Relato: El cielo nunca cambiará

Relato: Miguel y luna

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lunes, 27 de octubre de 2025

Relato: La visitante

 


Desperté, tras un sueño agitado, que me removía, el alma, y el corazón, mi abuela, seguía en la tierra, hablabamos y hablabamos como aquellos viejos tiempos, que no tenía los estragos de la edad,  que ella no le agotaba el hablar, hablábamos, ya las dos acostadas, horas, y horas hasta altas horas de madrugada. Era mi mayor confidente, mi segunda madre o primera, ya que mi madre trabajaba doble turno y me dejaba con ella, mi mejor amiga. Recordando, las lágrimas se me resbalaban sin ser consciente canturreaba, las canciones que ella tanto escuchaba.


Me vino un olor extraño, a la misma, muy familiar, pero era imposible, me levanté de un salto, llegué a la planta de abajo…



  • Buenos dias mi niña ¿como amaneciste? -Mi abuela haciendo tortitas…. no puede ser, debo seguir soñando -vamos mi hija, las tortitas se enfrían sabes bien que no valen nada -me senté atónita -no mi niña, no estas soñando, estás tan viva como yo -como si el pensamiento me leyera. 

  • Abuela, ¿realmente estás aquí? -”tan viva como ella” ¿realmente estaba viva realmente? 

  • Come mi hija, todo se aclara mejor con el estómago lleno. -me indicó con esa dulce sonrisa, llena de ternura. No solo el olor, el gusto era idéntico, sin poderlo evitar, mis emociones me superaron. Primero mis ojos se llenaron de lágrimas, después estás empezaron a resbalar, por mis mejillas, después cascada de lágrimas, sin ser consciente, me convertí en niña otra vez. Mi abuela me abrazó como antes, pero la paz era más grande de lo que jamás había sentido -Paseemos un poco -comentó ella como si nada.

Salimos al exterior yo abrigada hasta la médula, esperando encontrar los árboles desnudos, el viento cortante, quitándome el aliento, pero para mi sorpresa, me encontré un parque todo cambiado, el aire era cálido, había árboles que ni recordaba, todos ellos, están bien poblado de copa, como si estuviéramos en primavera, que da gusto contemplarlos. Me resultaba tan familiar… me vino el chispazo, yo de niña, no llegaba a los cinco años, paseando cogida de la mano de la iaia, escuchando sus historias magnificas, al tiempo, que los petalos lilosos de árboles, se despegaba, aterrizaron en el suelo. Me abracé a la abuela, las emociones me invaden.







  • Los árboles nos animan a que hagamos un picnic -soltó la abuela.

  • ¿Un picnic? ¿Ahora? ¡No he traído nada! -Me sobresalté nerviosa. 

  • Tranquila, mi niña, ya lo tengo todo listo… -la abuela jamás me dejará de sorprender, ni de niña, ni de adulta, mis ojos eran testigos que ya un árbol todo florido nos daba la bienvenida bajo su copa, junto a sus raíces, había un mantel, lleno de comida, con mi nombre, todo de manjares gustosos, nos sentemos, las dos juntas, como hacía décadas que no hacía, comimos, hablamos, reímos, lloramos… Como cuando era niña, sin pensarlo, ni un segundo, me regocije en su falda, bajo esa copa de árbol liloso, y llore, y volvía a llorar. La abuela, me abrazaba, me susurraba en el oído que me amaba, lo haría toda la eternidad, solo había la condición que estuviera en mi corazón… ¿cómo no estarlo? sin ser consciente me dormí, arrullada en una nana, que la abuela me cantaba siempre.



Desperté abrí los ojos, me encontré en el césped, bajo ese árbol desnudo típico del otoño, el parque volvía a ser el de siempre, el frío llegó de repente… ¿el picnic? ¿Y la abuela? ¡Abuela! nuevamente volvía a estar con las emociones a flor de piel, ¿todo lo había imaginado? ¿nada había sido real? ¿Qué esperaba? me regañé a mi misma… Ya no soy una niña para creer en la magia… entonces me fijé en un medallón, que había en el suelo, ¡¡el medallón de la abuela!! con su foto, con sus iniciales… la enterraron con él… ¿Qué hace aquí? miré por todos lados con la curiosidad de una niña pequeña… y una nota “Mientras pertenezca en tu corazón, no moriré, aunque no me veas, no me separaré de tu verá… siempre junto a ti…” miré al cielo nublado, un rayo de sol, me iluminó por completo en forma de respuesta.

Escrito: 27 de octubre del 2025

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