraciado del mundo, piensa que las apariencias engañan, que hay peores situaciones que la tuya. Que jamás hay que perder la esperanza, luchar siempre por lo que se quiere.
Escrito: 29 de abril del 2013
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