Aquí estoy, en mi reunión de cada semana, apenas hace dos años que conocí este lugar, en el que inició la desintoxicación de la adicción. Una adicción que durante décadas me dominaba, me poseyó como a titere a su merced…
Miro lo que me rodea todos
alrededor de esta mesa rectangular, a veces somos diez, otras doce, otras ocho,
algunos llevan décadas, otros solo meses o apenas un año. Personalmente ni
entiendo como llegue aquí, realmente ni entendía, y aun menos, esa sonrisa de
oreja o oreja, que mi cara represaba a la salida de cada reunión. Yo apenas
hablo, me quedo bloqueado, no me salen las palabras, pero me siento tan
identificado en cada testimonio que escucho, en cada palabra, es bestial, con
ellos, ellas, puedo sentirme libre, confesar con mi boca, mi sombra, mi parte mas
herida, que la adicción acogió ese hueco, para formar parte de mí, nadie se
asusta, nadie me juzga, más bien, me entienden, he me van mostrando el camino
de aprendizaje del control de está enfermedad llamada adicción. En ocasiones
siento que son mas familia que mi propia familia.
Observo a los más veteranos, se
ven tan recuperados, porque ya entendí que no hay cura, que quien tiene la
macha, es de por vida, como un cáncer, solo que, en nuestro caso, podemos tener
el control. Cuesta creer que los más veteranos, en algún punto, estuvieron en
la perdicción como yo, estuve, como estoy hoy me encantaría tener lo que tienen
ellos, esa seguridad, ese control de la adicción, esa felicidad en su mirada,
esa paz en su interior… Tengo tanto por hacer, aún me siento, tan perdido en
ocasiones, me cuesta creer que eso cambia. Hoy llegó una chica nueva, me
recordó a mi en mis principios, llegó toda hebria y desesperada… ahí en ese
reflejo, agradezco a mi Dios, estar en pie, cada día mas fuerte, veo esa chica,
ese reflejo del pasado, soy consciente, de lo mucho que he avanzado, con todo
puedo darle una palabra de aliento… “Se puede salir de ese infierno” yo puedo
ayudarla con mi testimonio, mientras sigo aprendiendo de esos veteranos, ese
reflejo para ser yo mañana.
Estas mesas tienen algo especial,
hay un espíritu que nos une, el reflejo del pasado, el reflejo del futuro, se
encuentran en un solo, en el presente en el hoy... Veo esa chica, me recuerda a mi ayer, veo ese veterano,
tan rehabilitado, tan persona, quiero llegar donde él. Hoy me encuentro en el
centro, pero mañana seré un veterano más, esa chica, hoy tan frágil tan
perdida, estará donde yo estoy hoy…
Escrito: 12 de agosto del 2024
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