Fue la primera salida que realizamos Emmanuel y yo, fuera del pueblo. Fue posible gracias a mi prima, que nos recogió a media tarde -a pesar de no estar muy estable, por fiebre un tanto alta -condujo a Palamós, para llevarnos de guía turística por su pueblo La Bisbal d'Empordá. Se explicaba como una profesional, que si esto así, que si esto de la otra manera, la verdad es que sirve para relaciones publicas, tiene actitud para ello. Paseemos por el pueblo, guiándonos por los arcos, la iglesia, un castillo... nos mostró el edificio mas alto del pueblo. No es lo mucho que hay por ver en la Bisbal, pero fue entretenido. Como era de esperar no podían faltar las fotos... ¡ah y el cafecito!pero ya fuera de la Bisbal... fue de las primeras veces que Emmanuel, llevaba mi silla manual, era un poco patoso, echaba en falta, el cinturón de seguridad y un buen casco -algo lógico y normal, cuando no estas acostumbrado a llevar sillas de ruedas - antes de volvernos a Palamós.
Días después su madre nos recogió, comimos en su casa, y de nuevo a pasear pero está vez, con mi tía al mando... Lo fastidioso fue el tiempo. Empezó nublado, así estaba, cuando salimos a pasear, comenzó a caer agua, poco tiempo después. Salimos de la Bisbal, sin separarnos mucho, pero sinceramente, ni idea de donde nos encontrábamos... Yo me quedé en el coche, de tanto ellos, observaban el paisaje que les rodeaba. Lleguemos de noche a su casa. Mi tío esperaba. Insistieron que nos quedáramos a cenar, aceptemos, ya que era ella la que nos tenía que regresar a nuestro pueblo. Tras cenar el pan con tomate y embutido entre risas y charlas, salimos de la casa, subiéndonos al coche, para volver a nuestro hogar. Cerca de media noche, entrábamos en el portal de nuestra casa, observando como mi tía, se alejaba camino de Cruilles.
Escrito: 03 de julio del 2012
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