Ya llegó diciembre, como era de
esperar, el tres de diciembre, no tardo en asomar, un año más, el día
internacional de la discapacidad… un año mas donde la tecnología avanza, pero
la mentalidad quedó atrasada… poco a poco, se va sabiendo, se va integrando,
pero a una velocidad, tan y tan lenta, son mas los ignorantes, que los que saben…
Mi amigo está en un centro, donde a pesar de tener mas de veinte años, lo
tratan como si fuera niño de pañal.
Estamos en el 2020, en el siglo
XXI, tengo cerca de los 40 años, me tratan, como a mi amigo, niña de pañal,
estoy trabajando, tengo mi casa, mi esposo, mi hija, aun me preguntan “¿que si
voy sola con ella?” “¿por qué no te acompaña tu marido o tu madre?”
Tuve un buen embarazo, me atendieron
muy bien, pero las salas no están para nada adaptadas, no tienen mucha idea de cómo
atender a personas con discapacidad motriz, o vas con un acompañante o se ponen
histéricos.
Aun hay barreras físicas,
edificios nuevos, con barreras físicas, que impiden la entrada a nosotros las
personas que vamos en silla de ruedas, o sitios que vas, ya no puedes entrar,
por tu condición de síndrome de down. La lengua de señas debería estar obligada
en la clase, ya por eso, ya discriminan a las personas sordomudas.
Estamos en el siglo XXI pero hay
tanto que mejorar… Realmente, dudo que algún día se haga totalmente, para
empezar, hay que cambiar la mentalidad, de aquellos que aun no cree en nuestra
condición se rigen en Mitos para nada ciertos.
Sí, yo tengo mi casa, mi hipoteca,
mi trabajo, mi esposo, mi hija, pero aun me siento discriminada por esta sociedad,
que no me ve como persona con discapacidad. No, me ve como discapacitada a la
que hay que cuidar eternamente, que, sin sus progenitores, nada puede hacer…
Así que entiendo bien a mi amigo,
que esta obligado a estar en esa "jaula," a merced de sus cuidadores, con todo
fuera, no hay una libertad absoluta, en muchas ocasiones, en demasiadas diría,
es una libertad limitada, ya sea, porque te discriminan por tus rasgos,
encuentras escaleras en vez de rampas o ascensores, no hay subtítulos o lengua
de signos, en los canales de televisión, no hay libros en braile en las librerías…
¿entendéis por dónde voy? No hay una asignatura en la educación que hablen del
gran mundo de la discapacidad… todos nos basamos, en todos esos mitos o
conceptos que se van escuchando. Y cada discapacidad, cada persona es un mundo,
aunque se tenga la misma discapacidad, no todas son igual, mas bien todas son
distintas, quien realmente sabemos somos nosotros, sobre nosotros, las personas
con discapacidad, sobre nuestra propia discapacidad, mi propia discapacidad.
Así que como dice mi amigo, mientras
eso no cambie, realmente, no hay nada que celebrar, se celebrará cuando se
consiga una inclusión total…
Escrito: 04 de diciembre del 2020
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