No es la primera vez que escribo haciendo reflexión de mi ayer, de mi hoy, de mi mañana, es que apenas han pasado 24 horas de mi nuevo aniversario pasados de la tercera década, casi llegando a la cuarta, hago un paréntesis, como cada año, un alto a la reflexión…
38 años, 38 años viviendo con parálisis cerebral, está lejos de llamarse monótona. Mi adolescencia pasó con frustración, rabia, y pesar, pero con todo, logré encontrar lo que tanto esperaba hallar, el amor, llamó a mi pantalla de ordenador, cuando menos esperaba, e inicie a vivir independiente, cerró muchas bocas “Con el que tu no puedes” Halle, encontré, seguí buscando, intentando encontrarme, convencida que me había encontrado, pisando fondo hasta lo más fondo, convencida que era libre, en realidad estaba más esclavizada que nunca. Lo que tanto anhelaba, lo que tanto me costo juntar, para destruir todo, y volver a casilla de inicio, con la diferencia, que tenía, que tengo una pequeña gran guerrera a mi cargo…
Sí, me divorcié del padre de mi hija, todo aquello que tanto deseé, durante décadas, se deshizo en un segundo, todo aquello que creía tener el control, y la independecia, como un Pinocho sin hilos, acabé entre barrotes se rompió el encantamiento, la carroza se volvió calabaza…. yo solo quería ser una mujer de verdad… Pero no por ello, no hay que olvidar lo vivido, lo bonito, lo desastroso, es parte del crecimiento de este camino llamado vida, mi vida, no, no volvería atrás, pero no por ello hay que olvidar. Simplemente, pretendo hacer conciencia que sí, se puede. aunque hay días como hoy, que la nostalgia, la pregunta del millón “¿Que fueron de aquellas ilusiones de aquellos proyectos?” Aún inconscientes, que solo son reflejos de un oasis, espejismos nada reales. De esos errores de ayer, son el crecimiento de hoy, no hay que olvidar, solo mirarlos, hacer conciencia de lo mucho que he crecido.
Muchos tienen la certeza que la discapacidad te da inferioridad, muchos tienen la certeza, que la discapacidad te hace inmune, a ser malvado, a ser delincuente, a tener adicciones, esto último precisamente, somos más vulnerables, sí, yo tengo adicción, dependencia, desde toda mi vida a causa de mi discapacidad física, y hoy, ya puedo entender, que a causa también del maltrato de este mundo enfermizo, cree una dependencia aquello, que me envolviera en amor….
Gracias a Dios que logré salir de ese pozo de destrucción, no me refiero a todo aquello, denominado drogas, sino a la toxicidad del ser humano, aquel o aquella que más confiaba, más daño me hacía en realidad, pero yo no me podía despegar…. ahí es la verdadera adicción, el alcohol, la sustancia, (fueron mi caso) solo son el vehículo… gracias a Dios por el abrir de ojos, por el entendimiento, que solo con la ayuda de algo más grande que yo, podría salir adelante, desencharme de mi verdadera dependencia… Este es mi presente de hoy…
Acabo de iniciar los 38 años, y 3 años y dos meses de sobriedad doy gracias a Dios, por este entender, solo pido llegar al futuro en esta línea, mejor, que solo miré hacia atrás, para ya recordar a donde no regresar… si claro que me entra nostalgia, pero si no se realizó, es porque ya no quedaba nada, ni siquiera cenizas para seguir intentándolo.
Escrito: 09 de Junio del 2025
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