Es increíble como ocurre todo, realmente, este trozo de canción de en un segundo de Diego Torres "en un segundo, todo puede cambiar, en un segundo te puedes empeorar" tiene toda la razón. Todo ocurrió tan rápido… en un segundo ya mi vida había acabado, mi alma había abandonado mi cuerpo. Pero ahí seguía, no veía la famosa luz para dejar este mundo.
Una noche más volvía a estar allí, en la habitación de mi niña. Ella dormía, no plácidamente, no dejaba de moverse inquieta entre sollozos y sudores fríos, como cada noche, pronunció mi nombre. Mi alma se estaba destrozando en pedazos, por verla así. ¿Cómo ayudarla? Me acosté a su lado;
- Shttt tranquila mi niña –acaricié su largo cabello, susurrando en su oído. Note como se relajaba.
- Mama… –una sonrisa dibujaron sus labios.
- Estoy aquí cielo, perdona que entre sin llamar, yo se que esta no es la hora y menos el lugar –seguí susurrando –pero te veo mal, y solo quería decirte que el cielo no está tan mal. De verdad, mañana ni te acordarás, pensarás que todo ha sido un sueño, y si ves una estrella fugaz será mi respuesta. Cuando pueda marchar, significará que mi vida en la tierra está en paz. Yo solo quería despedirme, darte un beso, y verte una vez más… Cariño quiero que me prometas que serás feliz, estás tan guapa cuando ríes, se me rompe el alma, viendo como cae ese sinfín de lágrimas. Es tan bella tu sonrisa… solo así quiero recordarte… con esa sonrisa, te prometo que con esa sonrisa, estarás mejor. Ahora necesitas descansar, debes descansar, como siempre estas desarropada, déjame que te arrope, como cuando eras niña, años atrás –la arropo, con dulzura y amor, evitando que despertara -¿te acuerdas cuando te cantaba antes de ir acostar? Solo me dejan venir a través de tus sueños para verte a ti. Lo que más lamento, es que aquella triste noche no te di un adiós al partir –bajo la cabeza apenada… se hizo el silencio absoluto, ante la oscuridad penetrante…
Sin aviso una luz se acercaba, cada vez era mayor y alumbraba toda la habitación, no entendía como no despertaba a mi niña… era una luz tan hermosa… me sentía bien, tranquila, en paz… ¿Sería esa la famosa luz? Algo me incitaba a ir para allá…
- ¡Papa! –Mi amado padre que perdí con tan solo diez años, a causa de un accidente de coche, que se lo llevo, igual que ha mi… se lo que sufrí por eso, se lo que está sufriendo mi niña, no importa que ella ya no sea una niña, el sufrimiento es el mismo.
- Hola cariño –escuche por parte de mi padre –llegó la hora, tenemos que marchar, tienes que despedirte.
- ¿Podre visitarla en sus sueños? –pregunté intrigada.
- Claro que sí, ahora que vas hacía la luz, podrás verla y comunicarte, a través de sus sueños, pero tenemos que irnos ya en poco va a despertar… ¿preparada? –me ofreció su mano. Me acerque a ella;
- Cariño, recuerda, no dejes de sonreír, así, solo así quiero recordarte… ahora te toca a ti, solo a ti, seguir nuestro viaje, se está haciendo tarde, tendré que marcharme… en unos segundos vas a despertar… Adiós mi vida, te adoro –la bese con suavidad en su mejilla.
Escrito: 19 de junio del 2013
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