Dicen el que el tiempo es el olvido, yo no lo creo así, olvidar no se olvida, jamás, si que aprendemos a sobrellevar, aceptar… es que hay etapas de la vida, como el enamoramiento, que vemos de forma muy difícil de destruir, cuando ese amor llega a su fin, parece, que es el fin de nuestro vivir también, hay cosas que sí, que se necesitan tiempo, para verlas, como realmente son… Jamás pensé que sería capaz, de lograrlo, de romper ese papel con los ojos cerrados, de un corazón que no ve, que un día escribí entre lágrimas, creyendo que jamás escaparía de ese sentimiento, incrustado en mi corazón.
Siendo esa tonta, que creía haber encontrado, ese principe azul, haciendome su princesa, ese heroe, rescatándome de la torre prisionera, sin ser consciente, el príncipe se volvió rana, el príncipe, se volvió lobo, ogro, monstruo de los malos “Me diste una espina vestida de flor, la misma mentira mil cartas de amor…” Te encontré, saliendo de una mala situación, en la certeza, que al fin había encontrado lo tan deseado, lo que tanto había clamado al cielo… lo que la vida tanto me había negado, habría jurado nuestra historia asta el fin, jamás imaginé que no fuera así…
Es que a pesar de la monotonía, a pesar de lo negativo, de lo vivido, tú eras lo más importante para mi, tu eras perfecto, yo la torpe, incapaz de hacer nada bien, lo que por regla general, sería huir corriendo sin mirar atrás, yo volvía a ti, incapaz de alejarme… porque tu eras mi maestro, mi mundo, mi todo montones de veces e intentado entender a esa monotonía a la que yo volvía por miedo a perder… en la certeza que tenía que lo peor era vivir sin ti…
“Cerraste una herida para abrirme en dos, escribiste mi historia con un final peor… tú desde el principio creíste que yo, daría mi vida, por nuestra canción, pero esa niña ya creció”
El tiempo no es el olvido, no se olvida, pero te ayuda a sanar, a entender, aceptar, a madurar, a ser consciente de cosas que antes eras incapaz de ver, por el motivo que sea, una mala infancia, que hizo ver, lo que no había, que hizo correr, hacía el enemigo, abrazarlo, adorarlo, el enemigo se aprovechó de ello, pero él, ella no se hacían a la idea, que tú un día reaccionarías, esa niña ya creció, la historia se invertiría… la historia se dejaría ver tal cual es… serías capaz, desearías vivir sin él, como las nubes cuando ocultan el sol, pero jamás lo eliminan, jamás…
“Cerraste una herida para abrirme en dos, escribiste mi historia con un final peor… tú desde el principio creíste que yo, daría mi vida, por nuestra canción, pero esa niña ya creció”
Escrito: 31 de agosto del 2025
También te puede interesar: Relato: Durmiendo con el enemigo
Sígueme en mis: Redes sociales
No hay comentarios:
Publicar un comentario