Siempre lo he dicho, no soy la
primera ni última madre con parálisis cerebral. Parálisis cerebral “La
parálisis cerebral es un grupo de trastornos del desarrollo psicomotor que
causan una limitación de la actividad de la persona, atribuida a problemas en
el desarrollo cerebral del feto o del niño” Como en todo no es blanco o
negro, en la vida hay sin fin de colores, y las discapacidades, hay sin fin de
grados, usuarios que caminan solos pero con lentitud, usuarios que utilizan
caminadores o muletas, o silla de ruedas, ya sea manual o motor… En mi caso,
soy mujer con parálisis cerebral, con silla de ruedas de motor, y si ¡¡Soy mamá
de una pequeña gran guerrera de ya casi 5 años!! ¡¡Sí se puede!! Los niños se
adaptan a su entorno, el problema son los adultos de la sociedad… que se
olvidan de demasiadas cosas, nos ponen un sinfín de barreras arquitectónicas.
Yo con mi hija, obviamente, la maternidad es un proceso de aprendizaje para cualquiera con o sin discapacidad, es doble confusión aprendizaje, cuando se tiene una discapacidad. Estás ignorando a una sociedad que te grita que no puedes ser madre o padre con discapacidad, te has lanzado a la piscina ¡no, no ha sido un accidente! Tu también quieres ser madre, es un derecho que nadie te puede eliminar. Personalmente no tuve problema, si que sorprendieron, se asustaron al principio, pero después, me siguieron el proceso normal como cada mujer embarazada, adaptando a mis necesidades.
Mi hija casi 5 años, no tengo ningún problema en ir a cualquier lugar sola con mi hija, realmente ella me lo pone fácil, entiende mi limitación, realmente se ha vuelto una niña independiente, fácil de enseñar. El problema es cuando vamos a algún evento para niños, o en general donde se dificulta todo.
Como hay un evento de gente,
personas adultas y niños, niños que no son conscientes del peligro de la silla
de ruedas con motor, no dejan de correr, de aquí para allá metiéndose en medio
de la rueda a cada momento. Adultos, que no son conscientes de lo que implica
ir en silla de ruedas. Mi hija de cinco años, corriendo de aquí para allá, de
allá para acá, diez veces más rápida que la silla de motor, yo intentando ir
tras de ella. Sí intentando ya que se me cruzan niños de todas las edades, soy
yo la que tiene que tener ojo de no atropellar, que a veces se dificulta mucho.
Adultos, que no son conscientes, interfieren en medio de la persecución que
tengo con mi hija, me interfieren el paso, o tengo que esquivar montones
obstáculos.
Lo mismo ocurre cuando hay un espectáculo
infantil, nosotros somos el público, los niños bien, se van delante, el
problema son los adultos, entiendo que tienen que ir tras sus niños, pero no
son conscientes, que yo estoy a la altura de esos niños, que yo también estoy
pendiente de mi hija, que me es imposible tenerla visualizada, porque estoy
rodeada de “gigantes” que me interfieren la visión. Algo parecido pasa si vamos
a ver los fuegos artificiales, es imposible admirar nada, ya gigantes me
bloquean la visión. U otro ejemplo cuando un adulto se queda de pie conversando
con otro adulto en silla de ruedas. La persona sin discapacidad se ve como
gigante a su lado, a la misma intimidante. Agáchate a nuestro nivel, de poder
nosotros estaríamos a tu nivel en pie.
Aun existe demasiada carencia, de empatía con una persona con discapacidad, como es el caso de la parálisis cerebral, de la misma razón con la maternidad con parálisis cerebral. Aún existe, demasiada falta de información demasiados mitos, al tema de discapacidad. Siempre lo dicho es asignatura pendiente, que se debía fomentar en todas las escuelas, así aumentaría la inclusión, bajaría la discriminación, se tendría más conocimiento real de la discapacidad.
Escrito: 29 de agosto del 2024
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