6 de Julio, dos meses del nacimiento de los cachorritos, ya hace 15 días, que el último salió de casa. La experiencia no estuvo mal, jamás imaginé que tendría oportunidad de vivir el nacimiento de cuatro vidas, fue realmente emocionante, aunque también estresante, sobretodo este último tiempo, cuando estos, poco querían estar en su guarida, se escapaban, peleaban, lloraban por no querer estar dentro, correr libres como su mamá.
Otro inconveniente también de tener cuatro cachorrillos inquietos y traviesos, en un mini apartamento con sillas de ruedas, es que no ven el peligro se meten bajo las ruedas, no os mentiré, les atropellé en alguna ocasión, me sentí fatal, sobretodo por el miedo de haberles roto la patita, afortunadamente no fue así, ya empezaron a tenerle respeto a la silla.
Al mes, ya empecemos con el destete, dándoles petit suise y quesitos, no les costó mucho comérselo. Desde que nacieron, ya cada uno tenía su destino llegado el momento. Todas personas responsables amantes de los animales. Había dos de las interesadas, muy desesperadas por llevarse al suyo, fui clara, mi decisión era firme, hasta el mes y medio, no hablaríamos del tema.
Era 17 de Junio, les faltaba 4 días para el mes y medio, Emmanuel se tuvo que ir hacer unos recados, yo me quedé en casa. Al poco de salir él, alguien abrió la puerta con la llave, eran dos de las interesadas (eran hermanas) sí las que estaban tan impacientes por llevárselos, comenzaron hablar deprisa "que nos hemos encontrado a tu marido, venimos a ver los cachorros" Yo estuve de acuerdo, iban a ser suyos. Veo que cada una, coge un cachorro, se van a la puerta yo les dije "¿dónde vais con los cachorros?" ellas "A nuestra casa, tu marido dice que ya nos lo podemos llevar" Yo me quedé como “¿What?” y telefoneé a Emmanuel "yo solo les he dicho que vayan a verlos, no he dicho nada de llevárselos, listos ya están, pero, solo tu elígelo" Lo escuché a medias, porque no dejaban de hablar en un tono de lo más elevado. Yo elegía, pero ellas no iban aceptar un no, como respuesta, estaban demasiado cerca de la puerta, con cachorrillos en mano.
Realmente, ya estaban listos, a esas alturas aquello eran caos tener 5 perros, en un apartamento tan pequeño, sobre todo para Emmanuel, así que no puse pegas, me apunté el whatsapp, eso sí, les estaba explicando lo del destete, ellas con un pie, fuera de la casa, ni me dejaron acabar que ya estaban fuera ¡Ni me dejaron despedirme! Por un lado me alegré porque si no hubiese sido incapaz de dejarlos ir.
Al volver Emmanuel y nuestra perrita, me explico que todo fue una emboscada, que dio el permiso para venir a verlos, no para que se los llevaran. Ya solo quedaban la mitad, por suerte su mama es muy mala en cuentas, y se conformaba con dos jiji. Los vecinos de al lado, los dueños del papá de las criaturas, se quedaban uno, el otro era para un conocido, aceptaron llevárselos unos días más tarde.
Al mes y medio entreguemos al último, ese día le dimos todos los caprichos a su mamá, para compensar, la ventaja, es que uno de sus bebés vive justo al lado, y a menudo vamos a su casa a verlo, a que jueguen. La mamá de ellos se pone muy feliz, ya se queda tranquila, después de darle una buena lección de peleas a su hijo. Ya todos, están en proceso de vacunas (son mes y medio en total) yo espero que después podamos quedar los 4 cachorros y los padres, aunque sea una vez más, toda la familia perritis reunida jajaja.
Escrito: 08 de julio del 2015
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