Daniel, llegaba de la escuela, triste, cabizbajo.
- Cariño, ¿que te ocurre? –preguntó su mamá.
- Nadie quiere jugar conmigo en la escuela, dicen que parezco un extraterrestre, que para nada, soy normal.
- ¡¿Como?! ¿Pero quien te dice esas cosas tan horribles?
- Mama, ¿soy adoptado, como mi compañero Jaime? –la pregunta no pudo sorprender mas a su madre.
- ¿Qué? ¿por qué preguntas eso? –su mamá se sentó junto a él.
- Miramé no me parezco nada vosotros…-caminó unos pasos asta llegar frente al espejo. Su mamá le acompañó –Mis ojos están inclinados, como si fuera chino, la nariz no se parece para nada a ninguna de las vuestras, mis orejas parece de murciélago, mi lengua es muy gruesa, sin hablar de mis manos, son pequeñas…
- ¿Que no te pareces a nosotros? ¿Ese pelo rubio? ¿Y los rizos de él? Son como papá ¿o no?
- Bueno… puede ser…
- Esos hermosos ojos verdes…
- Son igual que los tuyos
- Y el abuelo. Es mas… súbete la manga del jersey –Ella también hacía lo mismo.
- ¡Tenemos la misma mancha en el brazo!
Claro, porque es hereditario, no puede ha ver prueba mejor, que somos tus padres, además no existen dos personas idénticas, la diferencia es normalidad, papa y yo no nos parecemos en nada ¿verdad? El tiene el pelo rizado y rubio, yo pelirojo y liso, sus ojos son marrones, él es alto y fuerte, yo delgada y no tan alta –le sonrió su mamá –eh ¿por qué esa carita? –detectó tristeza en su rostro.
- Porque todos mis compañeros, dicen que soy tonto, que no soy como los demás…
- Ha ver… yo no veo que seas tonto, sigues bien tus clases, quizás, te cueste un poco mas que a los demás, pero Martha, te ayuda mucho, juntos estáis progresando mucho. En las clases de judo… ¿quien ha conseguido cinturón negro?
- Yo…
- Sí, tu has sido el único, capaz de conseguirlo, tu forma de ser, es única, especial, algo que los demás jamás entenderán, pero ante todo tu eres una persona, igual que los demás, con los mismos derechos, y las mismas oportunidades.
- ¿De verdad mama?
- ¡Claro que sí!
- ¡Te quiero! –se abrazaron con fuerza madre e hijo.
Escrito: 21 de marzo del 2012
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- Nadie quiere jugar conmigo en la escuela, dicen que parezco un extraterrestre, que para nada, soy normal.
- ¡¿Como?! ¿Pero quien te dice esas cosas tan horribles?
- Mama, ¿soy adoptado, como mi compañero Jaime? –la pregunta no pudo sorprender mas a su madre.
- ¿Qué? ¿por qué preguntas eso? –su mamá se sentó junto a él.
- Miramé no me parezco nada vosotros…-caminó unos pasos asta llegar frente al espejo. Su mamá le acompañó –Mis ojos están inclinados, como si fuera chino, la nariz no se parece para nada a ninguna de las vuestras, mis orejas parece de murciélago, mi lengua es muy gruesa, sin hablar de mis manos, son pequeñas…
- ¿Que no te pareces a nosotros? ¿Ese pelo rubio? ¿Y los rizos de él? Son como papá ¿o no?
- Bueno… puede ser…
- Esos hermosos ojos verdes…
- Son igual que los tuyos
- Y el abuelo. Es mas… súbete la manga del jersey –Ella también hacía lo mismo.
- ¡Tenemos la misma mancha en el brazo!
Claro, porque es hereditario, no puede ha ver prueba mejor, que somos tus padres, además no existen dos personas idénticas, la diferencia es normalidad, papa y yo no nos parecemos en nada ¿verdad? El tiene el pelo rizado y rubio, yo pelirojo y liso, sus ojos son marrones, él es alto y fuerte, yo delgada y no tan alta –le sonrió su mamá –eh ¿por qué esa carita? –detectó tristeza en su rostro.
- Porque todos mis compañeros, dicen que soy tonto, que no soy como los demás…
- Ha ver… yo no veo que seas tonto, sigues bien tus clases, quizás, te cueste un poco mas que a los demás, pero Martha, te ayuda mucho, juntos estáis progresando mucho. En las clases de judo… ¿quien ha conseguido cinturón negro?
- Yo…
- Sí, tu has sido el único, capaz de conseguirlo, tu forma de ser, es única, especial, algo que los demás jamás entenderán, pero ante todo tu eres una persona, igual que los demás, con los mismos derechos, y las mismas oportunidades.
- ¿De verdad mama?
- ¡Claro que sí!
- ¡Te quiero! –se abrazaron con fuerza madre e hijo.
Escrito: 21 de marzo del 2012
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