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domingo, 5 de octubre de 2025

Relato: Hija de los cuatro árboles

 


Ella no tiene ningún recuerdo de sus padres, ellos murieron cuando ella era un bebé. Ella vivía con su abuela. No tenía más familia, eran la abuelita y ella solas, no había más Vivían en una pequeña cabaña, adentrada en el bosque. Ella tampoco tenía amiguitos, como sus dibujos favoritos “Masha y el oso” se sentía tan identificada con esa niña creada a papel y lapiz, los animales eran sus mejores amigos. No había conocido ningún oso, ni lobos, aunque deseaba conocer alguno, aullarle junto a él a la luna. 


Ella amaba a la abuela, pero se sentía incomprendida, por ello, echaba a correr bosque adentro, para encontrarse con su demás familia. Los demás la trataban como loca, pero no lo estaba, el viento la hablaba, los cuatro árboles de esas cuatro esquinas, eran su familia. los niños que conocía decían que los árboles no hablaban ni sentían, pero se  equivocaban, que ellos no los entendieran no significaba nada, no significaba que no era real.



A ella le gustaba llegar del colegio, e ir a visitarlos, ellos esperaban su visita. No le contaba nada a la abuela, porque decía que era peligroso, que habían animales salvajes que podían hacerle daño. La abuela no conocía realmente el bosque, nunca se atrevía acompañarla, ella no entendía, el bosque era su amigo, ella tenía un don para comunicarse. El bosque la escuchaba la entendía, allí se refugiaba al salir de clase, se sentaba entre esos cuatro árboles, doblaba sus piernas, como si fuera una pequeña apache allí no lloraba, allí reía, allí existía el espíritu del bosque, de verdad existía,  que solo ella, podía ver, solo ella podía escuchar,  querían pensar, que era la voz de sus padres, que la acompañaban en forma de tales seres, altos, fuertes, capaces de vencer al mundo para protegerla, los animalitos del bosque llegaban, para acompañarla, para animarla. Ella les dibujaba, les explicaba su día, sus miedos, sus alegrías. ella era testigo, que hacían hueco en sus troncos, para protegerla, movían sus ramas para abrazarla… Había un espíritu escondido en ese bosque ella era testigo, que había llegado para cuidarla y protegerla.



Hija de los cuatro árboles, hija del bosque con el don de comunicarse, de entenderlo, de ser entendida. El bosque cuidaba de ella, y ella del bosque, era la guardiana, la elegida.

Escrito: 05 de octubre del 2025

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