En un mes, ya mi niña hará tres
años, a la misma, yo haré 3 años, que soy mamá en condición de discapacidad
motriz, iba a esperar un poco mas para hacer este artículo, pero estoy en necesidad
de adelantarlo, es que justo en
estos momentos me siento débil, en ese aspecto, siento, que no soy la mamá favorita
de mi niña. Está enferma, fiebre que le sube por la media tarde, noche, de
madrugada, le sube más, se despierta llorando, desesperada, gritando a su yaya,
su segunda mamá. Enseguida llega su heroína, en lo que la consuela en sus
brazos, la calma, de esa pesadilla, de esa temperatura elevada, que se lo
provoca, ella es la que le da, ese medicamento, que calma su dolor, queda despierta,
hasta que baja su temperatura. En esos momentos, de impotencia, no puedo evitar
sentirme, inferior a lo que una madre requiere.
Pará ella su yaya, es como su
segunda mamá, donde llega donde su mamá no alcanza, a la misma, en ocasiones se
convierte en su mamá favorita, pero lo que mi pequeña gran guerrera ignora, es
que yo, que la mamá que la trajo al mundo, está en la habitación despierta, esperando
que vuelva mi niña a su cuna, con la noticia, que la fiebre va bajando.
23 de septiembre del 2022. Tres
años como mamá con parálisis cerebral, han sido tres años, de aprendizaje, de
enseñanza, ni sabía coger en brazos a un bebé, ahora, ignoro, si me acordaría,
pero fui recorriendo un caminito, y
aprendiendo a cuidar a mi pequeña, realmente muy orgullosa de mi misma por lo
logrado.
Es una niña, que realmente,
parece que me eligió ella como a su mamá, una guerrera de pies a cabeza, mi pequeña
gran guerrera, le viene muy bien el mote. Entiende muy bien las limitaciones,
las barreras de la discapacidad, es muy lista e independiente, eso hace
posible, que podamos disfrutar momentos de intimidad madre e hija, incluso con “Tina”
la muñeca, sus elementos, su cochecito… Conoce bien la diferencia, entre su
papá y su mamá, y sabe bien, como conducir a cada uno, incluso yo, puedo
manejarla, incluso paseando juntas de la mano, o sobre mis rodillas, sobre mi
silla.
Sigo aprendiendo, pero cada vez
es mas manejable. Hoy siento que lo peor ya pasó, a lo referente a la
discapacidad, manejar a mi niña, como madre, es un desafío de por vida.
Tres años como mamá con parálisis
cerebral, un ejemplo más, que es posible, que si se quiere, se puede, no debería fijarme tanto en lo negativo, en esos momentos malos, sino en todos los buenos momentos, y todo lo logrado. Solo tienes
que querer, ser tú, quien rompa mentalidades y tabús… solo tú.
Escrito: 29 de agosto del 2022
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